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Gabriel García Márquez, el periodista y luego escritor
Hay que resaltar que García Márquez se interesó desde el principio en escribir sobre temas de la cultura popular, tuvo la fortuna de trabajar en sus inicios con periódicos del Caribe colombiano.
Por
EDGAR
TATIS GUERRA
Gabriel García Márquez es conocido en el mundo entero principalmente por sus novelas y cuentos, sin embargo, su faceta como periodista aún no ha sido explorada lo suficiente por sus lectores.
La pasión por el periodismo empezó cuando era muy joven, apenas unos pocos meses después de haber publicado sus primeros cuentos dio a conocer sus primeras columnas en ese oficio que definiría como “el más bello del mundo” y el cual ejerció de forma paralela a su literatura durante toda su vida.
Antonio Arévalo, escritor, fotógrafo e investigador literario residente en Barcelona, y quien trabaja actualmente en un proyecto documental sobre García Márquez y las ciudades donde vivió nos comparte un texto inédito que reproducimos a continuación como preludio al natalicio del ilustre hijo de Aracataca (Magdalena) quien llegó al mundo un 6 de marzo de 1927.
“Gabriel García Márquez jamás renegó de ese oficio que le había dado una formación rigurosa, lo ayudó a construir sus novelas y cuentos. Este amor por el periodismo lo impulsó a crear en 1994 una fundación, la FNPI, en la que se han dado cita los más importantes periodistas del mundo para dictar talleres a las nuevas generaciones.
En América Latina los escritores periodistas pertenecen a una larga tradición en la que se encuentran autores como José Martí, Rubén Darío, Jorge Luis Borges, Juan Carlos Onetti, entre muchos, de los cuales García Márquez no fue la excepción. Es una forma de combinar la escritura, formarse en las salas de redacción y asegurar algún sustento”.
SUS INICIOS
“Los inicios de GGM en el periodismo se dieron de forma casual y afortunada como muchas de las que le sucedieron al escritor de Aracataca. A raíz del asesinato del líder liberal Jorge Eliecer Gaitán el 9 de abril de 1948, Bogotá se sumió en una violencia generalizada que la destruyó en gran parte, este hecho conocido como el Bogotazo hizo que el joven García Márquez, estudiante de derecho de la Universidad Nacional, perdiera sus pocos bienes, incluyendo su máquina de escribir. Frente al cierre de la universidad no tuvo otra opción diferente que regresar a la costa a tratar de continuar sus estudios. Al llegar a Cartagena tuvo la fortuna de encontrarse con su amigo Manuel Zapata Olivella, quien lo presentó con Manuel Clemente Zabala, editor del El Universal, un diario liberal que tenía pocos meses de fundado y quien lo acogió para que escribiera allí sus primeras columnas, este editor lo recibió con entusiasmo porque conocía los tres cuentos que García Márquez había publicado poco antes en El Espectador”.
Dice Antonio Arévalo: “hay que resaltar que García Márquez se interesó desde el principio en escribir sobre temas de la cultura popular, tanto así que, en su segunda columna en El Universal de Cartagena, el 22 de mayo de 1948, con apenas 21 años, hace un alto elogio del acordeón, un instrumento mal visto por las élites costeñas, del que dice “No sé qué tiene el acordeón de comunicativo que cuando lo oímos se nos arruga el sentimiento”.
Gabriel García Márquez tuvo la fortuna de trabajar en sus inicios con periódicos del Caribe colombiano, porque de pronto el periodismo que se ejercía en la capital era más riguroso, en el sentido tradicional, más acartonado debido a la cercanía del poder. En cambio, los diarios de la costa eran más libres y por supuesto también los periodistas, en el sentido de que podían escribir cualquier cosa, no solo con afán noticioso sino narrativo, por eso muchas de las columnas de Gabo, son absolutamente libres y divertidas, por ejemplo, escribe sobre una vaca que aparece en mitad de la ciudad y le cambia el ritmo, el martes parece sábado, otra columna sobre lo que significa no tener tema para escribir, vemos que hay en ellas un juego, un divertimento y una exploración del lenguaje que se traduce luego en la dinámica de sus libros, en una exageración desbordada. Hay un principio de la capacidad de Gabriel García Márquez de ver en una anécdota, un símbolo, una categoría”.
Y sostiene que “a pesar del carácter aventurero del joven escritor y periodista, lo cierto era que vivía días de penurias, ya que era poco el dinero que recibía (le pagaban por columnas escritas y no un sueldo), por lo que dormía en la imprenta y siempre andaba pidiendo dinero prestado, era una vida muy azarosa, sin embargo, llena de vitalidad. En esos años en Cartagena conoció al escritor, pintor y poeta Héctor Rojas Herazo, al poeta Jorge Ibarra Merlano, entre otros artistas e intelectuales de la región. En El Universal escribió 44 columnas antes de marcharse a Barranquilla donde siguió otra etapa en el periodismo, esta vez en El Heraldo, junto a Cepeda Samudio, José Félix Fuenmayor y el inolvidable Ramón Vinyes, el sabio catalán.
