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El Gobierno de Japón ha acordado recuperar el estado de emergencia para Tokio a partir del próximo lunes y hasta el 22 de agosto, lo que implica un endurecimiento de las medidas en plenos Juegos Olímpicos, que podrían celebrarse sin público en los estadios debido al empeoramiento de la pandemia de COVID-19.
Tokio ya estaba –hasta el próximo domingo– en un estado de ‘cuasi emergencia’, pero el repunte de los contagios ha llevado al Ejecutivo de Yoshihide Suga a elevar un nivel de alerta que también se aplicará en la prefectura de Okinawa. En el caso de Tokio, con este ya son cuatro los estados de emergencia aplicados desde el inicio de la pandemia.
«Debemos tomar medidas más contundentes para impedir otro brote a nivel nacional, considerando también el impacto de nuevas variantes del coronavirus», ha dicho Suga al término de la reunión en la que se ha formalizado esta iniciativa, según la agencia de noticias Kiodo.
El ministro responsable de la respuesta a la pandemia, Nishimura Yasutoshi, ha explicado que las autoridades pedirán a bares y restaurantes que cierren a las 20.00 y no sirvan bebidas alcohólicas. Los eventos quedan limitados a un máximo de aforo del 50 por ciento o 5.000 asistentes, lo que se traducirá previsiblemnte en un mayor control sobre la cita deportiva, informa la cadena NHK.
Los Juegos Olímpicos comenzarán el 23 de julio y concluirán el 8 de agosto, para dejar paso a los Paralímpicos. Su celebración ya había sido aplazada en 2020 y las dudas sobre su celebración han aumentado al mismo ritmo que los contagios de los últimos días –el miércoles, la capital notificó 920 nuevos positivos de COVID-19–.
Yasutoshi prevé que este repunte se traduzca en más enfermos hospitalizados o graves, mientras que la campaña de vacunación no termina de consolidarse en Japón. Varias zonas, entre ellas Tokio, han dejado de aceptar nuevas reservas de citas por los problemas en el reparto de dosis, según la agencia Bloomberg, que ha apuntado a un exceso de vacuna en lugares donde la demanda es baja y viceversa.
/Colprensa