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Así operará el nuevo sistema de pensiones

Cuando empiece su vigencia, las mujeres que hayan cumplido 750 semanas cotizadas bajo la Ley 100 de 1993 seguirán con esa ley.

Por:
MARLON BARROS

Los próximos dos meses serán días que el gobierno nacional los estará contando sin perder la cuenta, la razón el trámite de la segunda y definitiva vuelta de la reforma pensional en la Cámara de Representantes tras un largo y muy controvertido paso por el Senado.

Ese triunfo parcial que se apuntó el gobierno el martes, es apenas la mitad del camino que necesita recorrer para que el presidente Gustavo Petro pueda poner en práctica una reforma de sus principales reformas con las cuales podría cumplir uno de los puntos de su campaña, la equidad pensional.

Sin embargo mientras pasan esos días que es el tiempo que se tendrá para la discusión, se debe tener claro qué se aprobó en el Senado y entender porque el gobierno está contento por lo logrado y a la espera de su aval en la Cámara.

El Senado le dio luz verde al sistema de pilares con el cual se podrá fundamentar el plan del gobierno de dar un subsidio pensional a al menos tres millones de ancianos que hoy en el país no lo tienen, es decir crecer en 1.3 millones de ancianos frente a los 1.7 millones que en la actualidad están acogidos en un programa que se llama Colombia Mayor. Eso se daría gracias a que se aprobó el pilar solidario.

Se aprobó además que sea el Banco de la República el que maneje el fondo de ahorro, se calcula que tendría un acumulado promedio de 1.500 billones de pesos, para cuando empiece el desahorro previsto desde 2042, es decir ya usando el derecho a la pensión.

Es clave indicar que el Senado y se espera que la Cámara también lo haga, no se hagan modificaciones a la edad de la pensión ni el monto de cotización, el modelo para calcular la mesada en el régimen de prima media sigue en que los 10 últimos años del ingreso recibido por su actividad laboral y máximo una tasa de retorno del 80% y que el promedio de la tasa de retorno es de 65 % en el régimen público.

Finalmente se creó una comisión técnica conformada por los ministerios de Trabajo y Hacienda, Planeación Nacional, Dane, dos delegados del presidente, para monitorear y presentar informes al mandatario de turno sobre como se pueda ir ajustando lo que sea necesario.

LOS PILARES

Con la futura reforma Colombia tendría cuatro pilares que garantizarían un aporte económico para quienes lleguen a la vejez. Uno de ellos será el pilar solidario, que recoge a las personas mayores que no logren tener una pensión y que podrán tener un subsidio que coincida con la línea de pobreza extrema de 2023 más un aumento que se calcule con la inflación anual.

El pilar semicontributivo será el segundo, y cubrirá con una prestación económica a las personas que superen la edad reglamentaria de pensión —llegando, igual que en el solidario, a 65 años en los hombres y 60 para las mujeres, o a 50 años para mujeres con discapacidad y 55 para hombres con la misma condición— que cotizaron entre trescientas y menos de mil semanas.

El problema para pagar esos dos tipos de pilares en el futuro será, de acuerdo con el docente de Derecho Laboral Carlos Prieto, que el Estado tendrá que tomar recursos que vengan de impuestos, entendiendo que no bastará con lo recaudado en medio del ahorro netamente pensional, pese a que el umbral de cotización en el pilar contributivo es lo que garantiza “cierta sostenibilidad” en el sistema.

Ese pilar contributivo es el tercero al que la reforma quiere llegar. La potencial ley lo define como el destinado a cubrir a toda persona trabajadora, dependiente, independiente o con capacidad de pago, que cotice en el sistema de pensiones un salario mínimo legal o más. O sea, cualquier persona que esté contabilizando semanas para poder jubilarse.

La reforma no busca cambiar el porcentaje del Ingreso Base de Cotización —que es el salario mensual que se recibe— que se le aporta al sistema, que se queda en un 16%. Es decir, si usted gana un salario mínimo, que este año es de $1’300.000, el 16% de ese monto, $208.000, se dirigirá al ahorro que financiará la pensión que espera obtener en la vejez.

