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¿Adiós al 10 clásico? James y Messi, últimos guardianes de la magia en la final entre Colombia y Argentina
En Colombia, Carlos Valderrama, conocido como el “Pibe”, marcó una era dorada en el fútbol colombiano. Su visión de juego, precisión en los pases y liderazgo dentro del campo lo convirtieron en un ícono no solo en su país, sino en todo el mundo futbolístico. Tras su retiro, la selección colombiana enfrentó un desafío monumental: encontrar un reemplazo a la altura de su legado.
Durante décadas, varios jugadores intentaron llenar ese vacío. Giovanni Hernández, con su habilidad técnica y creatividad, fue uno de los primeros en ser visto como el sucesor del Pibe. Neyder Morantes, conocido por su agilidad y destreza en el mediocampo, también fue considerado. Víctor Pacheco, con su capacidad para orquestar el juego ofensivo, completaba este trío de aspirantes. Sin embargo, ninguno logró alcanzar la dimensión y el impacto que Valderrama tuvo en la selección colombiana.
Carlos Valderrama, reflexionando sobre esta situación, afirmó: “El 10 de hoy no es el de otras épocas, por el que uno pagaba la boleta. Es cierto que James y Messi nos hacen añorar a estos jugadores, porque al fútbol de hoy le falta más magia y otros 10 que sigan sus caminos”.
Este domingo, la final entre Colombia y Argentina promete ser un espectáculo donde dos de los últimos grandes 10, James Rodríguez y Lionel Messi, estarán en acción. Será un tributo a una era del fútbol que, aunque en vías de extinción, sigue resistiéndose a desaparecer por completo, mostrando que la magia del número 10 aún puede llenar de clase los escenarios en los que actúan.
No fue hasta la llegada de James Rodríguez que Colombia encontró una figura que evocara, aunque de manera distinta, la magia del Pibe. James, con su extraordinaria capacidad de gol, precisión en los tiros de larga distancia y visión de juego, se convirtió en el nuevo ídolo de una generación que añoraba la grandeza de Valderrama.
Argentina, por su parte, vivió una situación similar con Diego Maradona. Considerado por muchos como el mejor jugador de la historia del fútbol, Maradona dejó un vacío imposible de llenar. Tras su retiro, surgieron varios talentos que intentaron seguir sus pasos.
Ariel Ortega, con su estilo de juego electrizante y habilidad para eludir defensas, fue uno de los primeros en ser comparado con Maradona. Pablo Aimar, conocido por su elegancia y visión en el campo, también fue visto como un posible sucesor. Juan Román Riquelme, con su capacidad para controlar el ritmo del juego y su magistral toque de balón, completaba esta lista de aspirantes. No obstante, ninguno logró llenar los zapatos de Maradona completamente.
La llegada de Lionel Messi cambió el panorama. Messi, con su habilidad sobrenatural para driblar, su capacidad goleadora y su visión de juego, no solo alcanzó las expectativas puestas sobre él, sino que las superó, convirtiéndose en una leyenda por derecho propio y haciendo que las comparaciones con Maradona se transformaran en elogios compartidos.
Desde los tiempos de Alfredo Di Stéfano hasta finales de los años 90, el número 10 en el fútbol fue sinónimo de creatividad y magia. En los 70, jugadores como Pelé y Johan Cruyff dominaron los campos con su talento incomparable. Los 80 vieron el auge de Maradona, quien deslumbró al mundo con su destreza y genialidad.
Sin embargo, en los 90, el fútbol comenzó a cambiar. Los entrenadores empezaron a buscar jugadores con un biotipo diferente: más altos, más fuertes y con mayor capacidad aeróbica, capaces de correr durante los 90 minutos sin importar si su habilidad técnica era limitada. A pesar de este cambio, el espíritu del número 10 se resistía a desaparecer. Futbolistas como Carlos Valderrama, el uruguayo Enzo Francescoli, el italiano Roberto Baggio, el rumano George Hagi y el danés Michael Laudrup continuaron llenando de magia los estadios donde jugaban.
Con la llegada del 2000, un francés, Zinedine Zidane, se convirtió en la esperanza de que el legado del número 10 continuaría. Aunque Zidane usaba el dorsal 5, su estilo de juego, su habilidad técnica y su visión eran las de un clásico número 10. Sin embargo, esta esperanza se fue desvaneciendo con el tiempo.
El técnico colombiano Jorge Luis Pinto reflexionó sobre esta transición, señalando que los entrenadores tuvieron un papel crucial en la desaparición del número 10 clásico: “Nosotros los técnicos nos encargamos de que ese jugador no apareciera, pero es que no es una responsabilidad exclusiva de los entrenadores sino también de los formadores. Desde las divisiones inferiores a los futbolistas se les exige correr más que pensar”.
Hernán Darío “Bolillo” Gómez, otro técnico destacado, también comentó sobre este fenómeno, mencionando que la afición se volvió más resultadista: “Vinieron las críticas, de que para qué un 10 que jugara para los lados, de que eran lentos. Mientras que en Argentina siempre arroparon a este tipo de jugador”.
A pesar de estos cambios, James Rodríguez y Lionel Messi han demostrado que el número 10 clásico todavía tiene lugar en el fútbol moderno. Ambos jugadores representan la última camada de grandes 10, mostrando que la creatividad y la magia aún son valoradas en el deporte.
🤔 ¿Con quién vas en la final de la #CopaAmerica2024?
🔁 MESSI
❤️ JAMES🏆 Sólo puede ganar uno. pic.twitter.com/8l3Bo1uZqI
— ChiringuitoLatino (@chirilatino) July 11, 2024
Carlos Valderrama, reflexionando sobre esta situación, afirmó: “El 10 de hoy no es el de otras épocas, por el que uno pagaba la boleta. Es cierto que James y Messi nos hacen añorar a estos jugadores, porque al fútbol de hoy le falta más magia y otros 10 que sigan sus caminos”.
Este domingo, la final entre Colombia y Argentina promete ser un espectáculo donde dos de los últimos grandes 10, James Rodríguez y Lionel Messi, estarán en acción. Será un tributo a una era del fútbol que, aunque en vías de extinción, sigue resistiéndose a desaparecer por completo, mostrando que la magia del número 10 aún puede llenar de clase los escenarios en los que actúan.