La obra periodística de García Márquez fue recopilada por el crítico literario Jacques Gilard, quien llamó Textos costeños al periodo de Cartagena y Barranquilla en el que García Márquez escribió en El Universal y El Heraldo, respectivamente.
EL ESCRITOR BENGALÍ
Llegó desde la India para cumplir un sueño. Después de recorrer muchas millas por aire y varios kilómetros por tierra, la escritora y traductora, Especialista en Gabriel García Márquez, Arundhati Bhattacharya, por fin conoció a Aracataca, municipio del Magdalena en donde nació el Premio Nobel de Literatura Colombiana que recibió Gabo en Estocolmo en 1982.
Fue el año 2018 el que marcó la vida de ‘Aru’ ya que pudo cumplir ese gran anhelo de conocer la Casa Museo Gabo y recorrer las calles de Aracataca. Ese domingo tuvo la compañía del comunicador social y escritor Rafael Darío Jiménez, del sociólogo Edgar Rey Sinning y de algunos poetas, docentes, así como de gestores culturales de Aracataca.
La escritora de la India participó ese año en un conversatorio que tuvo lugar en el auditorio Ramón Vinyes ‘El Sabio Catalán’ que hace parte de la Casa Museo, y allí fue recibida por el alcalde municipal de la época, Pedro Sánchez Rueda.
Arundhati Bhattacharya quien nació en Bengala (India) en 1968 tiene una Maestría en español y en bengalí. Se ha desempeñado como profesora de español en la Universidad de Bangalore y Universidad de Doon en la India. Escritora y traductora de 5 libros publicados de traducción, ensayos literarios y cuentos. Su arribo a Aracataca fue un domingo espléndido y soleado, paisaje que la cautivó por completo.
‘‘Lo primero que vi con el nombre de Macondo fue un mural en una casona donde después me indicaron que funcionaba un negocio. Luego percibí los colores vivos del Caribe en muchas casas y la calidez humana de las personas. La tierra donde nació García Márquez es un poco calurosa, aunque se siente la brisa suave que refresca’’, comentó emocionada la escritora.
Antes de llegar a la Casa Museo de Gabo, Arundhati Bhattacharya caminó cerca de la Iglesia de Aracataca, siguió a la Casa del Telegrafista, recorrió por la Calle de los Turcos y entró al antiguo Teatro Olimpia. En todo ese trayecto Rafael Darío le compartió anécdotas sobre la vida de ‘Gabo’ y curiosidades de los habitantes de ese Municipio.
Al llegar a la Casa Museo y justo antes de ingresar la escritora tuvo una reverencia especial, se agachó y con sus manos tocó la arena, luego su cabeza y exclamó: ‘‘He cumplido mi sueño’’. Muy emocionada y entre sollozos agradeció a Fabio Rodríguez Amaya, Juan Moreno, Hernando Motato, a Edgar Rey y a todas las personas que le ayudaron a cumplir su deseo de llegar a Colombia y especialmente a Aracataca, la cuna natal de su ídolo literario: Gabriel García Márquez.
Ya en el auditorio ‘Aru’ compartió esa profunda admiración e interés hacia las obras de Gabo y su recepción en el mundo literario bengalí. Dijo que fue en 1971 cuando leyó la traducción inglesa de la novela ‘Cien años de soledad’ y descubrió al genio universal de Gabriel García Márquez. Tradujo a su lengua la novela ‘Memoria de mis putas tristes’ y continuará con otras para que se continúe conociendo esa riqueza intelectual del Nobel de Literatura.
En un libro donde participaron 31 escritores y que se editó para conmemorar los 50 años de la novela Cien años de soledad, Arundhati Bhattacharya relata lo siguiente: ‘‘Más tarde en 2003 empecé a estudiar este idioma cuando tenía 35 años y al fin pude realizar mi sueño, leer Cien años de soledad en su lengua original. Ahora soy profesora de español y estoy escribiendo sobre mi ídolo. Creo que esto fue posible con la grandeza de este genio universal’’.
Mencionó que la obra literaria de Gabo se analiza en los programas de literatura en algunas universidades de su país, y en Calcuta, enfatizando que luego de haber alcanzado el Premio Nobel de Literatura las novelas de Gabriel García Márquez se leen en inglés, pero que ella las traduce en su idioma.