HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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Deas: en contravía

Me atrevo a decir que la tesis que en su momento escandalizó fue aquella con la cual introdujo alguna presentación pública con una frase que, si recuerdo bien, decía: “Colombia es un país que ha sido violento en algunas ocasiones”. Espero no calumniar al distinguido historiador, pero el sentido de su afirmación fue exactamente ese. ¡Horror! La tesis repetida por doquier decía que en Colombia había existido y continuaba existiendo una ‘cultura de violencia’, eso era lo que nos definía principalmente. Un país violento.

Malcolm Deas que fue un estudioso del Siglo XIX había verificado que esa tesis no reflejaba la realidad histórica. Al respecto escribió varios ensayos, muy originales y algo tuvo que ver con el cuidadoso estudio que discípulos de él desarrollaron en la Universidad Externado de Derecho para mostrar, con cifras, cuántos años, meses, días, habíamos vivido, o mejor sufrido, conflictos armados en todo el territorio o en parte. Los datos eran contundentes. No existía el tal país violento, la cultura de la violencia.

Malcolm Deas era un historiador que no se amilanaba cuando sus análisis derivaban eran tesis solitarias que no encontraban eco. Se jugaba. Corría riesgos intelectuales, lo cual no era actitud común entre nosotros.

Creo que esa postura intelectual terminó siendo muy influyente. Le interesó mucho darle una nueva mirada a las reflexiones que habíamos hecho sobre nuestra historia. Y estimuló trabajos significativos al respecto. Esa posición intelectual es la que desde ya estamos echando mucho de menos. No es que se hubiera propuesto ser optimista porque sí, o mirar más positivamente nuestros hechos históricos, sino que era el ejercicio crítico que había aprendido como uno de los mejores estudiantes que fue en la Universidad de Oxford.

En buena hora como lo relató en estos días el Director del Colegio donde Malcolm Deas desarrolló su principal actividad como investigador y a la cual vinculó a tantos colombianos, fue director, fundador del Centro de Estudios Latinoamericanos, sin duda el más importante en Europa sobre esta parte del mundo. Así, Colombia pasó a ser su objeto preferido de reflexión, pero en el contexto de sus análisis comparativos enriquecido por su conocimiento de Argentina, Chile, Venezuela, México. No fue ajeno, de manera alguna, al análisis de los gobiernos y de las situaciones que vivió desde 1963. No sé de algún otro observador extranjero que haya dedicado sesenta años a conocer, explicar y plantearse interrogantes sobre nuestra historia.

Los trabajos de Malcolm Deas están dispersos en revistas, capítulos de libros y hasta periódicos. Y como he dicho sus observaciones son muy valiosas, tanto las que hacía en trabajos académicos como las que soltaba en entrevistas periodísticas o en trabajos menos rigurosos. Escuché que alguna editorial internacional estaba interesada en publicar sus obras completas, pero no estoy seguro de si ese ambicioso proyecto comenzó a realizarse y se quedó trunco. Ojalá alguna institución se interesara por realizar la difusión de todo su trabajo intelectual porque son muchas las lecciones que están todavía escondidas en esos textos.

*Exministro de Estado

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