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¡´El coronel Óscar Dávila, se mató!, necropsia oficial

En la mañana del 21 de junio, doce días después de que el cuerpo del teniente coronel Óscar Dávila fue encontrado en un vehículo en Bogotá, la Fiscalía y Medicina Legal explicaron la causa de su muerte. Falleció por suicidio.

La vicefiscal general, Martha Mancera, el médico forense Jorge Paredes, el físico forense Henry Cepeda y el director del CTI, Alberto Acevedo, contaron detalles que los llevaron a esa conclusión.

LA LÍNEA DE TIEMPO

La reconstrucción de los hechos comienza con la llamada ventana de muerte, es decir, el tiempo que transcurre desde la última vez que la víctima es vista con vida hasta el hallazgo del cadáver, ambos hechos narrados necesariamente por testigos confiables.

En este caso, a las 5:40 de la tarde del 9 de junio el coronel Dávila ingresó al apartamento de un familiar, de donde se le vio salir con vida trece minutos después y dirigirse a su residencia. Dávila iba acompañado por un conductor subintendente de la Policía.

A las 6:10 de la tarde el coronel llamó a su esposa, con el fin de avisarle que en minutos llegaba a su vivienda. Tres minutos después, el agente hizo otra llamada, esta vez a la periodista Sylvia Charry, de Cambio, quien no le contestó.

Luego de otros tres minutos, la camioneta en la que se desplazaba Dávila pasó frente a su lugar de residencia, llegó al lugar donde fue encontrada y el conductor se bajó para ir a un supermercado.

El relato del conductor indica que Dávila le pidió que comprara una soda. Dos minutos después, a las 6:18 de la tarde, regresó a la camioneta y, según cuenta, dice la Fiscalía, el coronel, con el arma en la mano, “se despide de su conductor y, de manera inmediata, se dispara en la cabeza”. Después de veintiún minutos llega el primer responsable de examinar la escena.

LAS PREGUNTAS QUE SE RESPONDEN

La conclusión inicial es que los elementos probatorios dan cuenta de un disparo hecho en contacto con el costado de la cabeza, con la mano derecha de su autor y el arma de su compañero.

La investigación por la muerte del coronel, entonces, se cierra, debido a que el suicidio no es un delito, sino un problema de salud pública, y, por lo tanto, su investigación no le corresponde al derecho penal. Con ello, el conductor de Óscar Dávila deja de ser sospechoso, que era el estado en el que se encontraba desde que el equipo de criminalística llegó a la escena del crimen, dado que fue la última persona en estar alrededor del coronel.

Si llegase un testigo a controvertir el archivo del caso, Mancera explica que no lograría reabrirlo, pues “estaría riñendo con la certeza forense de una autopsia, de una trayectoria de disparo y, por supuesto, de los residuos de disparo en la mano”.

Asimismo, la vicefiscal Mancera reiteró que antes del 9 de junio el ente investigador no había llamado al teniente coronel a dar ninguna declaración en ninguna modalidad. “Para ese momento no teníamos otra cosa distinta que la recolección de pruebas”, explicó.

“Cuando decide el coronel radicar una petición para la Fiscalía General de la Nación, que le fue entregada a cada uno de los fiscales de cada línea de investigación, ninguno de ellos, en su autonomía e independencia, lo llamó a ninguna diligencia”, aseguró.

El arma con la que ocurrió el incidente, por otra parte, pertenecía al intendente que conducía para el coronel. El haberla dejado en la camioneta, declaró Mancera, no es un aspecto que pueda explorarse desde el derecho penal, pero sí a nivel de derecho disciplinario, que es competencia de la Inspección de la Policía o de la Procuraduría General de la Nación.

En esa misma línea, según el material recaudado hasta el cierre de la investigación, no es posible concluir que se pudo haber cometido el delito de inducción al suicidio. Para que esa infracción pueda concretarse, es fundamental que exista el elemento del dolo, es decir, que la persona que induce sepa que causará el suicidio y, además, intencionalmente haga la invitación.

“El dolo es conocer y hacer”, aclaró la vicefiscal, “y eso significaría que la inducción al suicidio es que permanentemente le esté diciendo que se suicide, que permanentemente lo esté hostigando para la realización de esa conducta; y, en la línea de tiempo que nosotros vimos durante todo el día, no tenemos una situación distinta a la de haber tomado la decisión personal de quitarse la vida”.

LO QUE AÚN NO ESTÁ RESUELTO

Las razones que llevaron al teniente coronel a tomar la decisión son desconocidas, así como si se trató de algo premeditado o repentino. Por supuesto, ello pertenece a la esfera más personal de sí. La Fiscalía contó que no realizó autopsia psicológica que pudiese dar luces sobre los motivos, dado que con la evidencia física pudo llegar a la conclusión de que se trató de un suicidio, lo cual es lo más relevante, si no lo único, dentro del caso y la competencia del ente acusador.

Asimismo, aunque se pudo establecer que Dávila tomó ansiolíticos momentos antes de tomar la decisión, no está claro el motivo ni el modo de adquirirlos. Se trata de fármacos que requieren prescripción médica, pero, como dijo el médico Jorge Paredes, en Colombia es común que se vendan sin ella.

