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´El Niño´está secando el río Magdalena
A la fecha, el nivel de la principal fuente fluvial de Colombia, es de 3.34 metros cuando su cauce histórico es de 9.58 metros, es decir, hay un descenso del 6.24 metros.
POR:
TONNY
PÉREZ MIER
Las alarmas permanecen encendidas. El cauce del río Magdalena sigue descendiendo vertiginosamente y lo que antes estaba cubierto de agua, hoy en días son playones por la carencia del preciado líquido.
La principal arteria fluvial del país que conecta el centro con el norte del país, se está secando y si en los próximos días no llueve se acentuará la crisis para los transportadores fluviales y los pescadores artesanales prevén una hambruna a raíz de la emergencia ambiental y sanitaria que se pueda presentar.
Actualmente, el nivel del río Magdalena se encuentra en 3.34 metros, cuando su nivel de crecimiento histórico es de 9.58 metros registrándose un descenso de su caudal en 6.24 metros.
El transporte de carga y pasajeros por la principal fuente fluvial del país se ha reducido a su máxima expresión y hacía algunos sectores se han cancelado los viajes para evitar que las embarcaciones queden encallada en los bancos de arena.
Está claro que lo que se está viviendo es consecuencia de los efectos del Fenómeno de El Niño, que está secando todas fuentes de agua que vierten su contenido al río Magdalena.
Los alcaldes cuyos acueductos se abastecen de esta fuente, han tenido que buscar suministros alternativos para el abastecimiento de sus comunidades, porque el caudal del río no alcanza para la captación de las bocatomas.
Los ganaderos también están pasando trabajo para la alimentación de sus hatos, porque los potreros están secos por efecto del verano y se carece de la paja y otros nutrientes para mantenerlos en forma y evitar que se desvalorice.
En general, toda la actividad que se desarrolla teniendo como canal de comunicación el río Magdalena está aplazada a la espera que lleguen las lluvias para que retome los caudales históricos que siempre lo han mantenido como la principal arteria fluvial del país.
Sin embargo, las esperanzas renacen porque según predicciones del Ideam y otras autoridades ambientales, lo más probable es que a mediado de abril comienzan a registrarse las primeras lluvias copiosas en toda la vertiente desde su nacimiento hasta su desembocadura en Bocas de Cenizas de Barranquilla.
ALARMA EN TODA LA REGIÓN
Alfredo Martínez Gutiérrez, director de la Corporación Autónoma Regional del Magdalena, Corpamag, afirmó que los efectos del Fenómeno de El Niño, es la principal causa de los bajos niveles que en la actualidad presenta el Río Magdalena.
Dijo que de acuerdo a las inspecciones realizadas el Magdalena que alimenta la mayoría de los caños que irrigan la Ciénaga Grande de Santa Marta, ha bajado hasta en un 60%, lo que impacta negativamente en los demás sistemas lagunares del país.
“Estaba dentro de los pronósticos que El Niño nos iba a golpear fuertemente, tenemos en estos momentos unos niveles muy bajos del río Magdalena, en la estación de Calamar, por ejemplo, están pasando 2.700 metros cúbicos por segundo cuando los niveles medios del río están por encima de los 7.200, es decir, cerca del 60% se ha reducido el caudal”, señaló.
Advirtió que esa situación impacta negativamente en las ciénagas que dependen de las aguas de este afluente. Hoy tenemos que todas las ciénagas que están en el municipio de El Banco en el sur hasta el norte, tienen un nivel muy bajo, hay pérdida de oxígeno y hay problemas con los peces. Tuvimos mortandades masivas como en la Ciénaga de Zapayán, en la Ciénaga del Chino y en la Ciénaga Grande de Santa Marta.
Finalmente aseguró que, en San Andrés, en el departamento de Bolívar se están presentando mortandades de peces, porque son ecosistemas muy frágiles por el tema de la sequía. “Tenemos la esperanza que a mediados de abril comiencen las lluvias y tendremos una mejor situación al respecto”.
CAUCE ACTUAL
Rodrigo Vilardy Cañarete, inspector fluvial del Ministerio de Transporte, quien vigila el comportamiento del nivel de crecimiento del río Magdalena, consideró que la situación actual es de preocupación.
Explicó que históricamente el nivel del río Magdalena en temporada de lluvia es de 9.58 metros y hoy realizada la medición pertinente es de 3.34 metros, registrándose un descenso de 6.24 metros.
El funcionario quien permanece gran parte del día monitoreando las corrientes, dijo que en lo que va del 2024, el descenso más bajo se obtuvo en marzo cuando el caudal cayó a 2.94 metros, fue cuando se encendieron las alarmas y lo que marcó la plenitud del Fenómeno de El Niño.
