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En la significativa conversación entre Biden y Putin, en una bella biblioteca en Ginebra, el presidente de los Estados Unidos le advirtió a su colega de Rusia sobre las consecuencias que podrían tener nuevos ataques cibernéticos dirigidos a desestabilizar las democracias.
El tema tiene una gran relevancia en nuestro tiempo. No estamos en la Guerra Fría sino en lo que algunos llaman la ‘Paz Fría’, en la cual estos ataques han adquirido una gran importancia como que son la expresión de una especie de ‘subversión suave’.
Recordemos que hubo un gran escándalo por lo que algunos consideraron que había existido complicidad del presidente Trump como candidato, con los ataques cibernéticos de Rusia para manipular los computadores del Partido Demócrata y de su candidata Hillary Clinton.
Espías británicos y otros habían denunciado situaciones de relaciones indebidas por parte de funcionarios cercanos a Trump en la campaña o en su gobierno: Paul Manafort, Michael Flynn, Jared Kushner (esposo de la hija de Trump, Ivanka), Carter Page y otros. Varios libros se refirieron al tema. Uno muy citado el de Luke Harding, escritor premiado que manejó la oficina del periódico The Guardian en Moscú. Sus libros han sido traducidos en treinta idiomas. En 2017 escribió ‘Colusión, encuentros secretos, dinero sucio y cómo Rusia ayudó al triunfo de Trump’ (Vintage Books).
El encargado del Ministerio de Justicia, Rod J. Rosestein emitió la Orden 3915-2017 para designar un fiscal especial para investigar la interferencia rusa en la elección presidencial de 2016. Robert S. Mueller III fue designado para realizar esta tarea.
El informe fue publicado el 18 de abril de 2019. En dos volúmenes y varios apéndices. En la conclusión (pág. 182, volumen II) dice en frase muy bien concebida: “… a tiempo que este informe no concluye que el Presidente cometió este crimen, de la misma manera no lo exonera”.
Pero sí estableció otras responsabilidades. Buenas razones tenía Biden para hacer la advertencia.
Es más: en la Revista Foreign Affairs, al comenzar el 2018, Biden publicó un escrito titulado: ‘Cómo confrontar el Kremlin, defendiendo la democracia contra sus enemigos’. Allí sostiene que el Kremlin “está activando pasiones nacionalistas para estimular el disentimiento interno y mantener las democracias occidentales a la defensiva y preocupadas con divisiones internas”. Señala que Trump no está tomando con seriedad esta amenaza. Y describe casos de interferencia en Estados Unidos y Europa.
Menciona la Internet Research Agency que opera desde San Peterburgo con “hackers patriotas” y “trolls” para pagar mensajes en las redes sociales, en Estados Unidos, 2016, en Francia, 2017; en referendos en Italia, Holanda, España. Apoyar el movimiento ‘Alternativo’ en Alemania y la Liga del Norte en Italia, al populista Movimiento de las Cinco Estrellas.
Como se ve el objetivo es desestabilizar y apoyar la polarización. No importa por eso quién recibe el apoyo así sea una fuerza política de extrema derecha, como el caso que cita sobre la señora Le Pen, en Francia, en virtud de un préstamo multimillonario. El lavado de dinero también entra en este juego. ¡Debilitar y dividir internamente las democracias occidentales, ese es el objetivo! En respuesta, el Congreso Americano aprobó, 419 contra 3, en la Cámara y 98 contra 2 en el Senado, una ley para contrarrestar estas perversas actuaciones.
La candidez no caracteriza a Biden. Menos mal.
*ExMinistro de Estado.