HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

Injusticias que originaron derechos: 

Una de las secuelas de la Primera Revolución Industrial fue la imposición de jornadas excesivas a los trabajadores entre 14 y 16 horas de trabajo diario.  El mundo estaba advertido que una de las injusticias sociales a vencer era la disminución de una jornada laboral que deshumanizaba al trabajador y que corrió por varios siglos tras sus espaldas. La consigna por la que se debía luchar era entonces: “Ocho horas de sueño, ocho horas de trabajo, ocho horas en la casa”.

Dos hechos que se produjeron en el país de las libertades signaron entonces la historia de las máximas reivindicaciones laborales.  Acontecimientos que fueron seleccionados por el sistema judicial norteamericano, como una lección o castigo a manifestantes, pero que la historia universal los ha calificado como errores de la justicia, solo para satisfacer intereses políticos, y mediante los cuales un grupo de trabajadores fue condenado, por esa justicia interesada, a morir, primero en la horca y años después ejecutado en la silla eléctrica, como resultado de la lucha por sus derechos. Por el contrario, el movimiento obrero se encargó de distinguirlos, para la celebración el primero de mayo de todos los años, como el Día Internacional del Trabajador.

El primero de ellos es el conocido como los “Mártires de Chicago”.  A finales del siglo XIX comenzaron en los Estados Unidos masivas movilizaciones de trabajadores en muchas empresas, en la búsqueda de conquistas laborales, entre ellas, la disminución de la jornada máxima laboral a 8 horas.  En 1.886 los reclamos y las participaciones obreras se hicieron intensas con concentraciones de más de 300 mil trabajadores.  Las huelgas en todo el territorio nacional no podían ser permitidas y en una de ellas los disturbios ocasionaron muertes de protestantes y oficiales de policía en la ciudad de Chicago.   Ese mismo año, varios trabajadores fueron detenidos, procesados, condenados y ejecutados por participar en los reclamos nacionales.   Ocho llegaron a juicio por participar en las manifestaciones, tres condenados a prisión y cinco a la horca, entre ellos, los periodistas Albert Parsons, Adolf Fisher y August Theodore Spies, de 31 años, los dos últimos alemanes.  El mensaje de uno de los condenados constituyó un eco internacional: “La voz que van a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora”.  En ese mismo año, el presidente de los EU instituyó oficialmente para los trabajadores, la jornada máxima legal de 8 horas que hoy nos rige.  Y un Congreso Obrero Socialista celebrado en París en 1.889, en homenaje a los Mártires de Chicago, escogió el 1º. de mayo como el Día Internacional del Trabajador.

El segundo resultó más conmovedor por sus contornos especiales, pero representa ser otro error judicial para satisfacer prejuicios políticos, que conmovió al mundo entero.   A comienzos del siglo XX, dos inmigrantes italianos Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti fueron condenados en 1.927 a morir en la silla eléctrica en Boston-Massachusetts, después que injustamente fueron acusados de robo a mano armada y asesinato, capturados en protestas por reivindicaciones laborales. Los dos eran obreros, militantes sindicales.  Sacco era zapatero, Vanzetti era pescador, pero los dos estaban señalados por su ideología política, en un ambiente segregacionista, de mucha tensión social, de lucha de clases, en el que la Policía solía atribuir a los trabajadores numerosos delitos. No valieron las alegaciones ni las garantías constitucionales, pues en el juicio se demostró que la justicia había empleado medios ilícitos para condenar a los trabajadores. Sectores políticos estaban interesados en mostrar un escarmiento a la protesta laboral, pues nunca se probó en el enjuiciamiento su responsabilidad en los hechos. Clásico caso de la violación de los principios de presunción de inocencia y de un juicio justo en el Derecho, que le dio nacimiento a la frase: “Nadie nace culpable, pero muchos nacen víctimas”.

Valga el recuerdo de estos dos hitos de la historia laboral del mundo, como homenaje a millones y millones de trabajadores que siguen luchando contra las injusticias, por sus derechos y por sus garantías.  Muchas veces se nos olvida que el Derecho “es la ciencia de lo justo y de lo injusto”, según Ulpiano, uno de los más grandes jurisconsultos de la historia.

*Abogado Laboralista*Profesor universitario*Escritor. 

Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia. Asumiremos que está de acuerdo con esto, pero puede optar por no participar si lo desea. Aceptar Leer más