Mentiras piadosas

En Grecia existió un filósofo apodado Platón o espaldas anchas ( 427-347 a. C ) y no fue el inventor del plato grande, como algún día sostendrá alguna candidata de los 5.649 que existen en nuestro país. El tipo decía que una «mentira noble» no le hacía mal a la gente si la proponían los gobernantes porque esta podía tragar entero cuando le echaban carretas.

Esas mentiras piadosas han hecho carrera en Colombia durante siglos y se han vuelto necesarias en los discursos electorales. Así que eso de engañar al pueblo no es invento de los nuestros, sino de ajuuú , muchos antes de la existencia del griego, porque son copia de lo dicho por Caín cuando oyó una voz en «El Paraíso» preguntándole por su hermano Abel. «Acaso soy guardián de ese mancito»- sostuvo el chirrete asesino. «Ese pelao tenía madera para ser el primer político si se lo hubiera propuesto», dicen hoy algunos aspirantes a las próximas elecciones.

En los discursos actuales les hacen creer al pueblo que las leyes que inventan, una vez pisan el Congreso, bueno es un decir, porque el primer proyecto que aprueban lo hacen unos días antes de la siguiente campaña de reelección, una vez que ingresan al «sagrado recinto» aseveran que es para beneficio de los necesitados. Claro, porque la mentira es necesaria y es imposible gobernar sin ella. Y así seguiremos cada que hay elecciones.

¿Corrupción? En las próximas elecciones no habrá excepciones. Veamos : un aspirante al Senado o a la Cámara, se comprometerá a combatir la corrupción, pero para llegar allá tendrá que meter la mano en varias cuentas bancarias de amigazos . Una vez están montado nadie le va a creer que lo hicieron por simple altruismo. No mijitos, como dicen las abuelitas, esa plata tienen que recuperarla con contratos y otras yerbas. Al final termina siendo un corrupto más. Y la larga nariz de Pinocho será un simple palillo por la carreta que estuvo tirando en sus oratorias. Algunos, dizque honestos, juran que no trataron de engañar a nadie, pero por lo menos lo intentaron y que todo es legal. Pero en las futuras elecciones tratará de meter más miedo para que le crean. Una decisión «angelical».

Las mentiras piadosas son múltiples y la lista es larga. Juran que las regalías serán para invertirlas en el pueblo. Que ellos son mejores que los magos para multiplicar las buenas acciones. Me cuenta una señora de la tercera edad que un político le comentaba a ella y a varios pensionados, que un colega de él creyéndose «el más duro» de los magos hizo un gesto y les hizo creer que el hambre desapareció. Los asistentes aplaudieron. Luego musitó abracadabra y se volvió humo la corrupción. Enseguida exclamó, «tatatatá» evaneciendo la guerra intestinal existente por culpa de los partidos. Entonces se presentó un candidato al parlamento colombiano y con un gesto de las manos, desapareció al mago y a quienes lo vitoreaban. «Ese tipo y sus mentiras piadosas» – dijo.

Arquitecto