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Los venezolanos luchaban por conseguir agua y víveres al entrar en el quinto día del peor apagón que hayan vivido, a raíz del cual el líder opositor Juan Guaidó convocó a protestas este martes contra el gobierno de Nicolás Maduro.
La emergencia, que afecta a 22 de los 23 estados, además de Caracas, mantiene intermitente el servicio en varios sectores, aunque hay zonas del interior sin luz desde el pasado jueves.
La recuperación es lenta, al punto que el gobierno prorrogó hasta el miércoles la suspensión de la jornada laboral y estudiantil.
«Hay un alto porcentaje del país incorporado al sistema eléctrico nacional», aseguró la noche del lunes Maduro, quien reportó la captura de dos supuestos culpables de lo que considera fue un «sabotaje».
El apagón colapsó el suministro de agua, ya de por sí deficitario, por lo que muchos intentan aprovisionarse en supermercados o fuentes naturales.
En una medida desesperada, un grupo de personas bajó este jueves al canal del infesto río Guaire, en Caracas, para surtirse del líquido en una bocatoma ubicada a un costado. Fueron desalojadas por militares.
Otros no tuvieron más remedio que pagar en dólares o esperar por los camiones surtidores que prometió Maduro.
El mandatario socialista también anunció la distribución de comida y asistencia especial a hospitales, pero aún no hay evidencia de la entrega de alimentos.
En alguno lugares la comida está siendo cobrada en dólares por la escasez crónica de efectivo, en un país donde la más mínima compra debe pagarse en datáfonos, fuera de servicio por la falta de energía.
Este martes se reportaron saqueos en Maracaibo (noroeste).
Maduro atribuye el apagón a un «ataque cibernético y electromagnético de Estados Unidos y la oposición, que a su vez vincula la crisis con la «negligencia y corrupción» del gobierno.
Este lunes, el secretario de estado estadounidense, Mike Pompeo, cuyo país se está empleando a fondo para sacar a Maduro del poder, volvió a culpar al mandatario de la crisis generalizada del país petrolero, de 30 millones de habitantes.
Pompeo anunció por la noche en Twitter que Washington retirará a todos los diplomáticos que permanecen en su embajada en Caracas por el «deterioro de la situación en Venezuela» y porque la presencia de este personal «se ha vuelto una limitación para la política de Estados Unidos».
«Alarma nacional
Debido a la emergencia eléctrica, Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por más de 50 países liderados por Estados Unidos, llamó a nuevas manifestaciones este martes en todo el país contra Maduro.
Además, pidió a los militares «abstenerse de impedir u obstaculizar» las protestas, en momentos en que una misión de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos visita Venezuela y se reunió con el canciller Jorge Arreaza.
Tras reiterar que el «sabotaje» busca generar desesperación para derrocarlo, Maduro llamó a los «colectivos» a pasar a la «resistencia activa».
Los colectivos son organizaciones comunitarias que desarrollan iniciativas productivas y emprendimientos, aunque según la oposición algunos han sido armados por el gobierno y actúan como milicias paramilitares.
«Llegó la hora de la resistencia activa en la comunidad, informando, ayudando, promoviendo la actuación solidaria entre familias y comunidades», dijo el mandatario.
Por pedido de Guaidó y en su calidad de presidente encargado, el Parlamento de mayoría opositora declaró este lunes «alarma nacional» durante una sesión de emergencia.
Pero aplicar ese estado de excepción resulta improbable debido a que Maduro cuenta con el apoyo de la Fuerza Armada y controla todas las instituciones, salvo el Congreso.
Guaidó argumentó que en el país existe una «catástrofe» que se cobra la vida de «decenas» de personas ante los problemas que enfrentan los hospitales para atender las urgencias, además de la escasez de agua y alimentos y las comunicaciones y el transporte interrumpidos o inestables.
Ana Ruiz, de 35 años, teme que el pollo que tiene en la nevera se pudra, «una gran pena», dijo, en un país que sufre por falta de alimentos y medicinas, y una voraz hiperinflación.
En la madrugada del lunes, una estación eléctrica estalló en Caracas por causas desconocidas, aumentando la conmoción en un zona donde el domingo hubo saqueos.
«Situación explosiva»
La ONG Codevida sostiene que 15 enfermos renales murieron por falta de diálisis, y Guaidó dijo que otros 17 fallecieron en hospitales. Pero el gobierno lo niega.
Con un éxodo de 2,7 millones de venezolanos desde 2015 según la ONU, las dificultades para comunicarse también angustian.
Al caer la noche, con las calles en penumbra, surge el terror a la delincuencia en un país con altos índices de violencia.
«Preocupa que Venezuela esté entrando en una fase de colapso total porque el país tiene una situación explosiva», aseguró a AFP el politólogo Luis Salamanca.
Nueva etapa del deterioro
Maduro sostiene que el ataque fue dirigido por Estados Unidos contra la hidroeléctrica de Guri (estado Bolívar, sur), la principal de Venezuela y segunda de América Latina, después de Itaipú (Brasil-Paraguay).
«Este gobierno lo que ha hecho es destrozar el sistema eléctrico», dijo a la AFP Ludwig Laborda, de 30 años.
Guaidó asegura que la falla se debió a un incendio de vegetación que afectó las torres de transmisión de la hidroeléctrica, por falta de mantenimiento e inversiones.
Para el analista Luis Vicente León, «este episodio es el inicio de una nueva dimensión de deterioro», que traerá «radicalización de las partes, agudización de sanciones y protestas».
AFP