HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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Especies se han reducido 60% en 50 años

Las poblaciones globales de animales han disminuido en un 60% en los últimos 50 años, asegura el Informe Planeta Vivo 2018, publicado por la organización WWF

 

La humanidad está agotando al planeta y decirlo no es la repetición de un cliché. Según el Informe Planeta Vivo 2018, que fue publicado ayer por la ONG Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) y estará disponible al público para su consulta desde hoy, es un hecho que la actividad humana tiene amenazada la capacidad de la naturaleza para proveer beneficios.

Tomando como medidor lo ocurrido desde 1968 hasta hoy (50 años atrás), el informe explica que nuestra Huella Ecológica, que es como se conoce a la medición del impacto de nuestro estilo de vida sobre el planeta, ha aumentado casi en un 190%, lo que ha transformado -y en gran parte acabado- las poblaciones globales de especies.

“Eso significa, básicamente, que la humanidad está consumiendo recursos más rápido que la capacidad de los ecosistemas para recuperarse”, explicó Néstor Ocampo, líder de la Fundación Ecológica Cosmos y ambientalista desde hace más de tres décadas.

Este índice es medible. Para 2018, el Overshoot Day, que es como se define al momento el año en el que la humanidad ha consumido el total de recursos naturales que la tierra puede producir al año, llegó el 1 de agosto y la fecha se viene anticipando año a año, según Global Footprint Network, la organización que hace la medición desde 1970.

Uno de los indicadores preocupantes encontrados por WWF, la mayor organización conservacionista independiente en el mundo, está en la Amazonía. En los últimos 50 años ha desaparecido el 20% de esta región que constituye la selva tropical más grande del planeta, y en los últimos 30 años lo ha hecho la mitad de sus corales de aguas poco profundas.

El Índice del Planeta Vivo, que está contenido en el informe, indica que en el último medio siglo las poblaciones globales de peces, aves, mamíferos, anfibios y reptiles se han disminuido en un 60% y el principal escenario de esa catástrofe está en Sudamérica y Centroamérica. Estas dos regiones han visto reducido un 89% del número de especies nativas durante el mismo período de tiempo, reseña WWF.

Aunque esta porción del globo no tiene un urbanismo tan voraz como el de Europa y Estados Unidos, por dar dos ejemplos, este indicador tiene sentido para Ocampo, que resaltó que Centro y Sudamérica tienen la región más rica en biodiversidad del mundo, “aquí vive el 42% de las cosas vivas del planeta”, recalca.

Por esta razón, hay muchas especies que viven solamente en una laguna o una montaña y “cualquier alteración del medio natural significa generalmente la pérdida de especies”, recalcó el experto.

Para Colombia, según un informe de 2017 de WWF, casi la mitad de los 85 ecosistemas del país se encuentran amenazados, en estado crítico o en peligro, debido al deterioro progresivo (ver paréntesis).

Por todo esto, una de las conclusiones del estudio anota que estamos viendo un rápido cierre de nuestra ventana de oportunidad para actuar y la “urgente necesidad de que la comunidad global reconsidere y redefina colectivamente cómo valora e inicia acciones inmediatas para detener y reversar los daños causados a la naturaleza”.

Este tema es inaplazable y el problema para expertos como Ocampo es que implica una transformación social completa y obligatoria. “Tendremos que aprender a vivir totalmente diferente y eso significa adoptar una forma de vida sostenible y simplificada”, concluyó.

 

El Colombiano

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