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Scaloni pone a soñar a Argentina 

“Gracias Lío”, se lee en un mural en Pujato, pueblo al centro-este de Argentina que venera al entrenador de la Albiceleste, Lionel Scaloni, su hijo pródigo, cuya templanza actual se parece poco al niño “travieso” que fue. 

 “Scaloni era inquieto. Vivía por el fútbol. Empezó a jugar muy chico. Nació con una pelota, en vez de una almohada dormía con una pelota”, dice Alberto ‘Beto’ Gianfelici, que lo conoció en el club Sportivo Matienzo de Pujato, cuando él jugaba en primera y Scaloni en categorías juveniles.

 “Lionel era un polvorín en todo sentido, jugando, protestando, era terrible. Nada que ver con lo que es ahora. Esa templanza que tiene, se ve que la tomó de sus años internacionales. Pero el temperamento y la sangre la tiene”, afirmó Gianfelici en una cervecería frente a la plaza principal de este pueblo de 3.700 habitantes, a 350 km al norte de Buenos Aires.

Nacido el 16 de mayo de 1978, Scaloni se fue a los 16 años a 40 km de su casa, a Rosario, cuna de los astros Lionel Messi y Angel Di María, para probarse en Newell’s Old Boys, club en el que debutó en 1995.

Un año después pasó a Estudiantes de La Plata antes de partir a Europa para jugar en La Coruña, luego el West Ham United, Racing de Santander y los italianos Lazio y Atalanta, en el que se retiró en 2015.

CORAJE, DE SOBRA

Mucho antes de dirigir a la Albiceleste, Scaloni vistió la casaca argentina con la que salió campeona mundial Sub-20 en Malasia-1997, conducido por José Pekerman, el entrenador que más lo inspira, según ‘Beto’. En la mayor jugó el Mundial de Alemania-2006.

En 2018, en medio de cuestionamientos por su escasa experiencia como DT, se hizo cargo de la selección de Messi golpeada por la caída en octavos en el Mundial de Rusia.

 “No me sorprendió que aceptara. Coraje siempre le sobró, desde chiquito. Nunca le tuvo miedo a los desafíos. Pero sí me dolieron las críticas despiadadas sin todavía haberlo dejado trabajar. Él un día me dijo: ‘Con trabajo se va a resolver’. Bueno, no se equivocó“, lanza Beto. Tres años después, la selección puso fin a 28 años de sequía tras alzar la Copa América 2021 en Brasil.

HUMILDAD DE LOS GENIOS

Cada vez que puede Scaloni regresa a su pueblo a visitar a sus padres con problemas de salud. Allí, donde todo cierra a la hora de la siesta, su hobby es andar en bicicleta. Se presta a fotos y autógrafos. Apoya el club familiar de su infancia.

El club Matienzo está a menos de 200 metros de la escuela N. 227 Bernardino Rivadavia, donde Scaloni cursó la primaria y hoy concurre su sobrino. En septiembre 2021, tras la Copa América, se acercó a charlar con los alumnos.

“Les dijo que nunca se olviden de que lo más importante es la actitud ante lo que hagan: sea juego, deporte, trabajo o la vida misma”, evocó María del Carmen D’Alleva, directora de la institución.

Messi le da más condimento al Mundial de Qatar

En la ventana de la casa lindera a la escuela asoma María Cristina Fossaroli, la ‘seño Chichita’, que fue maestra de lengua de varias generaciones de pujatenses, entre ellos el DT.

Chichita recuerda a su alumno más célebre como un “chico travieso” a quien “si algo le gustaba, hacía lo imposible por conseguirlo”.

A sus 81 años, la maestra sueña con que su Lionel alce la Copa del Mundo en Qatar: “Imaginate qué plus que lo gane un hijo de nuestro pueblo. Pujato es una gran familia, cuando alguien está contento, todos estamos contentos, cuando a alguien le pasa algo, todos estamos tristes”./AFP

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