Del total de ese 16%, a la empresa le corresponde pagar tres cuartas partes y a la persona empleada, la cuarta restante. Es decir, la reforma mantiene que de esos $208.000, la empresa con la que usted trabaja tenga que aportar $156.000, mientras que usted debe pagar $52.000, a menos que sea un empleado independiente, en cuyo caso tendrá que cotizar todo el monto.

Ahora, ¿a dónde irá ese dinero? El sistema pensional actual contempla que puede ir a donde el empleado desee, precisamente porque el sistema privado y el público coexisten y compiten por rentabilidades y garantías futuras. El sistema futuro, en cambio, propone reglas que podrían garantizar más sostenibilidad y, como se mencionó líneas atrás, complemento.

DOS COMPONENTES

El sistema funcionará a través de dos componentes. Uno, el de prima media, al que cotizarán todos los colombianos que ganen hasta 2,3 salarios mínimos. El Gobierno quería que el monto máximo del ingreso base de cotización fuese de tres salarios mínimos, pero el Congreso bajó finalmente el umbral.

De todos modos, el punto de la reforma es que quienes ganen hasta 2,3 salarios mínimos coticen obligatoriamente en el Componente de Ahorro Individual, que es el equivalente al régimen público actual de pensiones y será dirigido por Colpensiones, la entidad encargada de determinar, teniendo en cuenta varios requisitos, cuánto será el futuro monto de la pensión de vejez.

LOS REQUISITOS

Los requisitos, por cierto, se mantienen como actualmente los prevé la Ley 100 en cuanto a la edad: Haber cumplido 57 años si usted es mujer y 62 años si es hombre. Sobre las semanas de cotización, a los hombres se les exigirán mínimo 1.300 semanas, mientras que a las mujeres, a partir del primero de enero de 2026, se les irá disminuyendo, yendo desde las 1.250 hasta las mil.

En otras palabras, si una mujer desea jubilarse en 2026, deberá haber cumplido 1.250 semanas; si lo desea en 2027, 1.225 semanas; en 2028, 1.200; en 2029, 1.175, y así sucesivamente. La meta del Congreso es que a partir de 2036 a las mujeres solo se les exijan mil semanas de cotización, una regulación exigida por la Corte Constitucional.

El otro componente del nuevo régimen público será el de Ahorro Individual, que recibirá las cotizaciones de quienes ganen desde 2,3 salarios mínimos hasta 25. La idea es que la cotización equivalente a 2,3 salarios se vaya directamente a Colpensiones y el resto vaya al régimen privado, conformando una denominada Pensión Integral de Vejez.

LOS HOMBRES

En el caso de los hombres, la cifra de semanas cotizadas será de 900. Tanto las mujeres como los hombres que hayan cumplido el requisito de las semanas cotizadas y estén a menos de diez años de pensionarse tendrán dos años para trasladarse entre los regímenes que contempla, precisamente, la Ley 100, luego de observar la doble asesoría.

Para garantizar un buen rendimiento del buen esquema a largo plazo, el Congreso propone que en quince años se vuelva a discutir una reforma pensional, teniendo en cuenta aspectos como el movimiento de la expectativa de vida, un punto que actualmente, según expertos, debería llevar a subir la edad de pensión, una jugada políticamente impopular.

EL AHORRO VOLUNTARIO

El último pilar será el de Ahorro Voluntario. En términos sencillos, se trata de un monto adicional que la persona cotizante puede aportar, según algunos requisitos de ley —y algunos beneficios, como exención del impuesto al patrimonio o inembargabilidad—, para mejorar lo que a futuro será su pensión.

Por último, hay un punto importante que han tocado incluso modificaciones legislativas pasadas: un régimen de transición. Como el tránsito entre unas reglas para pensionarse y otras resulta chocante para el país, siempre es necesario precisar que a algún grupo de personas no les afecta ese cambio, sino que se mantienen con las normativas actuales.

La reforma pensional una vez aprobada por la Cámara, empezará a regir el próximo año, algo que en algunos sectores de la academia no es precisamente conveniente, pues la transición requiere pedagogía, ajustes reglamentarios y demás complejidades./Colprensa

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