HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

Tiempos de incertidumbre

La diabetes es una enfermedad silenciosa, oculta y difícil de detectar en la mayoría de los casos, que esconde un riesgo vital para quienes la padecen. El último informe Latinobarómetro, entregado en enero de 2018, dice que Latinoamérica es una democracia diabética que no alarma, con una caída lenta y paulatina de muchos indicadores, distintos según el país y el momento, los cuales podrían ignorarse como fenómeno social, pero vistos en conjunto, muestran un deterioro sistemático y creciente de las democracias de la región. El sondeo, con más de 20.000 personas entrevistadas en 18 países, muestra que un 53% de los latinoamericanos cree que la democracia es preferible a otras formas de gobierno; sin embargo, este indicador ha caído 8 puntos desde 2010. Al evaluar la gestión del gobierno de cada país, solo un promedio del 36% de los latinoamericanos la aprueban; en Colombia esta aprobación pasó del 75% en 2011 al 30% en 2017. La encuesta dice que hay un deterioro importante en los niveles de confianza en toda la región, enM el plano personal y también frente a las instituciones, procesos electorales, poder judicial, gobierno y partidos políticos.

 

La filósofa británica Onora O’Neill dice que tenemos unas ideas generalizadas sobre la confianza que se han convertido en lugares comunes, en clichés sobre la sociedad, los cuales se reflejan en el reclamo por la pérdida de confianza, el objetivo de tener más confianza y la tarea de recuperarla. La pregunta de O’Neill es ¿Por qué la gente piensa que la confianza se ha deteriorado? En la vida real, tendemos a depositar la confianza de manera diferenciada, éste no es un tema sobre el cual puedan hacerse generalizaciones; es probable que los niveles de confianza sean mayores con relación a algunas acciones e instituciones y se hayan deteriorado con relación a otros. En cambio, deberíamos preguntarnos ¿Para qué confiar? ¿Cuál es la tarea? Con relación al objetivo de tener más confianza, O’Neill plantea que no es inteligente confiar en lo que no es confiable, lo correcto es saber cuándo negar y cuando depositar nuestra confianza en otros. Lo que realmente necesitamos es confiabilidad antes que confianza y debemos buscarla primero en nosotros para poderla juzgar en los demás. Se trata de una confiabilidad basada en tres elementos: La capacidad o competencia de hacer algo, la honestidad con la que se hace y la responsabilidad con la cual se asume. El objetivo entonces no es aumentar la confianza, sino tratar de ser dignos de confianza, transmitirlo adecuadamente y determinar si otros son dignos de nuestra confianza, sí son confiables. El reconocido politólogo Francis Fukuyama define la confianza como la expectativa de un comportamiento ordenado, cooperativo y previsible basado en normas compartidas por la comunidad, esto es la expectativa de que el otro es digno de confianza.

¿Nosotros podemos reconstruir la confianza? Estoy de acuerdo con la filósofa británica, sí podemos hacerlo con nosotros mismos, pero no podemos hacerlo con el otro, la tarea de cada uno es ser digno de confianza, con nuestras decisiones y acciones diarias y la mejor forma de hacerse digno de confianza es permitir que el otro vea que también nosotros somos vulnerables; las fachadas de soy el mejor y todo lo puedo, que nos ponemos a diario y que por esta época vemos en todos los candidatos a las próximas elecciones, son solo eso ‘fachadas’ que no nos permiten ver quién es la persona que hay detrás. Necesitamos pensar menos en la confianza como una bandera y una actitud preestablecida y trabajar más en cómo ser dignos de confianza y como dar evidencias útiles, adecuadas y simples que realmente muestren que otros pueden depositar su confianza en nosotros. Desde esta perspectiva deberíamos preguntarnos ¿Cuál o cuáles de los candidatos para los próximos comicios son dignos de confianza? ¿Cuáles son las evidencias que tenemos? ¿Cómo manejan sus relaciones, con los suyos, con los otros y con nosotros? ¿Será que necesitamos dirigentes que escondan sus vulnerabilidades detrás de una máscara de ‘superhombres’ o más bien deberíamos poner la lupa para buscar seres humanos competentes, responsables y honestos para una tarea de liderazgo compleja en tiempos de incertidumbre?

Internacionalista

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