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Aguacero inundó el centro de Fundación
Las calles de la ciudad de Fundación nuevamente se convierten en ríos, los comercios luchan por mantenerse a flote y los ciudadanos se sienten abandonados.
La comunidad exige acción inmediata por parte de la alcaldesa evidenciando la falta de soluciones a largo plazo para el problema de inundaciones que aqueja a sus habitantes.
En Fundación, Magdalena, un fuerte aguacero ha vuelto a sacudir la realidad de los comerciantes del centro, quienes una vez más enfrentan el rigor del daño causado por las aguas lluvias. La situación ha desatado la indignación entre los habitantes, quienes expresan su frustración ante la falta de soluciones a un problema recurrente.
La alcaldesa Luz Helena Andrade Campo se encuentra ahora bajo intensa presión, con la comunidad clamando por medidas concretas y acciones inmediatas para hacer frente a las consecuencias de este fenómeno natural.
Andrade había asegurado que abordaría de manera efectiva el problema de las inundaciones, sin embargo, la realidad evidencia lo contrario: las calles nuevamente se convierten en ríos, los comercios luchan por mantenerse a flote y los ciudadanos se sienten abandonados.
Por ello, la demanda más urgente de los comerciantes es que la primera autoridad se presente en el centro del municipio de inmediato para presenciar y atender personalmente la situación. La necesidad de una respuesta rápida y efectiva se ha vuelto imperativa en medio de la desolación que el aguacero ha dejado a su paso.
En este contexto, los fundanenses han expresado su frustración y descontento ante lo que consideran una falta de preparación y respuesta por parte de las autoridades locales. Exigen que se tomen medidas preventivas y se implementen soluciones a largo plazo para evitar que eventos como este vuelvan a sumir a la comunidad en el caos y la desesperación.
Las imágenes difundidas a través de las redes sociales muestran calles inundadas, casas anegadas y una comunidad desesperada en busca de respuestas. Un ciudadano, visiblemente frustrado, no dudó en expresar su descontento: «¡Alcaldesa, venga a tomarse otra vez la foto, ahora que no está seco!», clamó, reflejando el sentimiento de impotencia y abandono que prevalece entre los residentes.
