HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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Accidentalidad vial y Salud pública

La creciente problemática de los accidentes y siniestros viales sigue siendo una de las más graves que confronta todo el esquema de políticas públicas, en materia de seguridad vial y salud pública en Colombia. Los choques y los accidentes representan la tercera causa de mortalidad en el país.  Durante mucho tiempo se aceptó que los siniestros vehiculares eran producto de un accidente cualquiera, pero el desarrollo de investigaciones sobre el tema han coincidido que ellos no sólo se deben al error humano, sino a la presencia de factores de riesgos como la inseguridad de los vehículos automotores, la velocidad no permitida, al consumo de alcohol, el irrespeto a la señales de tránsito,  el no uso del casco en las motocicletas, elementos que obligaron a los gobiernos a la imposición de cambios normativos que redujeran las altas tasas de siniestralidad y los factores de riesgos que las producen.  El gobierno nacional anuncia la presentación ante el Congreso de la República de un proyecto sobre la materia que reemplazaría el llamado Código Nacional de Tránsito que es una Ley expedida en el año 2.003.

Existe igualmente un fenecido Plan Nacional de Seguridad Vial cuya vigencia se extendió entre los años 2.011 y 2.021, pero ambos -Código y Plan- han quedado rezagados por inútiles, ante los problemas de inseguridad vial que a diario sufrimos los colombianos. Sus pálidos esfuerzos no han logrado reducir el caos vehicular, la disparada accidentalidad, ni el número de personas que fallecen o sufren algún traumatismo como consecuencia de un accidente vial en cualquier calle o vía de nuestras ciudades. Las cifras son realmente preocupantes: según datos de la Organización Mundial de la Salud-OMS, más de 1.400.000 personas mueren en el mundo cada año como resultado de accidentes y siniestros viales.  Y entre 20 y 50 millones sufren de traumatismos no mortales, que producen o no, algún tipo de discapacidad. Y mientras en algunos países como Canadá en un 63%, Suecia en un 58% y E.U.  en un 27% han logrado reducir sus tasas de fatalidad por accidentes viales, en Colombia, por el contrario, esta misma tasa aumentó en un 237%, que nos pondría a pensar si cada vez no estamos más cerca de perecer involucrado en un accidente de cualquier automotor.   Durante el año anterior, en Colombia se reportaron 7.270 fallecidos de los cuales 4.312 correspondieron a accidentes de motociclistas.  En la Costa Atlántica las ciudades más afectadas por este fenómeno son Cartagena, Maicao, Sincelejo, Valledupar y Santa Marta, ciudades que tienen el mayor número de motociclistas registrados, que han hecho gastar a las aseguradoras una importante cantidad de dinero en gastos hospitalarios y al Estado sus correspondientes contribuciones.

La expedición de un nuevo Código de Tránsito y Transporte en Colombia no solo se hace imperiosa en cuanto corresponde  al deber del Estado de proteger los derechos a la vida, a la salud y al medio ambiente, entre otros, sino que la nueva normatividad en seguridad vehicular pondría en el escenario comercial un mayor control en  los procedimientos de importación y número de motocicletas al país,  un marco normativo que garantice la vinculación al mercado de vehículos automotores con nuevas tecnologías, se mejore la seguridad en las vías,  y especialmente que los recursos del SOAT, del Plan Obligatorio de Salud-POS y  del Fondo de Seguridad y Garantía-FOSYGA, que sirven para la recuperación de las víctimas,   permitan una redistribución de  los gastos de la salud, que corresponden a los costos de atención, servicios médicos y rehabilitación de los lesionados en accidentes vehiculares de la población más vulnerable, que son casi siempre los más afectados con la siniestralidad vial;  y   se erradique de allí  la presencia de su majestad la corrupción.

Los colombianos queremos movernos por ciudades más seguras y en vías que ofrezcan el legítimo derecho a una libre circulación, que es un derecho de arraigo constitucional, pues de forma irracional están muriendo muchos compatriotas en accidentes viales y mayormente en siniestros de motocicletas en las ciudades, expidiéndose una nueva legislación que nos garantice una seguridad vial y vehicular, para la protección de la salud y la vida de todos.

*Abogado laboralista*Profesor universitario*Escritor 

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