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Reforma pensional: un debate que no da espera

Por  
JAVIER
MOLINA CASTILLO 

“Hoy uno de cada cuatro colombianos no tiene derecho a la pensión y esa es una de las conversaciones más dramáticas que tenemos que resolver con una reforma o un sistema integral para la vejez”. Esta frase del presidente de Protección y del Consejo Directivo de Asofondos, Juan David Correa, resume la necesidad de adelantar con urgencia una reforma pensional en el país. 

Se trata de pasar ya de los diagnósticos que se vienen haciendo desde hace más de una década, porque las principales falencias están bien identificadas, a las propuestas concretas para encontrar un sistema único que vele por la atención de quienes no están cubiertos, y a corregir las fallas del sistema actual.

Por lo menos así quedó evidenciado esta semana durante la edición 15 del Congreso de AsofondosFiap, que se desarrolló en Cartagena, donde las principales conclusiones tienden a que la reforma estructural debe ir más allá de las pensiones y abarcar todo un sistema de protección para la vejez.

Además, que es un tema que se debe enfrentar de forma urgente en el próximo gobierno, ya que llevamos más de una década hablando de reforma pensional, sobrediagnosticando el problema, pero hasta ahora ninguno ha tenido la valentía política de colocar la discusión sobre la mesa.

Por lo menos así lo considera el director de Wealth, en Mercer para la región Andina, Centroamérica y El Caribe, David Cuervo, quien explicó que ya se sabe que se necesita hacer una reforma, pero se sigue postergando y las decisiones en 10 o 15 años podrían ser más drásticas y dramáticas.

“Mucho se habla, mucho se discute, pero ninguno pretende presentar una propuesta pensional. La necesidad de hacerla es muy grande y lo importante es hacerla hoy, para que tengan mejores condiciones las personas del mañana”, dijo Cuervo.

El experto señaló que si “empezamos a patear la pelota”, no hay duda que “esa papa caliente” podría representar a futuro una reducción significativa de la pensión o un aumento alto en la edad de retiro, entre 70 o 75 años, aspectos que tampoco son viables en un mercado laboral tan frágil como el nuestro.

En la misma línea coincide el presidente de Porvenir, Miguel Largacha Martínez, quien hizo un llamado desde el evento para que “de verdad nos centremos en buscar cómo podemos tener una reforma que mejore el sistema de protección de la vejez”.

Un punto muy importante es el que resalta el académico y director del CERAC, Jorge Restrepo, quien es consciente que una reforma pensional es necesaria, pero solo si se resuelven los problemas que ya se han identificado, como la baja cobertura, la equidad en la distribución de los subsidios y los apoyos económicos para la población mayor de 65 años.

El presidente de la Asociación Colombiana de Administradoras de Fondos de Pensiones y Cesantías (Asofondos), Santiago Montenegro, planteó algunos pilares fundamentales en torno a una reforma pensional, o como lo dice el dirigente gremial, “la reforma de un sistema de protección a la vejez”.

Eliminar la competencia entre regímenes, un pilar solidario que beneficie a quienes no logran acceder a una pensión, justicia en la repartición de los subsidios y un pilar contributivo de ahorro y capitalización están entre los puntos a discutir. Por allí también se escuchan propuestas de edad de retiro.

¿UNIFICACIÓN DE REGÍMENES? 

Montenegro resaltó que un primer punto a atacar en la discusión de la reforma, es la competencia entre el régimen contributivo y el régimen de prima media, porque la discusión no debería girar en si uno u otro, sino que puedan complementarse de la mejor forma.

“Acá no debería haber dos regímenes compitiendo uno con otro, eso tenemos que ajustarlo, la discusión debería ser entre entre un régimen viable, eficiente y uno que no sea viable y eficiente, que puede ser administrado por entes públicos y privados, ese es el punto de fondo que hay que tener en cuenta”, señaló el directivo.

Allí las propuestas siguen divididas. Mientras que algunos consideran que una buena decisión podría ser que se complementen, otros prefieren que se mantenga como está, reconociendo a Colpensiones como el fondo público y a los fondos privados desde la otra orilla.

Cuervo, el directivo de Mercer para la región Andina, es enfático en afirmar que “ni lo uno ni lo otro”. No se debe excluir o eliminar los sistemas existentes, lo que se debe hacer es corregir los aspectos de ambos, buscando alternativas de ajustarlos y armonizarlos, con el fin de lograr un objetivo común.

PILAR SOLIDARIO Y SUBSIDIOS INJUSTOS 

Otro punto importante a buscar consensos es en la necesidad de tener un pilar solidario que brinde un apoyo a las personas mayores de 65 años que no lograron una pensión y que necesitan que el Estado les brinde una mano para su supervivencia en esta época de su vida.

“Ya lo tenemos, lo que pasa es que es muy precario, se llama Colombia Mayor, con un 1,7 millones de personas que son las más pobres de sisben 1 y 2, ahora sisben A y B, que el Estado les da 85.000 pesitos mensuales, eso es muy poquita plata, eso son como 20 dólares, en otros países como Chile ese subsidio para los pobres son como 150 dólares”, señaló Montenegro.

Según el líder del gremio de los fondos de pensiones, “a Colombia Mayor hay que ampliarla y hay que aumentarle la plata, y esa plata debe venir del Presupuesto Nacional, eso es lo que se hace en otros países, no de las cotizaciones”.

En este punto coincide David Cuervo, quien considera que se debe estructurar o modificar el esquema de beneficios, modificar cuál es la pensión máxima en Colombia, porque se están pagando subsidios a pensiones muy altas en Colpensiones y eso origina una inequidad y un enriquecimiento para las personas que menos lo necesitan, dejando otra parte de la población desamparada.

