HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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Por qué no se cuestionan

Acabo de leer la carta que les envían a los candidatos a la presidencia de la República, los mismos economistas que el día antes de que se cayera la reforma tributaria salieron a apoyarla. Ahora su intención es oportuna, darles recomendaciones a quienes están compitiendo por la Presidencia. Sin embargo, aunque aceptan que la situación es difícil y los retos inmensos, no hay el menor cuestionamiento a ese modelo de política económica ortodoxa que han defendido e implementado en muchos casos como altos funcionarios públicos.

No es serio hacer recomendaciones hacia adelante sin el más mínimo balance de lo que se ha hecho hasta ahora. Solo así se puede identificar lo que debe continuar y lo que tiene que cambiar. En la carta hay un buen análisis de los problemas pero…..los temas fundamentales como la concentración de la tierra, de la riqueza, del ingreso son tímidamente mencionados. Más aún, tampoco hay propuestas o estrategias innovadoras, porque ello implicaría reconocer que algunas de sus ideas fracasaron. Siguen actuando en ese círculo cerrado donde la economía solo es la que ellos manejan. Únicamente se refieren a personas e instituciones que comparten esa ideología. Por ejemplo ¿por qué no han abierto el debate sobre si la crisis de la seguridad social, que ustedes reconocen, no obedece a sus supuestos muy optimistas sobre los resultados de la Apertura económica?

Absurdo cuando no solo el mundo cuestiona el Consenso de Washington que inspiró la Apertura económica en el país, sino que ya se plantea un nuevo consenso el de Cornwall que cuestiona esos fundamentos ortodoxos y le devuelve al Estado su papel preponderante. El mundo abre esta discusión, pero nuestros economistas, de esa escuela que empieza a ser vieja, ni siquiera permiten esa posibilidad. ¿Por qué?

¿No tendrá nada que ver la política económica de los últimos 30 años, aplicada en América Latina – Colombia no ha sido la excepción- con lo que el Pnud denuncia como “la trampa de desarrollo en donde la alta desigualdad y el bajo crecimiento, interactúan y se refuerzan mutuamente?” Más aún, como lo platea Maria Angélica Arbeláez sorprende que “menos gente en Colombia cree que se deben entregar ayudas a los pobres que en el resto de América Latina” y además, continúa, una parte importante de nuestros ricos creen que todos deben pagar una tasa igual de impuestos. ¿Hasta donde ese gran poder que esos principios económicos le han dado al mercado y han debilitado el papel del Estado, no tienen algo que ver con semejante postura ante la situación del 42% de pobres y 30% de vulnerables que tiene este país?

Frente a su diagnóstico se evidencia timidez en sus propuestas o por lo menos la falta de no reconocer que se equivocaron entre otras por haber cerrado el debate económico y haberlo reducido a uno entre convencidos. Hasta el Banco Mundial afirma que debe haber cambios en lo fundamental. Con esta carta, ustedes refuerzan una realidad preocupante: el debate económico en Colombia sigue estando sesgado, y se convirtió en una cuestión de fe.

*ExMinistra de Estado.

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