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Falleció uno de los obreros de Atesa arrollado por una camioneta
Las víctimas se transportaban en una motocicleta bóxer, de color negro y placas JAM61F con destino a sus lugares de residencia, cuando sufrieron el aparatoso accidente de tránsito en horas de la madrugada.
En una habitación de la Unidad de Cuidados Intensivos de una clínica privada de Santa Marta se originó la muerte de Gabriel Narváez Bolaños, de 32 años, uno de los dos motociclistas que se vieron involucrados en el accidente ocurrido el pasado 20 de julio, donde una camioneta los arrolló en inmediaciones de la Villa Bolivariana.
Dicho siniestro vial se produjo la noche del jueves anterior, cuando Narváez Bolaños se transportaba en compañía de Carlos Gómez; se dirigían a sus viviendas en el vehículo bóxer, de placas JAM61F, la cual embestida por una camioneta que se movilizaba a exceso de velocidad, la cual les causó golpes y lesiones de consideración y los dejó abandonados a la altura de la carrera 19 con calle 24, en cercanías a la clínica Bahía a donde fueron trasladados malheridos.
Tras la eventualidad, los afectados quedaron tirados en el asfalto junto al vehículo en que se transportaba y que sufrió graves afectaciones, y fueron auxiliados por paramédicos de una ambulancia que llegaron hasta el lugar. En ese instante los trasladaron hasta el centro asistencial en mención.
El hombre de 32 años fue sometido a varios procedimientos quirúrgicos tras sufrir un trauma craneoencefálico, lesiones y fracturas en diferentes partes del cuerpo. Sin embargo, la mala noticia se conoció la mañana de ayer luego de que, al parecer, sufriera un paro cardíaco que apagó su vida.
Por su parte, su acompañante que también presenta golpes y politraumatismos de consideración, permanece en delicado estado de salud en la clínica Bahía de la ciudad.
Al confirmarse su deceso, personal del Laboratorio Móvil de Criminalística de la Policía Judicial se trasladaron al centro clínico para realizar el levantamiento del cadáver y llevarlo a la morgue de Medicina Legal de esta ciudad para la necropsia de rigor.
Se pudo establecer que el empleado de la empresa Atesa, al momento del accidente se dirigía hacia su vivienda en el sector de Divino Niño, era samario de nacimiento y dejó un hijo menor de edad.