“Nos preocupa que en lo que va del 2024, es decir hasta hoy, la principal fuente fluvial de Colombia como es el río Magdalena, ha bajado 6:24 metros y eso no es normal, por el contrario es angustiante”, dijo.
También dijo que, en época de frecuentes lluvias, cuando el país atraviesa por la ola invernal el caudal de crecimiento llega hasta los 9:58 metros que es cuando inunda gran parte de la zona residencial y comercial de El Banco.
MUNICIPIOS SIN AGUA
En municipios enteros de los departamentos del Magdalena, Bolívar y Cesar, no hay agua potable para consumo por una prolongada sequía que obliga a su gente a abastecerse de los arroyos.
“El problema en algunos de estos corregimientos que no tienen agua no es por causa solamente de la sequía que actualmente vive el país; durante todo el año, e incluso en temporadas de invierno, sufren también por falta de agua”, dijo recientemente el gobernador de Bolívar, Yamil Arana, en una visita a esta región del norte de Colombia, conocida como Depresión Momposina.
Es una paradoja que en esta zona, aunque abunda el agua porque está rodeada de ríos y ciénagas de la cuenca del Magdalena, el principal cauce de Colombia, haya problemas de abastecimiento, debido a que los gobiernos departamentales jamás han destinado los recursos necesarios para construir acueductos y sistemas de riego eficientes.
El río Magdalena, que recorre de sur a norte buena parte del territorio nacional y es la principal fuente de agua dulce para 11 de los 32 departamentos colombianos, se encuentra en uno de sus niveles más bajos debido a la sequía incrementada por el fenómeno de El Niño.
La sequía ha dejado al descubierto el lecho del río a su paso por Guataca y Mompox, donde se han formado extensos playones, y por eso sus aguas no alcanzan a alimentar muchos de los brazos y pequeños afluentes del río.
Las bases de las columnas de los puentes que cruzan el Magdalena en esta zona, que normalmente están bajo el agua, ahora están a la vista, lo que también dificulta la navegación y la pesca.
AFECTADA LA FAUNA
También los animales se ven afectados por la merma de las aguas porque pierden sus lugares de protección y de alimentación, lo cual representa un riesgo para los pobladores que están cerca de los caños o ciénagas que dependen del río.
Uno de ellos es Juan Pablo Arias, un joven de 18 años que sufrió graves heridas en un brazo y una pierna al ser atacado por un caimán cuando estaba recogiendo agua en la orilla del caño Guataca, a solo 10 metros de su casa.
“Acá, a esta parte del pueblo, nunca nos llega el agua, por eso nos toca sacarla del caño; hace unos tres meses, la mamá de Juan Pablo lo mandó a sacar agua del caño con un balde y cuando el niño se agachó a llenarlo, el caimán lo prendió del brazo y casi se lo arranca”, explica Fausto Salas, abuelo del muchacho.
Devis Jiménez, líder comunal asegura: “este ataque se habría podido evitar si el muchacho no hubiera tenido que ir al caño por agua”.
“El río Magdalena cada día se aleja más de esta orilla”, dice Pedro Sánchez, un curtido campesino años de edad que tiene una parcela frente al río, justo donde se encuentra la bocatoma de un acueducto municipal
El río Magdalena que llegaba al frente de las tierras de Sánchez se desvió. Ahora un islote de arenas blancas de casi un kilómetro de extensión formado por la sedimentación. Esta isla es aprovechada por algunos labriegos para sembrar de yuca y maíz.
La retroexcavadora que trabaja para mantener un canal que lleve agua al acueducto.
Las corrientes del afluente están recostadas sobre las orillas en el departamento del Magdalena, generando problemas de erosión en municipios como Salamina.
La gente no oculta su preocupación por los bajos niveles del río y los pronósticos del Ideam que advierten que el verano se extenderá hasta marzo aumenta más la preocupación.
“No es agua para tomar ni bañarse o lavar ropa, menor para cocinar”, expresó Juana Pertuz una apacible ama de casa que lleva las batutas de su hogar.
La preocupación de los agricultores es grande por la falta de agua y las perdidas que han tenido por la sequía.
Los pastos están secos y el riesgo para la cría y levante de ganado es que los canales que llevan agua a varios sectores también se secaron.
Como si fuera poco, las altas temperaturas están provocando casi que a diario incendios forestales. “Esto parece que fuera tierra de fuego”, contó un campesino que desde la carretera veía como la candela arrasaba con todo y aseguró que ya era común entre los finqueros salir a sofocar incendios casi que a diario.