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Con el nuevo Obispo, inicia una nueva era en la Diócesis samaria

El alto prelado, Monseñor José Mario Bacci Trespalacios, extiende su mano solidaria, en nombre del Evangelio, e invitó a todos los fieles católicos a trabajar juntos por el bien común, en la defensa de la dignidad de la persona y en su desarrollo integral.

 

Con el nuevo Obispo, inicia una nueva era en la Diócesis samaria

En el contexto de la fiesta litúrgica de la Conversión de San Pablo, cumpliéndose los protocolos de bioseguridad para prevenir el Covid-19, se celebró en la mañana de ayer en la Catedral Basílica de Santa Marta, la ordenación episcopal y posesión canónica de Monseñor José Mario Bacci Trespalacios, obteniendo el título de Obispo de la Diócesis de Santa Marta.

Esta importante ceremonia religiosa que marca una nueva era en la Iglesia Católica samaria, fue presidida por Monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia; los co-ordenantes, Monseñor Jorge Enrique Jiménez, Arzobispo emérito de Cartagena y Monseñor Pablo Emiro Salas, Arzobispo Metropolitano de Barranquilla, quienes entregaron un importante mensaje a la comunidad samaria para que acompañemos en su misión evangelizadora a monseñor Bacci Trespalacios, quien está muy interesado en aportarle desde su fe y experiencia a este pueblo de Dios, de acuerdo con lo propuesto en las santas escrituras del Evangelio.

Uno de los momentos más importantes de esta ceremonia fue la imposición de manos y cuando Monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá, invocó al Espíritu Santo, para declarar a Monseñor José Mario Bacci Trespalacios oficialmente Obispo de Santa Marta, expresando: “que sea un buen pastor, sirviendo a Dios y a su pueblo, sin tacha de día y de noche, que ofrezca sus dones a la Santa Iglesia, y que con la fuerza del Espíritu Santo tenga el poder de perdonar pecados, que sea grata su vida por medio de nuestro Señor  Jesucristo, que recibe la Gloria, el Poder y el Honor, ahora y por los siglos de los siglos. Amén”.

Monseñor Bacci Trespalacios se postró frente al altar, con el rostro en tierra, recordando la agonía de Jesús y como signo de servicio y entrega.

Después le siguió el acto de la unción con el Crisma, es decir con Cristo el ungido, ratificándose la obra de santificación del Espíritu Santo, el protagonista de la Evangelización. Luego recibió en sus manos el Evangelio, que representa instruir sobre la Palabra de Dios y con toda paciencia. Y el anillo impuesto al nuevo Obispo, le hará recordar siempre el amor por la Iglesia a la que debe servir en su misión.

Mientras que la Mitra, que recibió en esta ceremonia es el tocado que se colocan sobre su cabeza, signo de enseñanza y presidencia, momento en el cual, el Arzobispo de Bogotá, expresó lo siguiente: “Brille en ti el resplandor de la santidad, para que cuando aparezca el príncipe de los pastores, recibas la corona de la gloria que no se marchita, al entregar el Obispo el amor por su ovejas”.

Después, Monseñor Bacci Trespalacios recibió el báculo, símbolo de pastoreo, el cual le hereda de su ‘hermano eudista’, Monseñor Joaquín Guillermo García Benítez (q.e.p.d.), quien lo usó hace 100 años cuando fue Obispo de la Diócesis de Santa Marta.

Una vez, Monseñor Bacci recibió todos estos símbolos representativos del Episcopado, fue felicitado por los aplausos de todos los asistentes a la ceremonia, entre ellos, sus padres y hermanos.

En diálogo con los medios de comunicación de la ciudad, Monseñor José Mario Bacci Trespalacios, Obispo de la Diócesis samaria manifestó que “la humildad me lleva a reconocer la obra del Señor en esta histórica tierra conducida por el Espíritu Santo, con el concurso de hombres y mujeres que desde hace casi 500 años abrieron las puertas de la fe cristiana a Colombia. La vibrante historia de esta Iglesia Primada nos recuerda una verdad que con humildad acogemos: en la Iglesia, nadie parte de cero. Siempre somos precedidos por la gracia que ha tocado otros corazones y los ha dispuesto a darlo todo en el seguimiento del Señor y en la consolidación de su Iglesia”.

 

GRATITUD Y

RECONOCIMIENTO

 

Por eso, humildemente expresó gratitud y reconocimiento a todos los que a lo largo de esta fecunda historia de la Diócesis de Santa Marta, han contribuido con su entrega en la obra evangelizadora de los hombres y mujeres de esta tierra bendita.

“Dirijo un saludo fraterno a cada uno de los sacerdotes, diáconos y seminaristas; a los miembros de la vida consagrada, a los movimientos apostólicos, a las familias, iglesias, y a todos los bautizados que contribuyen a la evangelización en esta querida Diócesis. Nunca olvidemos que “lo que importa es evangelizar, no de una manera decorativa, como un barniz superficial, sino de manera vital, en profundidad y hasta sus mismas raíces”, manifestó el nuevo Obispo de la Diócesis samaria.

