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En el juego del pasado domingo, los ‘bananeros’ volvieron a dejar una pálida imagen que tiene preocupados a sus hinchas y la continuidad del técnico dependiendo de un hilo.
Todas las miradas están puestas sobre la directiva a la espera de conocer cuál será el futuro de Rivera, en medio de una triste realidad.
La ilusión de ver a un Unión Magdalena que muestre lo que hizo en el Torneo de Ascenso, que sea un equipo que presione alto, incomode al rival y recupere en zona adversaria para atacar y hacer daño, solo está en la ilusión de los hinchas.
En el juego del pasado domingo, los ‘bananeros’ volvieron a dejar una pálida imagen que tiene preocupados a sus hinchas y la continuidad del técnico dependiendo de un hilo. Claramente el divorcio es total: se refleja en la cancha, se refleja en la tribuna.
Ante el alianza, el Unión se ahogó en su propia incapacidad ofensiva, que ni Ricardo Márquez ni Lucas Sotero fueron capaces de cambiar. En trece fechas, Unión acumula cinco derrotas, cuatro empates y tres triunfos. En la tabla se ubica en la casilla 15 con 14 puntos, pero lo que más preocupa es que hoy el onceno samario es el primer candidato a descender con 102 puntos.
Todas las miradas están puestas sobre la directiva a la espera de conocer cuál será el futuro de Rivera, en medio de una triste realidad.
MÁS TRABAJO
Aunque el semestre anterior terminó con buenos números (segundo equipo con mejor diferencia de gol y menos goles recibidos). El equipo no ha convencido, el trabajo táctico del tolimense poco se nota en la cancha y luce como si los partidos se diseñaran para bloquear al rival y no para hacerle daño.
Uno de los dolores de cabeza que sufre el Unión es con las parejas de centrales que necesitan más trabajo para coordinar mejor los movimientos, además Ricardo Márquez en ataque luce muy solo y se desespera pero sigue siendo el más desequilibrante.