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Hace apenas algunos días, el director general del SENA, Jorge Eduardo Londoño Ulloa, se reunió con la comunidad Arhuaca de Nabusímake, en Cesar, para concertar nuevos espacios de formación técnica y complementaria, y de apoyo, acordes a sus necesidades y vivencias ancestrales. La iniciativa avanza y se expande.
Esta vez, la capital de Magdalena es, durante dos días, el nuevo punto de encuentro con comunidades de ese departamento, Cesar y La Guajira, como parte de la estrategia CampeSENA que despliega todas las capacidades de la Entidad a su servicio.
Al encuentro de la primera jornada, de este lunes 29 de abril, asistieron el Director del SENA, la directora de Formación Profesional del SENA, Claudia Patricia Forero Londoño; el director del Sistema Nacional de Formación para el Trabajo, Luis Alejandro Jiménez; directores regionales de los mencionados departamentos e instructores de centros de formación, cuya labor se enfoca a la Atención a Población Víctima y el programa SENA Emprende Rural (SER), así como dinamizadores de Certificación por Competencias Laborales.
El objetivo es generar un diálogo de saberes en torno a las experiencias exitosas y buenas prácticas en la atención a comunidades indígenas por parte de la Entidad.
Para el segundo día (martes 30 de abril), todos tomarán atenta nota de las voces de autoridades, mayores y los equipos de apoyo del pueblo Arhuaco para adecuar los programas institucionales contemplados en CampeSENA a la vida diaria y costumbres de quienes habitan las estribaciones de la Sierra Nevada. Lo anterior, con énfasis en buenas prácticas agrícolas, temas ambientales, agroecología, gestión de proyectos, preparación de alimentos y nutrición, entre otras áreas.
Otra de las grandes puertas que se abre tiene que ver con el programa de Articulación con la Media, para que estudiantes de instituciones educativas puedan graduarse como bachilleres y técnicos del SENA.
Al igual que el acuerdo con la comunidad de Nabusímake, uno de los objetivos a futuro es que algunos de los Arhuacos se conviertan en formadores, tras la respectiva certificación de competencias.
En la fase final de la jornada se destinará un espacio de reflexión y retroalimentación, que a futuro se reflejará en beneficios para las comunidades indígenas.