HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

Sin tregua a la vista en la capital de Sudán

Jartum, Sudán

El jefe del ejército de Sudán, Abdel Fatah al Burhan, descartó negociar con el líder de los paramilitares, en el sexto día de combates que ya han dejado centenas de muertos en este paupérrimo país de África occidental.

Los enfrentamientos estallaron el sábado entre las fuerzas leales al general Burhan y las de su otrora número dos, Mohamed Hamdan Daglo, jefe de las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).

«No creo que haya espacio para negociaciones políticas con las Fuerzas de Apoyo Rápido», dijo el general Burhan a la cadena Al Jazeera, en su primera intervención desde el inicio de la sublevación.

Si el general Daglo no abandona su tentativa de «querer controlar el país», será «aplastado militarmente», advirtió el jefe del ejército en una entrevista telefónica con la cadena catarí.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los combates han dejado «más de 330 muertos y 3.200 heridos».

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, instó a un alto el fuego «de al menos tres días» con motivo de la celebración del Aíd al Fitr, que marca el final del Ramadán, el mes sagrado de ayuno musulmán.

Estados Unidos anunció que había enviado refuerzos militares a la región para ayudar a una eventual evacuación del personal de su embajada en Jartum.

– «Huele a muerte» –
Miles de personas huyeron de Jartum, para escapar de los bombardeos, disparos y enfrentamientos.

«En algunos barrios del centro huele a muerte y a cadáveres», dijo un habitante de la capital, mientras se dirigía a una zona más tranquila.

«A las cuatro y media de la mañana nos despertó el ruido de los ataques aéreos. Cerramos todas las puertas y las ventanas, por miedo a que entrara alguna bala perdida», contó Nazek Abdalá, de 38 años.

Muchos habitantes no tuvieron más remedio que huir a pie debido a que el precio de la gasolina se disparó: un litro de combustible cuesta ahora 10 dólares, en uno de los países más pobres del mundo.

Los caminantes debieron en muchos casos abrirse paso entre los cadáveres que yacen al borde de las calles y entre tanques y camionetas calcinados y evitar las zonas más peligrosas de la ciudad, de donde se elevaban espesas columnas de humo negro.

«Los niños están refugiados en escuelas y guarderías, mientras los combates arrecian a su alrededor, y los hospitales infantiles tuvieron que ser evacuados, con los bombardeos cerca», advirtió Unicef.

Entre 10.000 y 20.000 sudaneses huyeron hacia el vecino Chad, de acuerdo a equipos de la Agencia de la ONU para los Refugiados presentes en la frontera.

«La mayoría de las personas que llegan son mujeres y niños», indicó el jueves la organización en un comunicado.

 

Treguas incumplidas

 

Desde que la lucha por el poder, que llevaba semanas latente entre los dos generales, degeneró el sábado en batalla abierta, la confusión es total para los 45 millones de habitantes del país.

Ambos bandos siguen prometiendo treguas que nunca respetan.

En las calles sembradas de escombros de Jartum, es imposible saber quién controla las principales instituciones del país.

La aviación regular, según médicos, no vacila en bombardear bases de las FAR diseminadas en zonas pobladas de Jartum, aunque estén cerca de hospitales.

En cinco días, «el 70% de los 74 hospitales de Jartum y de las zonas afectadas por los combates han quedado fuera de servicio», según un sindicato de médicos.

Varias organizaciones humanitarias tuvieron que suspender su ayuda, crucial en un país donde más de un tercio de la población pasa hambre en tiempos normales.

Egipto logró, gracias a una mediación de Emiratos Árabes Unidos, evacuar a 177 de sus soldados que se encontraban en una base aérea del norte de Sudán, indicaron ambos países.

Otros 27 soldados egipcios, capturados por los paramilitares, fueron entregados a la Cruz Roja Sudanesa y esperan su repatriación, indicó el ejército egipcio.

 

-Violencia sexual y saqueos

Tres empleados del Programa Mundial de Alimentos (PMA) murieron en la región de Darfur. La ONU denunció además «saqueos» de sus reservas y «ataques», incluyendo de tipo sexual, contra su personal.

El estallido de violencia fue la culminación de las profundas divisiones entre el ejército y las FAR, creadas en 2013 por el entonces líder autocrático Omar al Bashir.

Burhan y Daglo se unieron para derrocar a Bashir en abril de 2019 tras las multitudinarias protestas populares contra sus tres décadas de gobierno.

En octubre de 2021, los dos hombres encabezaron un golpe contra el gobierno civil instalado tras la salida de Bashir y pusieron fin a una transición apoyada por la comunidad internacional.

Agence France-Presse

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