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‘A veces le pido a Dios que me lleve’: mamá de Natalia Castillo

Su madre dice que no descansará hasta ver a ‘Angelo’ tras las rejas, quien fue condenado a 37 años.

La madrugada del 24 de diciembre de 2021 partió la vida de María Emma Preciado en dos. Sobre las 2:25 de la mañana, tres delincuentes de nacionalidad venezolana le dispararon en el pecho a su hija por robarle un celular. Natalia Castillo Preciado, de 32 años, era periodista de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y esa noche salió de fiesta con dos de sus mejores amigos, sin saber que sería víctima de un hurto que terminaría con su vida.

Tras un año y medio desde que ocurrió el fatídico hecho, María Emma Preciado, su madre, habló con EL TIEMPO y contó cómo han sido estos años sin su hija, el drama que ha tenido que vivir audiencia tras audiencia en las que se revelan las dolorosas pruebas que muestran cómo murió Natalia y la falta que le hizo el apoyo de la administración distrital y la ONU en el proceso de juicio que terminó el 2 de agosto con una condena de 37 años contra alias Ángelo, el asesino de la comunicadora.

“Natalia era mi mundo, mi amiga, mi compañera. Mi vida cambió por completo; yo no soy la mujer que era antes por el dolor que tengo adentro porque no es fácil cuando no tienes esa fuerza. Yo intento llenarme de fuerzas, pero también sé que Dios lo quiso así y sé que no voy a dejar impune la vida de mi hija”, señaló María Emma.

El relato de la mujer es desgarrador. Bien sabe ella que su caso también es el de cientos de madres que han perdido a sus hijos en medio de la inseguridad. Al relatar lo que vivió en la madrugada de ese 24 de diciembre, se le corta la voz y solo atina a decir: «Yo recibí una llamada de la amiga de mi hija en la madrugada y ahí ya sabía que algo había pasado». María Emma cuenta que en ese momento se derrumbó en el piso, lanzó su teléfono móvil contra la pared y quedó en estado de shock.

Al otro lado del teléfono estaba la amiga de Natalia. Ella había sido la responsable de contarle a María Emma que su hija había recibido un impacto de bala. “Yo no sabía en dónde se lo habían dado, pero pensé, no sé por qué, que era en la cabeza. Salí corriendo y solo me salía gritarle a los porteros que me ayudaran a pedir un taxi para la clínica Palermo”, contó.

Al llegar a la clínica todo fue peor. María Emma dice que ingresó y la primera escena que vio fue al papá de su hija hablando con Andrés, el que fue su compañero sentimental hasta el día de la muerte. “Yo me crucé toda la seguridad del hospital. A mi hija la estaban operando y yo no podía saber qué estaba pasando. Salieron los médicos y me llevaron a una sala y allá me dijeron que ‘habían hecho todo lo humanamente posible’; cuando a uno le dicen eso, ya sabe lo que viene”.

El trasegar

Desde el día en que los médicos confirmaron la muerte de Natalia Castillo, María Emma se ha convertido en la abogada del «ángel»; ha estado sola, pero fuerte en los estrados judiciales, dice, y asegura que seguirá firme hasta que logre que alias Ángelo este preso en un centro penitenciario. El hombre, aunque ya está condenado, todavía permanece recluido en la URI de Puente Aranda. Explica María Emma que su mayor temor es que se pueda fugar y que el caso de su hija quede en el olvido. También teme por su seguridad.

“El tiro que le dieron fue con un arma traumática, con una esfera adecuada con una flecha. Ella era una niña delicada y frágil y no podía resistir a un tiro de esos de un arma 9 milímetros. A mi hija me la destrozaron por dentro”.

Las horas y horas de juicios, las pruebas presentadas por los abogados, los testimonios de los asesinos de su hija, de los testigos y los videos de las cámaras de seguridad del sector en el que falleció Natalia calaron muy hondo en la mujer, tanto así que, aunque es fuerte y habla con firmeza sobre lo que espera para ‘Ángelo’ y sus cómplices, también dice que a veces le pide a Dios que se la lleve con su hija.

“Sé que el día que mi corazón deje de latir estaré con mi hija. El día del temblor una de las fotos de ella que tengo en mi apartamento se cayó. Yo estaba sola, la levanté, la abracé y le dije a Dios que hiciera su voluntad. Sí, hay días que le pido que me lleve con ella”.

Aunque el proceso judicial de Natalia Castillo avanzó rápido, gracias a la ayuda de investigadores y fiscales, como dice María Emma, también es tajante cuando señala que no recibió ningún tipo de acompañamiento por parte de la ONU, que en repetidas ocasiones les pidió que por favor ingresaran a las audiencias para demostrar que la respaldaban, pero que lo que encontró como respuesta fue un no.

Lo mismo dice del Distrito. “Nunca me llamaron ni me buscaron para decirme ‘señora María Emma, estamos haciendo algo por su caso o ¿necesita algo?’. Incluso, la mujer sentenció que, junto con su abogado, están buscando la manera de entablar acciones judiciales contra el Distrito por el asesinato de Natalia.

Aunque María Emma sabe que ya nada le regresará a su hija, sí dice que solo podrá tener paz el día que vea a ‘Ángelo’ en una cárcel. Dice que tiene días buenos y otros malos, que llora y que no puede ver a su familia cuando está mal porque los derrumba; que se quiere ir del país, pero que no lo hará hasta que pueda cumplir con su promesa. Por ahora, sigue firme y dice que espera el día en que se pueda volver a reunir con Natalia, su princesa.

/El tiempo

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