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Han pasado nueve días desde que Daniel Sancho, el confeso asesino del médico colombiano Edwin Arrieta, hubiera aceptado frente a las autoridades tailandesas su participación en el crimen y aún se siguen conociendo detalles de lo que ocurrió la noche de la tragedia.
La pareja se había quedado de encontrar en un lujoso sector de la isla de Koh Phanguan, en Tailandia, para asistir a un evento llamado “La Fiesta de Luna Llena”: una de las mejores rumbas de la isla asiática.
Medios internacionales reseñan el evento como una explosión de emociones y dicen que es una muestra cultural, en la cual hay shows de malabares, espectáculos de fuego y juegos pirotécnicos.
Se hace a orillas de la playa Haad Rin y tiene la presentación de varios artistas en diferentes géneros musicales. Y aunque se desarrolla una vez al mes, la última edición de la celebración fue el tres de agosto: dos días antes de la confesión de Daniel Sancho.
Las autoridades tailandesas, luego de un estudio a las pruebas forenses recopiladas, han encontrado que el macabro crimen se cometió entre el 2 y el 4 de agosto, tiempo que habría sido usado por el chef español para desmembrar el cuerpo y esparcir sus restos en botes de basura de la isla.
Versiones que se conocen del caso señalan que habría sido el mismo Sancho quien reportó la desaparición de su amigo y que de inmediato se convirtió en un sospechoso de la muerte del médico colombiano. Razón suficiente para que las autoridades lo capturaran y el hombre aceptara su responsabilidad.
Las amenazas encontradas
En lo que las autoridades tailandesas han denominado como un «asesinato premeditado» se han encontrado pruebas como la compra de un cuchillo de gran tamaño, guantes de limpieza y varias bolsas negras que habrían sido usados por Sancho para el ocultamiento del cuerpo.
Sin embargo, en la declaración entregada por el confeso asesino, este mencionó que había sido víctima del médico colombiano: «Soy culpable, pero yo era el rehén de Edwin. Me tenía como rehén. Era una jaula de cristal, pero era una jaula».
De hecho, medios de comunicación tailandeses han sustentado que, según los informes policiales, había amenazas previas por parte de Edwin Arrieta contra el español, en las cuales sentenciaba matarlo si terminada con la relación sentimental que sostenían.
Las declaraciones de muerte fueron encontradas por los investigadores en el celular de Sancho, en donde también fue posible la recolección de otras amenazas, en las cuales supuestamente Arrieta habría advertido con publicar fotos comprometedoras si se acababa la relación.