HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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Hurto a residencias

El anhelo más grande que puede tener un ciudadano de bien  es vivir tranquilo y seguro, si logra este binomio podrá realizase profesional y personalmente, a más de generar progreso y felicidad en su entorno familiar y social. Pero esa realización no es  fácil de alcanzar por la constante intimidación que pesa sobre los ciudadanos, que sienten amenazada su seguridad especialmente por la vulnerabilidad  de sus  residencias,  permanentes  blancos  de antisociales, que viven al acecho de estos lugares base de la vida familiar.

Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que la mayoría de  residencias, independiente de estar ubicadas en edificios, conjuntos cerrados  o casas de  barrios organizados,  son  susceptibles de hurto. Permítanme explicar un poco los apartamentitos, nombre genérico para estas bandas dedicadas al  hurto de residencias que  no descansan buscando inmuebles que permitan su accionar y en esa actitud permanecen diariamente. Cuando encuentran una vivienda fácil de penetrar, inician un trabajo concienzudo para recoger  información necesaria, recurriendo a todo tipo de tretas, que les permita saber horas laborables,  desplazamientos de la familia y hasta el  momento en que los inmuebles quedan solos. Es una tarea que no tarda mucho tiempo, pues la indagación fluye entre los habitantes del sector, celadores, empleadas del servicio, aseadoras, conductores y demás población flotante del medio, que por razón de su trabajo tiene acceso al diario vivir de la comunidad. Una vez recaudada  la averiguación trazan el plan, penetrando a  la morada en el momento indicado, exponiéndose lo menos posible y efectuando el hurto  con  rapidez. Como lo venimos sosteniendo no es un actividad complicada de cumplir, basta con identificar las debilidades del lugar, hacer el estudio y tomar la decisión.

Entendemos que la banda busca los puntos vulnerables y adelanta la indagación, es más hace vigilancias, pero el verdadero peligro está en los iniciadores, aquellas personas que por su trabajo logran obtener información privilegiada de toda una familia. Sabemos que no existe secuestro sin un iniciador, de manera que en este tema del hurto a residencias la  mayoría de  veces también juega el iniciador un papel preponderante, porque se evitan todo el trabajo anteriormente descrito, y el golpe será más seguro. Además cuentan con la ventaja de tener al interior del problema informantes de primera mano, que gozan de credibilidad y confianza entre los residentes, lo que dificulta y entorpece la investigación.

Recomendaciones: las empleadas del servicio deben estar compartimentadas de los aspectos económicos del hogar, los porteros están para el control de acceso, no para hacer favores al interior de las viviendas;  las aseadoras de edificios y conjuntos tienen un límite que impide su entrada a  moradas;  hay que saber que se habla cuando se va con el conductor, ellos escuchan mucho.  La confianza mata. Si el ciudadano aporta precaución y prudencia,  la delincuencia mengua.

*ExDirector de la Policía Nacional.

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