El Magdalena vivió con mucha alegría el Domingo de Ramos

El Obispo de la Diócesis de Santa Marta, Monseñor José Mario Bacci Trespalacios presidió las ceremonias de Sábado de Gloria y Domingo de Ramos en el municipio de Aracataca, Magdalena.

Con la celebración de la Santa Eucaristía en la Parroquia San José de Aracataca, el sábado, y la procesión del Domingo de Ramos en la mañana de ayer, la cual culminó en un gran encuentro en el coliseo cubierto de la citada municipalidad, el Obispo de la Diócesis de Santa Marta, Monseñor José Mario Bacci Trespalacios dio inicio a la Semana Santa en el departamento del Magdalena.

El alto prelado en las citadas ceremonias contó con el acompañamiento del sacerdote Arnaldo Ferreira Tinoco y miembros de la comunidad ‘cataquera’, quienes recibieron la bendición de Monseñor José Mario Bacci Trespalacios, quien busca continuar descentralizando las actividades religiosas de la Diócesis de Santa Marta para que se constituya en una gran hermandad entre todos los pueblos del departamento del Magdalena.

Este año todas las parroquias dirigieron su intención del Domingo de Ramos en un gran clamor a Dios para que tenga   misericordia por la vida en Colombia, sus familias y el fin de la guerra en Ucrania.

De acuerdo con la información suministrada por Monseñor José Mario Bacci Trespalacios, “la Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos. Es el pórtico de inicio de esta llamada también Semana Mayor. Este día conmemoramos la entrada de Jesús en Jerusalén, según los Evangelios, el comienzo de la última semana del Señor, cuando ya llega a la ciudad en la cual culmina su entrega por nosotros, por nuestra salvación, para morir después en la Cruz y llevar a plenitud y completar mejor la misión que el Padre le confió. Jesús entra primero aclamado por la multitud. Sin embargo, a pesar de que la celebración comienza con ese ambiente triunfal de alegría, de gozo, así como lo destaca la lectura del Evangelio, poco a poco, los mismos que lo aclamaron, luego lo condenan a muerte”.

Continuó diciendo que “primero le dicen: Hosanna, Hosanna. Bendito el que viene en nombre del Señor, y después Crucifícalo, crucifícalo. Eso significa la inconsistencia de la fe en los seguidores del Señor. Y en cierta medida nos representa también a nosotros, que a veces lo seguimos, a veces lo negamos, a veces lo traicionamos. Pero, de todas maneras, a través de esas contradicciones, el Señor realiza el designio de salvación del Padre entre nosotros. Así como los niños hebreos que le dan acogida a Jesús cuando llega a Jerusalén, también nosotros nos disponemos a recibirlo, a vivir con Él en la Semana de Pasión, a morir con Él en la Cruz, para Resucitar también con Él, a la vida nueva. Es el comienzo de la vida nueva en Él”.

EN SANTA MARTA

Todas las Parroquias adscritas a la Diócesis de Santa Marta recibieron a los samarios y visitantes, quienes se unieron a la celebración del Domingo de Ramos. Desde muy temprano llegaron para participar de la procesión de bendición de los ramos como es tradición.

Cumpliendo con los protocolos de bioseguridad, la mayoría de las personas a pesar de que las procesiones fueron al aire libre, portaron sus tapabocas, buscando con ello, aportar a que continúe bajando el índice de casos de covid-19 en la capital del departamento del Magdalena.

Algunas de las parroquias celebraron la procesión del Domingo de Ramos simbolizando con personajes característicos la entrada de Jesús a Jerusalén e incluso, el burrito que lo movilizó a esta sagrada tierra, y todos clamando “Bendito el que viene en nombre del Señor”.

Luego de estas procesiones, los feligreses se dirigieron a los templos de sus comunidades para participar de la Santa Eucaristía.