De otro lado, según publicó el 11 de junio Cambio, horas antes del deceso sí hubo una breve conversación entre la periodista Sylvia Charry y el coronel Óscar Dávila. En ella, luego de que la periodista le pregunta por su relación con el caso de las interceptaciones a Marelbys Meza, el coronel dice que no se puede pronunciar.

La Fiscalía no tuvo en cuenta esa llamada en la reconstrucción de los hechos o, al menos, no contó si lo tomó como indicio en esa u otra línea de investigación. Esa comunicación ha sido clave en la teoría difundida por el abogado Miguel Ángel del Río, cercano al petrismo, de que la misma Fiscalía presionaba a Dávila.

En la rueda de prensa tampoco se habló de la inspección de hace dos semanas al piso 13 de la DIAN, que es cuando, supuestamente, inicia la intimidación al teniente coronel. Por lo tanto, aún no es claro si tal presión existió.

El martes, incluso el presidente, Gustavo Petro, sugirió que pudo haber existido apremio que causó cierto impacto. “Es como si me hubieran prestado un ser humano que no pude cuidar yo mismo, porque subestimé la presión. Yo estoy acostumbrado a sentirla, y creo que las demás personas lo hacen, y no es así, ningún ser humano es igual”, señaló.

LO QUE SIGUE

El penalista Del Río, según confirmó la vicefiscal Martha Mancera, presentó una denuncia por inducción al suicidio. Falta que se asigne un fiscal que, “con autonomía e independencia”, defina si se amerita iniciar una indagación según las pruebas que se hayan presentado. Es decir, aún no comienza un proceso al respecto. En todo caso, el escenario planteado sería de la Fiscalía investigando a la Fiscalía.

La vicefiscal cuestionó esa petición, indicando que, si hubiese señales de la inducción, el equipo de trabajo del abogado también podría ser señalado. “Ahí entraríamos a investigar las conversaciones que se pudieron haber generado durante todo el día con el equipo de defensa”, que estaba encabezado por Del Río.

La muerte del agente se produjo en medio de un gran cantidad de pruebas recolectadas por los escándalos que han involucrado a la Casa de Nariño, la exjefe de Gabinete Laura Sarabia, la niñera Marelbys Meza y el embajador Armando Benedetti.

Las declaraciones sobre esas investigaciones continuarán esta semana hasta el viernes. Luego, el ente investigador deberá entregar más resultados. Por los pasillos del búnker y del edificio del antiguo DAS ya han pasado ocho personas para responder por cuatro líneas investigativas. Faltan dos: Laura Sarabia y Armando Benedetti.

Con relación a los residuos de pólvora encontrados en la escena de los hechos, el director del CTI, Alberto Acevedo, aseguró que: “de los residuos de disparo cuando se hizo el manejo del cuerpo, se hizo la preservación, especialmente de las manos, se tomó la muestra de disparo que es un kit. Esa muestra da positivo para lo que es el residuo de disparo dentro de lo que es la mano del teniente coronel. Con eso, nosotros tenemos otro elemento adicional que permite indicar que el arma fue accionada por parte del señor coronel”, afirmó el director del CTI.

Entretanto, la familia de Dávila y el país pudieron recibir las primeras respuestas.

El medicamento

Durante la rueda de prensa de la Fiscalía este miércoles, el médico forense Jorge Paredes indicó que encontraron un pastillero de alprazolam, un medicamento para la ansiedad con efectos ansiolíticos. “Ese es uno de los motivos por el que la necropsia no salió tan rápido como la gente lo esperaba”, pues, según explicó, en el test inicial no aparecía esta sustancia en el organismo.

“Cuando uno hace una necropsia hace un test inicial, que es una prueba que lo orienta a ver si hay una sustancia determinada o no”, agregó. No obstante, al hacer una prueba definitiva, con cromatografía, “ahí definitivamente sí sale el alprazolam y el contenido gástrico que nos indica que estaba consumiendo esta sustancia”.

El experto forense también destacó que este medicamento es utilizado para la ansiedad, por lo que se puede deducir que el oficial “tenía un cuadro de ansiedad importante”. Además, Paredes señaló que por el contenido gástrico pudo concluirse que lo había consumido pocas horas antes.

¿Por qué el coronel usaba el medicamento?

“El Alprazolam es una benzodiacepina que se utiliza para dos cosas: ansiedad e insomnio”, explica un químico farmacéutico y docente de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas de la Universidad de Cartagena

El experto además señala que ambas están relacionadas, pero son situaciones patológicas diferentes, por lo que habría que “establecer cuál era la indicación médica que tenía el coronel Dávila. Si él tenía atención psiquiátrica, eso podría incluso corroborar el hallazgo de la Fiscalía de que el suicidio fue un hecho fortuito por su problema de base”.

Aunque los investigadores del caso revelaron que el coronel consumió de este medicamento, lo cierto es que no está completamente claro cómo la consiguió. “Es una sustancia que debe ser prescrita con fórmula médica. De lo que tengo conocimiento es que la esposa del coronel es odontóloga y él tenía un círculo cercano con la salud y posiblemente por esa vía pudo adquirir el medicamento. Muchos medicamentos requieren prescripción médica, pero los terminan vendiendo relativamente de una forma libre”, señalaron desde Medicina Legal este miércoles.

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