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En un intento por frenar el flujo migratorio a través del tapón del Darién, el gobierno de Panamá ha comenzado a instalar cercas de al menos 80 metros de longitud y 3 metros de altura en varios puntos clave para cruce de migrantes.
Esta medida, que busca impedir el cruce de personas entre Colombia y Panamá, podría desencadenar una emergencia humanitaria en los municipios colindantes del Urabá antioqueño y chocoano debido a las miles de personas que atraviesan la selva diariamente.
La Defensoría del Pueblo de Colombia alertó sobre las múltiples consecuencias de esta acción y pide al Gobierno Nacional a entablar un diálogo con Panamá para recordar la importancia de los derechos de los migrantes. La entidad además solicitó a las gobernaciones de Antioquia y Chocó, así como a las administraciones municipales de Turbo, Necoclí, Acandí y Unguía, activar medidas de contingencia humanitaria por la posible crisis que esto podría desencadenar.
“Es crucial que se respeten los postulados del derecho internacional de los derechos humanos y se garanticen las necesidades básicas y la protección internacional de los migrantes”, enfatizó la Defensoría del Pueblo en el comunicado.
Durante su reciente visita a la vereda Astí, en la frontera con Panamá, la Defensoría encontró una cerca con alambre de púas que bloquea el paso hacia el vecino país, imposibilitando el paso y poniendo en riesgo la integridad física de los migrantes. “La cerca pone en riesgo la integridad física de los migrantes que a diario intentan cruzar”, señaló la entidad, explicando que pese a que ya hay intentos por parte de migrantes para saltar la cerca, “los trozos de madera colocados para bajar el alambre exponen a los migrantes”.
La instalación de estas cercas no solo afecta a los migrantes, sino también a las comunidades de Astí y Capurganá en Colombia y Puerto Obaldía en Panamá, que han utilizado estos pasos durante décadas para el intercambio comercial y cultural.
El líder del consejo comunitario de la región, Emigdio Pertuz Buendía, denunció que el cerco ha incrementado los riesgos en una ruta que ya de por sí es bastante peligrosa. “Este cerco le ha agregado más riesgos a una ruta que por sí sola ya cobra víctimas fatales todos los días”, afirmó.
Se estima que más de 300 personas han fallecido o desaparecido cruzando la selva, que se ha convertido en uno de los puntos de tránsito de migrantes más concurrido del continente.
Entre enero y junio de 2024, más de 197.000 personas han cruzado el Darién, solo en junio 27.500 migrantes transitaron por las trochas, de los cuales más de 5.600 eran menores de edad.
La Defensoría del Pueblo advirtió que el cierre de al menos tres cruces fronterizos en el tapón del Darién aumentará el represamiento de personas en los municipios receptores de migrantes en el Urabá antioqueño y chocoano.
Frank Ábrego, ministro panameño de Seguridad Pública, anunció que la estructura seguirá siendo levantada por etapas y que ya ha sostenido conversaciones con el ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Luis Gilberto Murillo, para coordinar este y otros cambios en las políticas migratorias.
La situación en migratoria, tomó un cambio drástico luego de que el nuevo presidente panameño, Ricardo Mulino, durante su posesión el pasado 1 de julio, dejó claro que uno de sus principales objetivos es evitar que Panamá se convierta en un corredor para migrantes ilegales.
“No permitiré que Panamá sea un camino abierto a miles de personas que ingresan ilegalmente a nuestro país, aupados por toda una organización internacional relacionada con el narcotráfico y el tráfico de personas”, declaró el mandatario.
La crisis migratoria en el Darién ha alcanzado niveles alarmantes. En 2023, más de 520.000 migrantes atravesaron la peligrosa selva panameña, enfrentando no solo los desafíos naturales del viaje, sino también la amenaza de grupos criminales.
El cierre de pasos fronterizos y la instalación de cercas ha sido duramente criticada, pues pueden agravar significativamente la situación, dejando a miles de migrantes varados en condiciones precarias en los municipios del Urabá colombiano.