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Corrían los últimos días de sesiones del Congreso en junio de 2020 cuando el entonces presidente del Senado, Lidio García, aseguraba que esperaba poder entregar el cargo en la tradicional sesión en el Capitolio Nacional, en la cual el presidente de la República instala las sesiones ordinarias el 20 de julio.
Pero lo pensado por García se quedó en eso, en un propósito que no se logró, debido a que el tercer año de sesiones del actual Congreso de la República se tuvo que realizar, en su mayoría, de manera virtual, eso como uno de los efectos que ha tenido la pandemia del Covid-19 en las actividades de las instituciones en el país.
Aunque la virtualidad llegó en abril de 2020, su efecto de lleno se vio desde julio, cuando ya se tuvieron que empezar a tramitar nuevos proyectos, realizar debates de control político y la elección de jefes de entes de control, como también algunos magistrados de la Corte Constitucional.
Definitivamente no fue un año de grandes resultados legislativos para el Gobierno, por el contrario las grandes reformas no llegaron y no por el Coronavirus, sino por la falta de apoyo que tuvo en momento dado el ejecutivo en el Congreso y por equivocaciones propias que le llevaron a fracasos evidentes.
Por ejemplo, en este año de sesiones el gobierno no llevó las reformas pensional y la laboral, las cuales había anunciado, pero que desistió ante el debilitamiento de la coalición de gobierno y los efectos de la pandemia, que le obligaron a cambiar la agenda legislativa.
Y fue esa pandemia la que le permitió al gobierno precisamente acudir a la figura de la emergencia económica, con la cual pudo expedir normas sin necesidad de llevarlas al trámite al Congreso. Sin embargo, algunas de ellas, como la ley del PAEF y la de Ingreso Solidario, se presentaron y fueron aprobadas en diciembre del año pasado.
Para el senador de Cambio Radical, Carlos Fernando Motoa, “los principales logros de este año de sesiones tienen que ver con la crisis del Covid-19, el apoyo del PAEF, lo propio el trabajo en casa, tienen impacto directo”.
Un análisis más amplio de lo hecho durante este tercer año legislativo lo hizo el senador y presidente del Partido Mira, Carlos Guevara Villabón, quien sostiene que “se lograron sacar adelante varias iniciativas muy importantes para el país, como la que hace referencia al mejoramiento de la atención de las comisarías de familia, en el que fuimos ponentes, pues durante la pandemia se hizo todavía más evidente la falta de atención oportuna de las mismas.
Igualmente resaltó las leyes de “la reforma al Estatuto Orgánico de Bogotá, que permitirá la modernización y descentralización de las localidades de Bogotá. Otras iniciativas de gran trascendencia son la Región Metropolitana Bogotá-Cundinamarca, la Ley de Emprendimiento, la Ley de Turismo y la reforma al Código Electoral, del cual fuimos ponentes. Asimismo, se reglamentaron las sesiones mixtas del Congreso de la República”.
LA VIRTUALIDAD
Las sesiones virtuales o que luego fueron mixtas, es decir algunos asistían presencialmente y la mayoría se quedaban en la virtualidad, fue uno de los puntos que mayor controversia suscitó entre las diferentes bancadas. En particular este modelo de trabajo fue muy cuestionado porque no se pudo hacer el gran control político al Gobierno, tanto en los debates pero también en el trámite de las leyes.
Para el representantes Chacón, “el peor escenario que ha tenido en décadas el Congreso han sido las sesiones virtuales, el mecanismo que inicialmente fue impulsado por los partidos de oposición terminó desdibujando al Congreso, en especial en su ejercicio del control político, prácticamente un ejecutivo actuando sólo. Por eso, en contra de muchos exigimos acabar con las sesiones virtuales en la próxima legislatura y que no haya excusas”.
Ese modelo de trabajo fue defendido desde el uribismo, para el senador Suárez, “así muchos lo critiquen, la virtualidad hizo que las sesiones en plenarias y comisiones tuvieran menos ausentismo, el trabajo legislativo fue más eficiente. Obviamente hay quienes piensan distinto, pues necesitan la presencialidad para exhibir sus características histriónicas, especialmente en el prime time”.
Incluso el gobierno Duque durante éste año tuvo que enfrentar cinco mociones de censura contra dos ministros de Defensa. El primero fue a Carlos Holmes Trujillo (QEPD), cuando le convocaron por parte de la oposición para hacerle un cuestionamiento por haber presuntamente permitido la presencia de tropas de los Estados Unidos en bases militares colombianos.
Las más recientes mociones fueron contra el actual ministro de la Defensa, Diego Molano, a quien le pedían su renuncia porque considerar que fue el responsable de los abusos de la fuerza pública en las protestas de los ciudadanos desde el 28 de abril pasado.