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Luego de radicar dos proyectos de ley para aumentar pagos a las Fuerzas Militares, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, entregó el primer balance de su gestión al mando de la seguridad y la defensa en el país.
“Podemos decir, en general, que hay un balance positivo”, dijo Iván Velásquez al inicio de su exposición. “Reconozco que aún hay debilidad en la estrategia que hemos trazado en la seguridad ciudadana urbana”, exclamó el general William Salamanca a su turno. Los logros merecen destacarse, los fracasos generan alarmas y unas cuantas preguntas quedan en el aire.
LO POSITIVO
El homicidio disminuyó, por ejemplo. El decrecimiento no fue sustancioso, pues se trató de un 1,6% al comparar los 355 primeros días del gobierno Petro con los 355 últimos días del mandato de Iván Duque. En números concretos, ha habido 206 casos menos durante el período de Gustavo Petro en la Casa de Nariño.
La principal disminución se dio en la esquina de la Fuerza Pública, pues los homicidios contra sus miembros bajaron un 54,4%, más de la mitad. Además, las lesiones personales contra ellos descendieron un 49,6%, y los actos terroristas, un 70,3%.
Además, hubo 192 menores de edad rescatados de los grupos armados ilegales, lo que representó un incremento respecto a los 186 que fueron recuperados entre el 7 de agosto y el 27 de julio del año pasado.
En cuanto a la seguridad ciudadana, la rendición de cuentas de Mindefensa arroja una reducción de 15% en los delitos de lesiones personales, 29% en delitos sexuales, 26% en violencia intrafamiliar y 27% en feminicidio.
Por último, Velásquez ratificó que los ceses al fuego que puedan pactarse no interferirán con el accionar de la Fuerza Pública. El jefe de la cartera de defensa anotó que en el primer año de gobierno se han realizado 312 combates entre las fuerzas a su mando y los grupos ilegales, de los que en este año van 172 y 168 se han enmarcado en eventos con ceses al fuego vigentes.
En el narcotráfico, la Fuerza Pública ha incautado 1101 toneladas de drogas, entre las que hay 605 de cocaína y 429 de marihuana. El ministro sigue firme en que su meta es incautar 834 toneladas de cocaína este año.
Sin embargo, más allá de esa visión, Velásquez indicó que van 900 toneladas de hoja de coca hasta ahora. “Podría significar que lo que implica incautar insumos, destruir laboratorios o incautar hoja de coca, afecta el negocio en su conjunto”, afirmó. Por útimo, según sus cálculos, los operativos de la Fuerza Pública se han traducido en 23 mil millones de dólares en pérdidas a grupos criminales.
Respecto a líderes sociales, el ministro tomó cifras de Indepaz y dijo que en 2022 hubo 109 víctimas, mientras que en lo que va de 2023 van 92. Aunque no aclaró el período de tiempo al que se refería, el dato de 109 líderes asesinados tuvo como corte el 13 de julio del año pasado, mientras que el de 92 corresponde al 14 de julio del 2023. La diferencia es de 17 víctimas, casi un 15%.
LO MALO
Aunque algunos delitos relacionados con actividades criminales urbanas disminuyeron, el incremento en el hurto es ineludible. El robo a personas subió un 24% con respecto al período de agosto de 2021 y finales de julio del año pasado.
El hurto a vehículos, asimismo, aumentó un 7,5%, y el hurto a residencias se incrementó en un 10,8%. Esto contrasta, en todo caso, con la cifra del robo a establecimientos comerciales, que se redujo en un 3,9%.
El aumento más alarmante es en secuestros. El país pasó de contar 154 casos de personas retenidas ilegalmente a enfrentarse con 293 en el primer año del gobierno de Gustavo Petro. Eso representa, dijo Velásquez, un ascenso del 90%.
LO CUESTIONABLE
Hay varios aspectos del primer corte de cuentas de Iván Velásquez que requieren un examen con mayor profundidad que no fue abordado en las casi dos horas de intervención de él y de los generales William Salamanca y Helder Giraldo.
