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Importante para la salud del país, cercano a los primeros cien días de nuevo gobierno, pasar del cambio de cara y de discurso, al escenario de las reales soluciones. Decirles a los asociados sin tapujos algunos la verdad verdadera del estado actual del país y el monto del despilfarro a que fuimos sometidos de manera infame durante sus dos últimas administraciones. No creernos ingenuos, ni pensar que lo vamos a tener todo a cambio de nada.
Desgraciadamente tenemos que asumir dicho costo o conformarnos con crecer menos. La situación que atravesamos no es la mejor, no tenemos una sólida estabilidad monetaria y si muchos desequilibrios y necesidad de financiamiento. Entender igualmente que la confianza es frágil y aumenta cada vez más cuando se incumple con la mentira de la austeridad y gradualmente en la práctica nos empobrecemos financieramente, dado que el gasto corriente aumenta.
No nos interesan las aguas en calma ni las estrategias graduales en contexto de mentiras piadosas, sino que se aprovechen las oportunidades para realizar reformas estructurales que pongan la casa en orden, por cuanto importan en la práctica los réditos políticos y económicos en beneficio de la sociedad toda, debiendo quedar atrás todo atisbo de modelo estatista que en nada contribuye a la potenciación de nuestra economía, desarrollo e integral prosperidad. Se imponen decisiones, coger el toro por los cachos, realizar los ajustes pertinentes en cuanto al gasto se refiere, una de las formas mejores de superar las crisis, ya que de no darse estos cambios, igualmente llegaran.
Se trata de construir diversas soluciones a los problemas que como país acusamos, a través de análisis sistemático de las cifras, y si bien algunas pueden ser explicadas por teorías y conceptos, la mayoría requieren de un superior conjunto de estudios, análisis y reflexiones. Requerimos consolidar una transformación en la racionalidad política, económica y social dominante, papeles y acciones más activos por parte del público, mayor influencia de los medios de comunicación, posturas de cambio constante ya sea a través de actos legislativos o de aplicación de la ley, preocuparse por los riesgos y hacer énfasis en el manejo de las que son percibidas como posibles amenazas de daño, así como establecer cuáles han de ser los cambios desde el poder ejecutivo, en la sapiencia que la idea y la práctica de gobernar se concentran en torno de la solución de los problemas más acuciantes de la sociedad, los cuales no están dados por sí mismos sino que se han ido generando, debiendo determinarse las políticas públicas que lleven a su solución. saramara7@gmail.com