HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

El absolutismo del gobierno de Maduro

La Unión Europea, los Estados Unidos y 14 países reunidos en el llamado Grupo de Lima expresaron esta semana que no reconocerán las elecciones presidenciales efectuadas el pasado domingo en Venezuela y que, como era de esperarse, ganó el candidato presidente, Nicolás Maduro. Las razones son claras, según esos países que pidieron llamar a consultas a sus embajadores, ese proceso no fue democTicrático, ni libre, ni justo, ni transparente.

El mayor problema con este vecino incómodo es para Colombia que no solo recibe todos los días a miles de migrantes que escapan de la miseria, la falta de oportunidades y la persecución del Gobierno venezolano, sino que por tratarse de una frontera viva, todo lo que sucede al otro lado impacta necesariamente en las regiones vecinas, en su economía y en sus relaciones sociales y familiares. Por esta razón, el país tendrá que actuar con cabeza fría para poder hacer frente a esta situación, de manera muy fuerte y decidida contra los gobernantes, pero manteniendo los brazos abiertos a las víctimas de la represión. No será fácil, menos ahora que nuestra nación también se encuentra en un proceso electoral.

España instó a que la Unión Europea radicalice su posición contra el gobierno venezolano para que se tomen nuevas medidas en su contra, al tiempo que los integrantes del grupo de Lima manifiestan que pedirán de nuevo a la OEA que aplique la carta democrática a Venezuela y que sea suspendida esta nación de ese foro internacional. Estados Unidos también mantiene su fuerte discurso y todos esperan que las presiones diplomáticas permitan entrar en razón al gobierno de Nicolás Maduro, que ayer invitó a un diálogo nacional.

El reto ahora involucra también a la ambivalente oposición venezolana, cuyos bandazos han impedido que se pueda suscitar un cambio real en el país, toda vez que sus divisiones internas son aprovechadas por el madurismo para perpetuarse en el poder, a pesar de todas las torpezas en sus decisiones, que han llevado a la ruina a millones de personas. El concurso de la comunidad internacional debe fortalecer a los opositores para hacer frente a quienes siguen imponiendo su voluntad por encima de cualquier criterio democrático dentro de Venezuela.

Para Colombia y los demás países que empiezan a presionar con la posibilidad del rompimiento de las relaciones va a ser muy difícil sostener esta decisión contra Venezuela, cuyos gobernantes tienen una facilidad para el insulto, que no respetan protocolos de ningún tipo, que buscan mantenerse en el poder, así eso implique acabar con lo poco que queda de su país. Sin embargo, el aire que hasta ahora mantiene al Socialismo del Siglo XXI se lo brindan Bolivia, Nicaragua y Cuba, pero también China y Rusia, los principales acreedores hoy de Venezuela y cuyos intereses hacen que respalden el remedo de democracia que hay allí. Falta ver hasta cuándo.

La pantomima electoral del pasado domingo solo sirvió para ratificar que el absolutismo del gobierno de Nicolás Maduro pretende ir para largo. Seguramente se debilita, pero ya ha demostrado que sabe reinventarse para no dejarse sacar del poder. Falta ver qué tan coordinada puede trabajar la comunidad internacional para realmente propiciar un cambio en ese país, que en todo caso tiene que ser pacífico.

Internacionalista

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