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VIDEO I Bolsonaristas asaltan el Capitolio

Miles de seguidores del expresidente brasileño Jair Bolsonaro han culminado ayer domingo el asalto a las instituciones que llevaban más de dos meses reclamando en las calles. Las sedes del Congreso, de la Presidencia y del Tribunal Supremo han sido asaltados por quienes piden una intervención militar y la deposición de un líder, Luiz Inácio Lula da Silva, cuya legitimidad no reconocen. 

El caldo de cultivo de lo que ha acontecido este domingo deriva del pasado proceso electoral, cuando Bolsonaro y Lula se enfrentaron a dos vueltas por una Presidencia que el primero de ellos entendía que sólo podía ser suya. Así, agitó sin pruebas sospechas de fraude electoral y guardó un inédito silencio cuando cerraron los colegios el 30 de octubre y las urnas no le dieron la razón.

Hubo menos de dos puntos de diferencia entre ambos candidatos y el mandatario saliente obtuvo 58,2 millones de votos, más de los logrados cuatro años antes, lo que daba cuenta de hasta qué punto seguía siendo un dirigente popular entre un amplio sector de votantes; bien por convencimiento de sus dogmas ultraconservadores o por animadversión hacia Lula y todo lo que representa el Partido de los Trabajadores (PT).

El silencio de Bolsonaro tras el cierre de los colegios electorales dio pie a una ola de protestas marcadas por el bloqueo de carreteras. Pasaron varios días hasta que el presidente saliente se comprometió a iniciar la transición, aunque lo hizo con la boca pequeña y sin reconocer abiertamente que había sido derrotado –sigue sin hacerlo a día de hoy–.

Lula prometió que en los primeros compases de su mandato tomaría medidas contra quienes siguen negándose a reconocer su victoria, en un momento en que grupos de ‘bolsonaristas’ seguían reclamando frente a los cuarteles una potencial intervención de las Fuerzas Armadas. También se han llevado a cabo operaciones para desarticular supuestos planes violentos.

El propio Bolsonaro salió del país antes del cambio de mando el 1 de enero, en un desplante que medios de comunicación locales atribuyeron al posible temor a una posible medida contra él. Viajó rodeado de asesores a Florida, donde continúa a día de hoy, y no ha dado muestras de volver a corto plazo.

RECUPERAN EL CONTROL

Las fuerzas de seguridad brasileñas han logrado recuperar el control del Congreso, del Palacio de Planalto –sede presidencial– y de la sede del Tribunal Supremo Federal, ocupados por simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro que pretendían forzar un golpe de Estado.

Efectivos de la seguridad del Tribunal Supremo Federal y de fuerzas de choque de la Policía Militar del Distrito Federal consiguieron recuperar el control de la sede del TSF a media tarde y no fue hasta principios de la noche cuando retomaron el control del Congreso empleando medios antidisturbios y granadas aturdidoras, informa ‘O Globo’.

También han desplazado a los asaltantes del Palacio de Planalto, el palacio presidencial, aunque los manifestantes continúan concentrados en la conocida como Explanada de los Ministerios comunica todos estos edificios, ahora contenidos por un cordón de seguridad de los agentes.

Hasta ahora las autoridades han informado de que han sido detenidas 30 personas, aunque algunos medios informan de que los arrestados podrían superar ya ampliamente el centenar.

Los detenidos se encuentran en dependencias de la Policía Civil del Distrito Federal, concretamente en el Departamento de Policía Especializada, donde se espera la llegada de más sospechosos.

La mayoría están siendo arrestadas por el Artículo 359-M del Código Penal, que prevé entre 4 y 12 años de prisión por «tentativa de destitución de un gobierno legítimamente electo».

Los manifestantes estaban inicialmente concentrados ante la sede del Cuartel General del Ejército, muy cerca de las sedes de los tres poderes del Estado, cuando se han dirigido hasta el Congreso y han irrumpido en sus dependencias tras superar el cordón policial y arrancar las alambradas.

Más tarde se han dirigido a la sede presidencial y a la del Supremo, donde han invadido el plenario del tribunal. Han trascendido imágenes de los manifestantes provocando importantes destrozos dentro de los edificios.

Así se han podido ver imágenes de personas manifestantes vestidos de verde y amarillo arrancando sillones del Congreso o rompiendo cristales y mesas de la sede del Tribunal Supremo Federal. Precisamente en este último edificio habría sido arrancada la puerta del armario donde el juez Alexandre de Moraes cuelga su toga en el plenario del tribunal. De Moraes ha sido uno de los jueces más críticos con Bolsonaro.

 

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