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Superservicios no vio las aguas de alcantarilla de la calle 22 con Cra. 1

Las aguas ‘perfumadas’ que apestan toda la zona céntrica y se expanden hacia el exclusivo sector de Bellavista y playa Los Cocos son una amenaza latente a la imagen del destino turístico.

No hay peor ciego que no quiere ver, reza un adagio popular. O También cuando un funcionario se hace el de las ´gafas´ o el ´shakiro´ para desentenderse de una realidad dramática, delicada como la que está viviendo Santa Marta con el desbordamiento continúo de aguas de alcantarilla en pleno Centro Histórico y sectores residenciales.

Dada la incompetencia con la que se desenvuelve la empresa Essmar, intervenida por la Superintendencia de Servicios Pùblicos Domiciliarios, el titular de ese organismo de control  Dagoberto Quiroga estuvo por estos lados, pero no vio las aguas pestilentes que emanan del sistema de alcantarillado justo en la Carrera 1 con Avenida Santa Rita (Calle 22).

´No las vio, no lo llevaron al sitio a dar un paseo, no le informaron, o no tuvo interés´. Para funcionarios de la Essmar que fueron consultados sobre lo que pasó, contaron que el Agente Interventor, Jorge López Echeverría estuvo más bien nervioso y preocupado por ocultarle al Superservicios los resultados de las indagaciones, averiguaciones e investigaciones adelantadas por la Personería Distrital que puso al descubierto el negociado hecho allí con los recursos del Alumbrado Público el cual se estima en $ 14 mil millones.

Sobre las irregularidades y malos manejos de recursos en la Essmar, Quiroga también se desentendió. Su política es la de dejar que la corrupción acabe con la empresa que intervino supuestamente para salvarla. Pero no. El interventor que puso está contribuyendo a que la Essmar tenga un solo camino, el de la liquidación.

LAS AGUAS NEGRAS

Se trata de una problemática reiterada que atenta contra la salud en general por tratarse del colapso de los manjoles, los cuales emanan aguas ‘perfumadas’ que recorren la zona céntrica de alto flujo vehicular y finalmente contaminan el mar muy cerca al Camellón de la Bahía.

Los samarios, turistas y residentes están padeciendo esta penosa situación que da vergüenza con los cientos de turistas que por estos días disfrutan en Santa Marta. Las aguas ‘perfumadas’ que apestan toda la zona céntrica y se expanden hacia el exclusivo sector de Bellavista y playa Los Cocos son una amenaza latente a la imagen del destino que es de gran predilección tanto para los visitantes nacionales y extranjeros.

“Nos da pena ajena con las personas del interior del país y de otras ciudades de Colombia quienes recorren el Camellón de la Bahía, pero se encuentran con un deplorable espectáculo de camiones succionando aguas puercas en pleno Centro Histórico. No sabemos hasta cuándo vamos a seguir soportando esta contaminación y lo más triste es que el Superservicios estuvo en Santa Marta pero no llegó acá”, dijo uno de los prestadores de servicios turísticos en la Bahía.

Casi de manera simultánea un comerciante del Centro Histórico, quien pidió la reserva de su identidad, denunció la desfachatez de los directivos de la Empresa de Servicios Públicos (Essmar E.S.P) al igual que de la empresa Atesa, las cuales mantienen a los habitantes de la ciudad en un olvido absoluto.

“Es increíble que con cada lluvia o aguacero que caiga sobre la ciudad al poco tiempo colapse el sistema de alcantarillado afectando toda la dinámica comercial, económica y social. Pero además se perjudica la movilidad vehicular con un impacto bastante negativo para los turistas. Nosotros somos perjudicados directamente por las escorrentías de aguas residuales en toda esta zona hotelera, comercial y turística de Bellavista. Ojalá en este mismo año quede habilitado el colector Bellavista para que pueda erradicar esta problemática ambiental”, enfatizó.

Y finalmente lamentó que el Superintendente de Servicios Públicos, Dagoberto Quiroga, no haya realizado un recorrido por el Centro Histórico para que conozca la verdadera realidad de la inoperancia y la falta de mantenimientos a las redes del alcantarillado, las cuales literalmente estallan con cada llovizna o aguacero que caiga en Santa Marta. «Definitivamente debe darle vergüenza hacerse el ciego, sordo y mudo», puntualizó.

 

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