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Cristo José fue raptado por hombres en motocicleta en el momento en que estaba en su colegio. Desde ese momento se planeó un operativo en el que participaron tropas de la Fuerza de Tarea Vulcano y la Policía, apoyados por aviones y helicópteros de la Fuerza Aérea.
Seis días y cinco horas de angustia finalizaron este martes para la familia Contreras Arévalo con el regreso del pequeño Cristo José, secuestrado el pasado miércoles en la vereda Guamalito, municipio de El Carmen, Norte de Santander. Tras una operación conjunta entre Ejército, Fuerza Aérea y Policía el pequeño fue abandonado en un punto conocido como La Osa, otro corregimiento del mismo municipio.
Entre el punto del secuestro y de la liberación hay 27 kilómetros, tramo que se recorre en, aproximadamente, una hora y media.
Diana, la mamá del menor, al tener noticias de la liberación envió un agradecimiento a todos los colombianos por las voces de apoyo que le hicieron llegar desde diferentes puntos.
“Estoy agradecida con todos. La confianza en Dios, palabras de cada uno de ustedes. Nuevamente soy la mamá más feliz del mundo. Me siento orgullosa. Volví a nacer. Me dijo: mami, me robaron”, dijo emocionada hasta las lágrimas en medio de vecinos y familiares que no se cansaban de abrazarla y felicitarla.
Cristo José fue raptado por hombres en motocicleta en el momento en que estaba en su colegio. Desde ese momento se planeó un operativo en el que participaron tropas de la Fuerza de Tarea Vulcano y la Policía, apoyados por aviones y helicópteros de la Fuerza Aérea.
Aunque un par de horas después de su rapto una información sobre su liberación hizo pensar que el drama había terminado, nada más alejado de su realidad, pues se trató de un dato sin confirmar que confundió, incluso, hasta al presidente Iván Duque.
Tras desmentirse la versión, en redes sociales se inició la campaña mediática que buscaba presionar a sus captores, de los cuales, no se tuvo mucha información ni durante el secuestro ni tras la liberación.
Cuando el país y las autoridades se preguntaban por el grupo que cometió el atroz delito, el propio Pablo Beltrán, jefe negociador del ELN en los diálogos con el Gobierno, salió al paso y dijo que esa guerrilla no tenía en su poder al pequeño.
Pese a no tener esa certeza, la mamá se ofreció en canje por su hijo. “No hemos conocido nada sobre mi hijo, eso es lo más agobiante, ver que pasó una noche más y no tenemos respuesta de él. A los autores del secuestro les pido que toquen sus corazones y que Dios les haga ver la necesidad de soltarlo”, dijo con la incertidumbre de no saber a quién le dirigía el ruego.
Tras la liberación, el general Alberto José Mejía, comandante de las Fuerzas Militares, dijo que no se atrevía a dar nombres de los autores del hecho. Tampoco entregó pistas. Pero precisó que “tarde o temprano lo vamos a saber”.
Quien sí se atrevió a dar luces fue el propio alcalde de El Carmen, Edwin Contreras, quien manifestó que “es una banda organizada que iban huyendo hacia una de las montañas (…) son tres o cuatro tipos. Lo más importante es que se rescató a mi hijo sano y salvo”.
EN LAS CALLES
De las manifestaciones en redes se pasó a las calles, donde los colombianos organizaron plantones, cadenas de oraciones y velatones para exigir la liberación. Al tiempo, se revivió la polémica por la cadena perpetua para quienes cometan delitos en contra de los menores de edad.
Sin saberlo, Cristo José, a sus cinco años, fue protagonista de estos hechos, mientras permanecía en la tupida montaña que marca el límite entre Norte de Santander con el Cesar comiendo pan con salchichón, según su propia versión, y a merced de los mosquitos de la zona, pues su rostro y sus brazos mostraban huellas de las picaduras.
“Lo veo delgado, aunque lo veo con un ánimo muy bueno, no lo veo triste”, dijo Cristo Humberto Contreras, abuelo de Cristo José, y quien también fue víctima de secuestro en febrero de 2017.
El apoyo a la familia Contreras Arévalo incluyó la visita del presidente Duque, quien el domingo anterior estuvo en su casa hablando sobre la situación. “Vine aquí a expresarles mi solidaridad y afecto por la familia y estamos haciendo todo lo posible para que Cristo José esté de vuelta en su hogar”, señaló Duque al concluir el encuentro.
EL OPERATIVO
“Esta es la típica liberación por presión, es decir, que los bandidos que lo tenían, al ver a los 360 grados a la redonda y ver soldados por todos lados, aviones, helicópteros, aviones no tripulados deciden soltarlo”, explicó el general Mejía.
En la planeación de la operación se estableció conformar una especie de cuadrantes en el área por la que posiblemente moverían al menor. Así las cosas, el cerco se fue cerrando hasta que dejaron al menor en ese punto de La Osa.
No obstante, un detalle llama la atención. El alcalde Contreras se movió hasta el cuadrante que incluía la vereda donde fue hallado el niño. “Entendemos que recibió la información previa de que allí lo iba a encontrar. Los soldados lo encontraron y fue devuelto a su papá”, añadió Mejía.
Esta averiguación, por ahora, quedará en manos de las autoridades que buscarán establecer si, en efecto, el mandatario tuvo conocimiento previo de la ubicación de su hijo. Las primeras versiones apuntan a que Contreras caminó solo por la trocha hasta que se encontró con su hijo.