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En su último día en el país, el Papa Francisco habló sobre la caridad y la misericordia, sobre los pobres y los más vulnerables, y sobre cómo – aún hoy – muchas personas son vendidas como esclavos, todo esto en medio de múltiples referencias a Pedro Claver, el hombre que dedicó su vida a los esclavos, canonizado en 1888, y cuyo santuario visitó en la ciudad de Cartagena,
Pero Francisco también le habló al pueblo venezolano, para el cual pidió una solución a la crisis, y volvió abordar con la profundidad de todos estos días el tema de la paz. “No nos quedemos en dar el primer paso”, dijo el Papa al término de la misa campal en el Puerto de Cartagena.
Estos son algunos de los mensajes que el Sumo Pontífice dejó a su paso por Cartagena, la última escala de su visita apostólica al país:
- UN MENSAJE PARA VENEZUELA
Desde el Santuario de San Pedro Claver, donde hizo la oración del Ángelus, el Papa Francisco envió un mensaje de aliento a Venezuela, pidiendo rechazar la violencia política y encontrar soluciones para su difícil situación.
“Expreso mi cercanía a cada uno de los hijos y las hijas de esa amada nación, como también a quienes han encontrado en Colombia un lugar de acogida”, dijo el Obispo de Roma.
“Desde esta ciudad, la sede de los derechos humanos, hago un llamado para que se rechace todo tipo de violencia en la vida política y se encuentre una solución a la grave crisis que se está viviendo y afecta a todos, especialmente a los más pobres y desfavorecidos de la sociedad”, indicó el Santo Padre.
- TODAVÍA HOY, MILLONES DE PERSONAS SON VENDIDAS COMO ESCLAVOS
Allí mismo, al hablar de la Virgen de Chiquinquirá y la obra de San Pedro Claver, el Papa Francisco aseguró que él, el “esclavo de los esclavos”, sabía que el lenguaje de la caridad y de la misericordia era comprendido por todos. “De hecho, la caridad ayuda a comprender la verdad y la verdad reclama gestos de caridad. Cuando sentía repugnancia hacia ellos, besaba sus llagas”.
El Papa resaltó que “todavía hoy, en Colombia y en el mundo, millones de personas son vendidas como esclavos, o bien mendigan un poco de humanidad, un momento de ternura, se hacen a la mar o emprenden el camino porque lo han perdido todo, empezando por su dignidad y por sus propios derechos”.
“María de Chiquinquirá y Pedro Claver nos invitan a trabajar por la dignidad de todos nuestros hermanos, en especial por los pobres y descartados de la sociedad, por aquellos que son abandonados, por los emigrantes, por los que sufren la violencia y la trata. Todos ellos tienen su dignidad y son imagen viva de Dios. Todos hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, y a todos nosotros, la Virgen nos sostiene en sus brazos como a hijos queridos”, agregó el Obispo de Roma.
- NO BASTA CON EL DISEÑO DE MARCOS NORMATIVOS
Ya en la tarde, durante la misa campal en el Puerto de Cartagena, el Papa Francisco abordó de nuevo el tema de la paz. Ante las miles de personas que participaron en su última eucaristía en el país, el Sumo Pontífice recordó los muchos testimonios que escuchó durante los cinco días de su viaje de personas que han sufrido daño.
“Heridas terribles que pude contemplar en sus propios cuerpos; pérdidas irreparables que todavía se siguen llorando, sin embargo han salido, han dado el primer paso en un camino distinto a los ya recorridos. Porque Colombia hace décadas que a tientas busca la paz”, dijo.
Asimismo, Francisco aseguró que “hemos aprendido que estos caminos de pacificación, de primacía de la razón sobre la venganza, de delicada armonía entre la política y el derecho, no pueden obviar los procesos de la gente”.
“No se alcanza con el diseño de marcos normativos y arreglos institucionales entre grupos políticos o económicos de buena voluntad. Jesús encuentra la solución al daño realizado en el encuentro personal entre las partes. Además, siempre es rico incorporar en nuestros procesos de paz la experiencia de sectores que, en muchas ocasiones, han sido invisibilizados, para que sean precisamente las comunidades quienes coloreen los procesos de memoria colectiva”, aseguró el Prelado.
Y agregó: “El autor principal, el sujeto histórico de este proceso, es la gente y su cultura, no es una clase, una fracción, un grupo, una élite. No necesitamos un proyecto de unos pocos para unos pocos, o una minoría ilustrada o testimonial que se apropie de un sentimiento colectivo. Se trata de un acuerdo para vivir juntos, de un pacto social y cultural”.
- JUSTICIA, VERDAD Y REPARACIÓN
Francisco continuó durante la homilía con mensajes directos sobre los retos que implica la búsqueda de la paz: “las heridas hondas de la historia precisan necesariamente de instancias donde se haga justicia, se dé posibilidad a las víctimas de conocer la verdad, que el daño sea convenientemente reparado y que haya acciones claras para evitar que se repitan esos crímenes”.
El Sumo Pontífice agregó que “se nos exige generar desde abajo un cambio cultural: a la cultura de la muerte, de la violencia, respondemos con la cultura de la vida, del encuentro”, y citó – por segunda vez durante su visita – al Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez:
“Nos lo decía ya ese escritor tan de ustedes, tan de todos: ‘Este desastre cultural no se remedia ni con plomo ni con plata, sino con una educación para la paz, construida con amor sobre los escombros de un país enardecido donde nos levantamos temprano para seguirnos matándonos los unos a los otros… una legítima revolución de paz que canalice hacia la vida la inmensa energía creadora que durante casi dos siglos hemos usado para destruirnos y que reivindique y enaltezca el predominio de la imaginaci%