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Por
GIULIANA
MANCUSO
La herramienta más transformadora existente, se llama conversación cara a cara, siempre la preferiré.
En estos últimos tiempos, escribir por WhatsApp es semejante a una ‘epidemia’ que deteriora las relaciones interpersonales. Así tú estés pensando en este momento que no, y que es muy práctico y que facilita la comunicación. Hay conversaciones que solo se tienen cara a cara.
Basta de escondernos detrás de una pantalla. Una conversación no es de una sola persona, hay alguien más que necesita expresarse, sin ser atacado, sin sentirse acusado o juzgado.
Parte de la calidad de nuestra vida, depende de la calidad de nuestra comunicación, esta tiene el poder de edificar nuestro entorno, e influir socialmente de forma definitiva. ¿Con quién te sientes cómodo al sentarte a hablar? ¿Tienen tus conversaciones la capacidad transformadora? ¿Cómo experimentan las personas una conversación contigo?
Estructura bien tus mensajes y trata al máximo de que haya calidad. Una conversación no tiene solo que ver con lo que tú pienses, opines o creas.
Hay alguien más presente, que algún momento también querrá hablar. Se asertivo con tus palabras, porque ellas pueden hacer y hacerte mucho daño. Ten una buena actitud y asegúrate de que tus gestos no cambien tu mensaje.
Hay conversaciones pendientes en nuestra vida que necesitan nuestra atención y tiempo. Piénsalo y busca el momento y organiza el mensaje que vas a transmitir.
Evita al máximo tener que decir: ¿Sabes? Me pude haber evitado esta conversación, porque es cierto que hay algunas que tienen el poder de robarte energía, la paz, y generar frustración.
Provoca conversaciones que generen cambios. Adiós a las conversaciones explosivas y pasajeras. Bienvenidas las conversaciones inspiradoras y profundas.
En una conversación es muy fácil darte cuenta cuando hablas con alguien que te ama. Quien te ama, te mira con proyección, te lo dice y lo puede hacer también sin necesidad de palabras.
La forma como te comunicas contigo mismo es la forma como te comunicas con el mundo. Esfuérzate para que tus conversaciones sean herramientas que sanan corazones, sean objetivas y edifiquen el alma.
Sé puntual, escoge bien las palabras que van a quedar en la memoria de la otra persona, ya que parte del mensaje no es la literalidad de las palabras, sino la capacidad de empatía que podamos ejercer al transmitir nuestros pensamientos y emociones.
Tus conversaciones dejan al descubierto quién eres, cuál es el estado de tu corazón y un importante pilar, en el lenguaje del Amor, que es la calidad en la comunicación.