De igual forma, expresó un recuerdo agradecido a sus predecesores, especialmente a Monseñor Luis Adriano Piedrahita Sandoval, que goza ya de la plenitud de la salvación; y a Monseñor Ugo Puccini Banfi, “que está entre nosotros y pastoreó con tanta abnegación por muchos años esta porción del pueblo de Dios. Evoco también la figura ya lejana pero no menos importante de otro predecesor, eudista como yo, Monseñor Joaquín García Benítez, quien hace 100 años ocupaba esta sede de la ciudad de Santa Marta y estaba apenas iniciando un largo y fecundo servicio episcopal. Igualmente, un profundo y sentido agradecimiento a todos los que, con tanto esmero, han llevado adelante la misión de la Iglesia en la Diócesis durante el año 2021, a la espera del nombramiento del nuevo Obispo. Pienso en el Colegio de Consultores y, junto a ellos y a todos los sacerdotes, pienso en el Padre Isidro Castro, Administrador Diocesano. A todos ustedes, agradezco su testimonio de amor y servicio a esta Iglesia Particular”

 

ENRIQUECER EL

CAMINO PASTORAL

 

Monseñor José Mario Bacci afirmó que llega con el compromiso de reconocer los pasos dados, de determinar el estado actual de los procesos evangelizadores y de enriquecer el camino pastoral de esta Iglesia diocesana. Todo esto en el gran contexto de la propuesta del Papa Francisco: “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión. Quisiera recordar de modo más concreto a toda la población de la Diócesis: hombres y mujeres, gente de la ciudad y campesinos, miembros de etnias indígenas y de comunidades afroamericanas, gente mayor, jóvenes, personas necesitadas, enfermas y agobiadas por la pandemia y sus consecuencias de todo tipo, personas impedidas, privadas de libertad, migrantes, creyentes y no creyentes. A todos extiendo mi mano solidaria, en nombre del Evangelio; trabajemos juntos por el bien común, en la defensa de la dignidad de la persona y en su desarrollo integral”.

La anterior iniciativa la comparte con las distintas administraciones municipales y demás instituciones de la ciudad y del departamento, con el ánimo de crear un clima de diálogo, de auténtica convivencia, en paz y en libertad, con el trato de respeto que ha de caracterizar a una sociedad plural como la nuestra.

“Inicio este servicio con alegría y con plena conciencia de los desafíos que el camino de la vida junto a ustedes me va a mostrar. Agradezco la confianza del Santo Padre Francisco y, puesto en las manos del Señor, quiero vivir esta misión muy cerca de la vida de la gente.

La ceremonia de ordenación Episcopal inició a las 10:00 de la mañana y finalizó al mediodía en la Catedral Basílica de Santa Marta, todos los Obispos y el sacerdocio samario en pleno, al igual que religiosos y representantes de la comunidad presente, se acercaron al nuevo Obispo de la Diócesis de Santa Marta para saludarlo y expresarles sus sentidas palabras de bienvenida a la capital del departamento del Magdalena.

Acto seguido se dio paso a la celebración de la Santa Eucaristía, la primera que preside Monseñor José Mario Bacci Trespalacios en la Catedral Basílica de Santa Marta, y en medio de la misma, expresó lo siguiente:

“A ustedes mis diocesanos les digo, Santa Marta y los pueblos del Magdalena nos necesitan, la Iglesia tiene un lugar en el corazón de los samarios y los dramas que enfrentan los hombres y las mujeres en estos tiempos nos interpelan, no podemos hacernos los de los oídos sordos, los índices de pobreza y violencia, la polarización política, que sería entre otras cosas superables, si los protagonistas de la política y nosotros todos leyéramos con atención el capítulo quinto de la carta encíclica del Papa Francisco, titulada ‘La Mejor Política’, la desigualdad insoportable en la que vivimos, los efectos dolorosos de la pandemia, el poco compromiso público de los creyentes, todos estos son clamores de Dios que cuestionan la autenticidad de nuestra fe, si somos creyentes esas no deben ser las características de nuestra sociedad, y en cierto modo,  nos obligan a aprobar la pertinencia de la presencia de la iglesia en el territorio.

Santa Marta debe recuperar su lugar protagónico en la Evangelización de Colombia, somos la iglesia primada por historia, que lo seamos también por comunión, participación y misión, llego a esta Diócesis además , precedido por buenos pastores a imagen del único buen pastor y entre ellos, destaco a mi ‘hermano eudista’ Monseñor Joaquín García Benítez, hace 100 años el era obispo de esta Diócesis, aquí enseñó el Evangelio, santificó  al pueblo de Dios y vivió la Misión, el báculo que recibí de manos de Monseñor Luis Jose, fue suyo, lo utilizó hace 100 años para pastorear al pueblo en nombre de Jesucristo”.

 

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