HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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‘Trampas humanas’ en calles del Centro Histórico urge arreglarlas

POR
EDGAR
TATIS GUERRA

Comerciantes, residentes y ciudadanía en general están indignados por la cantidad de huecos, zanjas y desagües sin rejillas que se advierten en varias calles y sitios emblemáticos, los cuales se han convertido en una amenaza o ‘trampas humanas’ a las personas que transitan a pie por el Centro Histórico de Santa Marta.

En algunas calles peatonales como la carrera 4 con calle 16 muy cerca a la plazoleta de La Catedral volvió a destruirse la tapa de un registro de cableado, mientras que en la calle 20 el deterioro progresivo de los adoquines es deplorable originándose enormes huecos que representan un riesgo a los caminantes.

En la calle 16 llegando a la Carrera 1, más exactamente junto al Palacio Tayrona, sede de la Gobernación del Magdalena, hay un desagüe pluvial profundo sin rejillas, el cual ya ha originado daños a vehículos cuyos conductores no se han percatado del hueco. Esta ‘trampa vial’ requiere una intervención rápida y un arreglo urgente antes que suceda una tragedia.

Una situación similar se presenta en la calle 14 con carrera 4, junto a una entidad bancaria, en donde el andén se encuentra bastante deteriorado y lo más grave la losa de pavimento no tiene un soporte estructural firme que lo sostenga.

En algunos tramos de la Avenida Campo Serrano o popular Carrera 5ta, una vía que fue reconstruida totalmente, hay daños leves que ameritan un arreglo rápido, por ejemplo, en la esquina de la calle 17 antes de llegar al emblemático Teatro Santa Marta. Los comerciantes afectados les ha tocado poner tablones de madera para evitar la caída de los turistas y personas que recorren esta zona céntrica.

Pena ajena y vergüenza son los sentimientos que afloran entre los samarios que residen en el Centro Histórico con esos visitantes que llegan desde distintas ciudades del país a disfrutar de los encantos de Santa Marta y se topan con unas calles descuidadas, sin mantenimiento y con escorrentías de aguas pestilentes. “No hay derecho a tanta indolencia e incapacidad porque sencillamente no hay sentido de pertenencia por esta ciudad catalogada como un destino turístico de gran predilección por los colombianos y extranjeros”, dijo un comerciante de la carrera 6.

En los principales parques del Centro Histórico como el parque de Bolívar hay bolardos desprendidos cerca a la Casa de la Aduana donde funciona el Museo del Oro Tayrona y no pasa absolutamente nada. No existe una gestión adecuada que garantice la reposición ni el embellecimiento tampoco una limpieza permanente a la fuente de las Cuatro Caras. En el parque Santander o de Los Novios algunas bancas no tienen tablas y el Templete se ha convertido en una letrina pública.

FALTA MÁS CIVISMO

Si bien vale la pena destacar el esfuerzo de la sociedad civil organizada que le apuesta a convertir el centro histórico en una ‘tacita de plata’ reluciente y organizada, también debe rechazarse la falta de civismo por parte de algunas personas que no cuidan los parques, bancas ni respetan los sitios históricos.

Algunos inversionistas que están realizando adecuaciones en edificaciones ubicadas en las calles céntricas están sacando los escombros en sacos, pero los camiones que contratan para su evacuación han destruido los andenes debido al sobrepeso del automotor. Y quién responde por esas destrucciones, es la pregunta que se hacen los vecinos.

El viejo adagio popular ‘lo que hagas con tus manos que no lo destruyan tus pies’ cae como anillo al dedo para aquellos inversionistas que han creído en el renacer del Centro Histórico pero que descuidan su entorno. Son ellos quienes deben dar buen ejemplo y ser vigilantes de que sus propiedades se valoricen informando a las autoridades competentes el vandalismo contra los bienes públicos que le pertenecen a todos.

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