“Lo que queremos corregir es que las pensiones no sean más allá de seis o siete salarios mínimos por una sencilla razón: cuando uno revisa la estructura salarial colombiana, el 96 % de la población gana hasta cuatro salarios mínimos, entonces no hay razón técnica para sostener que tengamos pensiones de 12 salarios mínimos”, señaló Cuervo.

Según explica el experto, esta estructura permite unos flujos de dinero mayores, que desde el punto de vista fiscal pueden utilizarse de mejor manera, para que el Gobierno Nacional se pueda dedicar a dar mayores y mejores subsidios a esa población pobre, vulnerable mayor a 65 años que no tienen pensión.

Con este tema coincide el presidente de Porvenir, quien también lanzó una crítica al dinero que se entrega hoy en día a través del programa Colombia Mayor. La propuesta del directivo gira en torno a coger los subsidios que hoy se pagan a las pensiones más altas y llevarlos a donde se necesitan.

“En esos 1,7 millones de colombianos invertimos 1,8 billones de pesos del presupuesto nacional, eso significa que le damos 85.000 pesos a cada adulto mayor, pero eso ni siquiera cubre la línea de pobreza extrema y, por tanto, hemos dicho que debe ser alrededor de 150.000 pesos mensuales”, señaló Largacha Martínez.

A esta discusión también se suma la gente que cotiza y no logra pensionarse, que también es una población importante del país, pero la cual cuenta con algunos ahorros que hizo a lo largo de su vida laboral. El punto allí es definir cómo hacer para que, con lo ahorrado, puedan acceder a una pensión.

“Esos ahorros son bien importantes. La diferencia en la devolución de esos dineros entre la gente que no se jubila en los fondos de pensiones comparado con la devolución en Colpensiones es de casi 7 a 1. La devolución promedio en Colpensiones son 5 millones y en los fondos casi 40 millones”, señaló Montenegro.

Reforma pensional: un debate que no da espera

Es allí donde la propuesta gira en torno a que con esas devoluciones se pueden armar unos Beneficios Económicos Periódicos. “Usted puede dar un beneficio de unos 300.000 pesos mensuales, que eso es una plata considerable, eso hay que armarlos como parte de una reforma”, dijo.

Y la idea va en línea con lo que propone Largacha, pero en sentido de armar un sistema semicontributivo, donde lo que se aporte tenga un complemento del programa del Beps, de tal manera que se encuentra un mecanismo de renta básica que logre dar a aquel que no alcance la pensión.

Ese pilar semicontributivo también es parte de las propuestas de Ingrid Betancourt, calculando la contribución de alrededor de 680.000 pesos por persona retirada o en edad de retiro. Fajardo, por su parte, propone un apoyo económico de 500.000 pesos mensuales; mientras que Federico Gutiérrez lleva ese valor hasta los 330.000 pesos mensuales.

Tanto expertos como candidatos presidenciales consideran que se debe cerrar de una vez por todas con los subsidios de las pensiones en el régimen de prima media, porque es una muestra de inequidad e injusticia del actual sistema, al llegar en su mayoría a las personas que tienen pensiones más altas.

“Es un problema de justicia, no es un problema de sostenibilidad, no es un problema de competencia, no es un problema que el ahorro pensional sea muy costoso, no es un problema de falta de incentivos, es un problema que no podemos seguir viviendo en una sociedad injusta”, señaló Jorge Restrepo.

También se suma la propuesta de Asofondos de un pilar contributivo de pensiones que sea de ahorro y capitalización, porque el reparto no es viable, “es una pirámide financiera, donde cada vez hay menos cotizantes y cada vez hay más adultos mayores, que terminaría por convertirse a final de siglo en una pirámide invertida”, señaló Montenegro.

EDAD DE RETIRO 

Aunque la edad de retiro no está contemplado entre los primeros puntos de importancia en una reforma al sistema pensional, varios expertos y candidatos presidenciales han presentado propuestas en este aspecto, que llevarían a incrementarla, por lo menos, en cerca de dos años.

Betancourt, en el debate presidencial de Asofondos, propuesto un incremento de la edad de retiro a los 60 años para las mujeres y a los 65 para los hombres. Sin embargo, su contrincante en la contienda electoral, Enrique Gómez, señala que la edad de pensión debería ser a los 65 para ambos géneros.

En esa misma línea se encuentra el directivo de Mercer, David Cuervo, quien considera que los 65 años para mujeres y hombres por igual sería un punto de referencia importante, pese a que asegura que los expertos técnicos consideran que aumentar la edad de retiro no es tan prioritario.

De manera posterior seguramente vamos a tener que aumentarla cada diez años en dos o tres años, de tal manera que podamos reflejar esa expectativa, pues hoy los colombianos viven más, y esa extralongevidad es un riesgo que afecta necesariamente a todo el sistema pensional”, señaló Cuervo.

Otros candidatos como Federico Gutiérrez y Sergio Fajardo prefieren no tocar la edad de retiro, así como desde Asofondos que tampoco mantienen ese tipo de propuestas como prioritarias, pero que seguramente en una eventual reforma habría que estudiarlo, sin que sea la prioridad.

“El sistema pensional es como un carro y ese carro necesita una gasolina y la gasolina para que ande es el mercado laboral formal. Para estar en el sistema pensional hay que cotizar a través del mercado laboral formal, es la gasolina, sino hay gasolina el carro no anda”, concluyó Miguel Largacha./Colprensa. 

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