En primer lugar, la disminución en los homicidios ocupó un margen sumamente estrecho, pues ese 1.6% que cayó representó a 206 víctimas menos con respecto al año anterior. Es decir, se pasó de tener 13.151 casos a 12.945.
Esas 206 víctimas están distribuidas en todo el país. Si se tiene en cuenta que en 17 departamentos se redujo ese fenómeno y en tres se mantuvo igual, los doce departamentos restantes tienen consigo a una gran proporción de víctimas que necesita ser examinada a profundidad. Frente a estrategias futuras para evaluar el flagelo no se dijo nada en la rendición de cuentas.
Por otro lado, la tendencia en masacres no es positiva. Velásquez explicó que, según cifras de Indepaz, este año ha habido una masacre más que en el mismo período del año pasado, pero realmente van dos más.
El último hecho en que se asesinaron tres o más personas al tiempo en el país se produjo el 20 de julio de 2023 en Norte de Santander, la masacre número 55 del año. Mientras, el año pasado la masacre 53 ocurrió el 10 de julio, y la 54, el 25 de julio. Es decir, con corte al 20 de julio, este año hubo dos masacres más que el mismo período del año pasado.
Incluso, Iván Velásquez no lo mencionó, pero la cifra de masacres en 2023 también supera, por un hecho, a la que iba el 20 de julio de 2021. Y, además, está muy por encima de las 36 que iban el 20 de julio de 2020. Habrá que examinar a final de año cómo se movió la curva.
El panorama para las personas firmantes de paz y en proceso de reincorporación tampoco es alentador. El ministro Velásquez dijo que este año van 22 de ellas asesinadas, pero realmente van 24 luego del homicidio de Brayan Charrupi en Cauca el 29 de julio. El año pasado en esa fecha la cifra era de 28.
Por lo pronto, aunque el número de masacres es superior al del primer semestre del año pasado, la cantidad de víctimas es menor en un 2%, que se traduce en tres personas. En todo 2022 hubo 94 masacres, y en lo que va de este año ya se superó la mitad de ese número.
Otro punto en el que faltó claridad fue en el de rescate de menores que estaban en poder de grupos armados. ¿Se han recuperado más porque se han reclutado más? Las cifras de reclutamiento forzoso no fueron detalladas durante la rendición de cuentas, así como tampoco se hizo una distinción entre menores obligados a ser parte de las filas o de quienes estaban secuestrados.
También faltó profundidad al abordar las causas del tener que realizar operaciones durante ceses al fuego. ¿Los comités de seguimiento no están siendo efectivos y se ha requerido la presencia de la Fuerza Pública?
Es claro que la fuerza del Estado no puede detenerse, pero buena parte de las operaciones se desarrollaron, como expresó Velásquez, en medio de ceses de hostilidades que deberían marcar el camino entre grupos delincuenciales y el Gobierno. Algo ha de estar fallando, aun cuando casi 5000 integrantes de las Fuerzas Militares se han capacitado al respecto, como lo recalcó el general Giraldo.
Frente a la extorsión, de otra parte, el ministro reconoció un incremento del 23%. “Esperamos que empiece una cura descendente”, dijo, pero no explicó cómo, más allá de indicar que habrá mayor presencia del Gaula de la Policía y del Ejército. No se abordaron estrategias de prevención ni se mencionó delimitación geográfica detallada, más allá de mencionar que el 68% de esos hechos vienen de las cárceles.
Tal delimitación tampoco se desarrolló cuando se tocó el punto anecdótico de que se conocieron videos en los que personas se atravesaban en carreteras para asaltar camioneros. El ministro Velásquez se limitó a decir que eso principalmente ocurre en la Ruta del Sol por parte de “migrantes” e “hinchas”, sin mayores pruebas.
Incluso, dijo que el paso siguiente es caracterizar en qué carreteras se presentan los hechos para luego actuar. Es decir, califica preliminarmente a grupos de personas, sin las labores investigativas profundas, y no toca a fondo el tema de la seguridad para transportadores.