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Las conocidas turbulencias afectivas de la vida privada del legendario Diego Maradona, incluidas disputas legales y peleas mediáticas, hacen presagiar un difícil camino en la herencia del astro que falleció el miércoles a los 60 años.
«Se viene una gran pelea. No dejó testamento», dijo a la AFP una fuente allegada a la familia que pidió anonimato. Tras la muerte del campeón mundial en México-1986, tampoco se conoce cuál es el patrimonio en juego ni si hizo alguna división en vida.
En 2019, en un entredicho con su hija Gianinna que responsabilizaba a su ‘entorno’ de no cuidarlo bien, Maradona amenazó con donar todos sus bienes, que incluyen inversiones, propiedades autos de lujo y contratos publicitarios, entre otros.
«Yo sé que ahora, mientras uno se va haciendo más viejo, se preocupan más por lo que dejás que por lo que estás haciendo. Y yo les digo a todos que no les voy a dejar nada, que voy a donarlo. Todo lo que corrí en mi vida lo voy a donar», lanzó en un mensaje grabado.
Pero la ley argentina establece que los dos tercios del legado deben recibirlo los hijos y el cónyuge y que no pueden ser privados de ello. Una persona sólo puede dar en testamento la quinta parte de sus bienes.
De todos modos, desde aquella amenaza hubo reconciliación, como lo mostraron amorosos mensajes publicados en las redes tanto por Gianinna como por su hermana Dalma, en ocasión del cumpleaños 60 de Maradona el pasado 30 de octubre.
«Lo disfruté (a Maradona) en cada etapa de mi vida, algunas veces más cerca que hoy pero menos lejos que mañana. Mi gran ejemplo de todo lo que sí y todo lo que no. A quien admiro, ayer hoy y siempre. Quien me enseñó a perdonar, a perdonarme», escribió Gianinna.
Dalma y Gianinna, que Pelusa tuvo con su exesposa Claudia Villafañe, fueron durante años las únicas hijas reconocidas por Diego, pero a ellas también les tocó lidiar con la caprichosa vida afectiva del padre.
BATUTA EN MANO
Tras la muerte el miércoles del campeón del mundo, las dos ‘chicas’ -hoy madres de 31 y 33 años- actuaron en tandem con Villafañe, con quien Maradona tenía una disputa legal al acusarla de haberse quedado con 458 objetos parte de sus conquistas como futbolista.
Dejaron en claro quien manda e impusieron el horario del velatorio y del entierro. También decidieron limitar a 10 horas el velatorio público en la Casa Rosada, escaso margen para la pasión que despierta su padre. La despedida terminó en caos.
En la madrugada del jueves hubo un breve velatorio privado para amigos y deportistas invitados. Rocío Oliva, de 30 años, quien convivió en pareja con Maradona seis años hasta 2018, denunció que se le negó el ingreso y la mandaron a hacer fila con el público general.
Rumores atribuyen esa negativa a que Oliva no lo visitaba desde hacía tiempo pese a que él quería verla.
Las desavenencias entre exparejas e hijos de Maradona han sido recurrentes y muchas veces ventiladas a través de las redes sociales y canales de televisión.
FAMILIA UNIDA
Maradona veneraba a sus padres, ‘Don Diego’ y ‘La Tota’, junto a quienes fue enterrado. Pero la devoción que profesada por esa pareja que tuvo 8 hijos, no se reflejó en su propia vida afectiva.
Claudia Villafañe, a la que conoció a los 15 años, fue su primera novia y su única esposa. Se divorciaron en 2003. Se casaron con fiesta faustosa a fines de 1989 cuando Dalma tenía dos años y Gianinna siete meses.
Pese a que llevaban casi tantos años separados como los que pasaron juntos, Claudia ocupó el lugar de la viuda y nadie pareció cuestionarlo.
Meses antes de llegar al mundo Dalma, había nacido Diego Junior. Al «10» le tomaría 29 años reconocer el fruto de su relación con la italiana Cristina Sinagra y admitirlo entre los suyos. Contagiado de covid-19, Diego Junior no pudo viajar desde Italia para las exequias.
Quien sí estuvo fue Jana, la cuarta hija nacida en 1996, hija de Valeria Sabalain y a quien Maradona reconoció 12 años después. En los últimos tiempos, fue la que más lo acompañó, al igual que Diego Fernando, de 7 años, representado por Verónica Ojeda, su madre y exnovia de Maradona por una década.
Uno de los últimos deseos truncos de Maradona había sido reunir a sus hijos para su cumpleaños 60, pero no pudo. Algunos allegados especulan que ello le causó una profunda depresión.
Según Matías Morla, el abogado de Maradona al que Dalma y Gianinna detestan por litigar contra su madre, el «10» tiene al menos tres hijos más en Cuba, sin reconocer.