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Estos son los peores enemigos de la educación de las niñas en la frontera

Cruzar una frontera entre Colombia y Venezuela, nunca será fácil, ya que existen muchos riesgos para las personas durante el recorrido o llegada al territorio extranjero, debido a que las dinámicas sociales, culturales, económicas y políticas son muy diferentes.

Save the Children, la organización no gubernamental que tiene como objetivo trabajar por los derechos de la niñez, adelantó un estudio que dejó en evidencias las barreras que existen en las zonas de frontera de Norte de Santander, La Guajira y Arauca, para que las niñas y jóvenes migrantes puedan acceder al sistema educativo.

La estigmatización sobre los conocimientos que deben adquirir, el embarazo adolescente, la multiplicación de los quehaceres en el hogar y la violencia de género fueron identificados como los principales obstáculos a los que se están enfrentando las niñas de la frontera.

Sumándole a estos, las situaciones de xenofobia, bullying y exámenes nivelatorios que también deben derribar.

Las labores domésticas no son de las niñas

Aunque no es una característica exclusiva de la frontera, el estudio encontró que, en esta región se naturaliza el hecho de que las niñas realicen trabajos sin remuneración en el hogar, destacando que este estereotipo se agudizó de manera radical durante la pandemia.

“Las niñas, quienes han sido las más vulnerables con el cierre de las escuelas, han visto limitado su acceso y disponibilidad para estudiar por las labores no remuneradas que se sumaron aún más durante el COVID-19. Los quehaceres del hogar y el cuidado de los hermanos son algunos de los desafíos más recurrentes en el contexto, sumado a mayor exposición a la violencia de género y a otros tipos de violencia fuera de las escuelas”, mencionó Mariadelaida Uribe de Plaza, gerente de la oficina de Cúcuta de Save the Children.

Exposición a la violencia de género

Según el estudio, para entender por qué la afectación a las niñas y adolescentes es tan crítica en las zonas de fronteras hay que tener en cuenta tres variables, que a juicio de Save the Children, son las que desencadenan Violencias Basadas en Género (VBG) que se evidencian en formas de maltrato y abuso hacia las niñas: el machismo y aumento de feminicidios, presencia de violencia del conflicto armado y violencias urbanas y la pobreza exacerbada por la migración venezolana.

De acuerdo con Save the Children, el confinamiento por la COVID-19 y la crisis humanitaria intensificaron la violencia contra las mujeres y las niñas, precisando que, “en el 2021, la Fundación Feminicidios Colombia reportó 30 niñas y adolescentes que fueron víctimas de feminicidio, 15.120 niñas y adolescentes fueron víctimas de presuntos delitos sexuales y 3.732 fueron víctimas de violencia intrafamiliar, en ambas el 5% son migrantes venezolanas, según el Instituto Nacional de Medicina Legal”.

El estudio reveló que, en vista de que en las zonas de frontera, los grupos armados ilegales y estructuras criminales ampliaron su influencia; niños, niñas y adolescentes quedaron expuestos a riesgos asociados al reclutamiento.

“En total, por lo menos 23.465 niños, niñas y adolescentes fueron víctimas del conflicto armado, de los cuales 23 eventos fueron en Arauca y 15 en Norte de Santander”, indicó Save the Children.

Hacia agosto de 2021, Migración Colombia contaba alrededor de 1.842.390 de migrantes venezolanos, de los cuales 164.229 se encuentran en Norte de Santander, 106.749 en La Guajira y 33.871 en Arauca.

Como estos son tres de los departamentos que más han sido recipientes de migración venezolana, en consecuencia también han visto en aumento en las cifras de informalidad y pobreza.

Estereotipos de género

Para Save the Children, los estereotipos de género se han trasladado a las aulas de clase y en la aproximación que hacen docentes y compañeros con las estudiantes.

“Observamos que los docentes y niños les asignan valores como orden, interés, obediencia, aseo y dedicación; lo que va en contravía de los valores que los mismos docentes les asignan a los niños como inteligencia, bueno para los deportes, para las ciencias y la tecnología”, agregó la gerente de la oficina de Cúcuta.

Según la organización, estos estereotipos hacen que las niñas se auto limiten en el desarrollo de sus capacidades intelectuales, ya que son tan fuertes los roles de género culturalmente aceptados y reforzados en las aulas, que muchas niñas solo se perciben como cuidadoras, madres o en disciplinas blandas.

Estudiar y ser madre

En el 2021, el DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística) registró en el país 4.708 nacimientos en niñas de 10 a 14 años, mientras que a corte de enero de 2022 se registraron 89 nacimientos en menores de 14 años frente a 74 del mismo mes en el año anterior.

El estudio demostró que las relaciones de pareja a temprana edad abren la puerta a la posibilidad de embarazos no deseados y a una probabilidad de que toda la responsabilidad recaiga en las niñas como madres solteras, siendo este uno de los factores que más impacto tiene en la permanencia y acceso al sistema escolar por parte de las adolescentes.

¿Qué acciones adelantan las autoridades de educación?

Desde la Secretaría de Educación Municipal informaron que el panorama con la matrícula de niños, niñas, jóvenes y adolescentes migrantes y/o retornados en el municipio ha venido creciendo en los últimos años, destacando que, para el 2020 tenían matriculados a 19.414 estudiantes, en el 2021 eran 23.606 lo que representó un incremento del 21.59% y para el año en curso, a corte del mes de abril se tuvo el reporte de un total de 26.691 estudiantes, representando un incremento del 13.07%.

Frente a qué acciones adelantan para combatir estas barreras que le impiden a las niñas y jóvenes migrantes acceder al sistema escolar, detallaron que, desde el 2021 se viene implementando una estrategia social y comunitaria llamada «Reconectando el Tejido Educativo», la cual tiene como objetivo el fortalecimiento de los saberes propios, las experiencias pedagógicas significativas y la movilización de los actores del territorio hacia la transformación e innovación educativa.

“Este despacho ha adelantado una agenda de trabajo con las agencias de cooperación internacional, las oenegé y el Grupo Interagencial sobre Flujos Migratorios Mixtos (Gifmm), para el abordaje de proyectos, acciones e incidencias sobre el trabajo de las comunidades migrantes, retornadas y población de acogida.

Cuentan con iniciativas como ‘Seamos Panaceros’, un programa sin fronteras de la Agencia de Cooperación Alemana para el Desarrollo (GIZ), con una cartilla educativa para la convivencia pacífica para los estudiantes, ayudándoles a entender conceptos como migración, fronteras, xenofobia y derechos humanos.

También cuentan con ‘Info Pa´lante’ , plataforma digital de información y guía migratoria para la comunidad en educación, niñez, salud mental, mujeres, sistema de salud, población LGBTIQ+, así como también en empleo y emprendimiento.

Y con el programa de Save the Children, ‘El mundo es mi hogar’, cuya finalidad es mejorar las garantías del derecho a la educación de calidad, segura y con perspectiva de género para niños afectados por el conflicto y la crisis en la frontera colombo-venezolana.

Frente a los casos de violencia de género y embarazos en adolescentes, aseguraron que, con la dirección de la Subsecretaría de Juventud, se está trabajando en el programa “FuerteMente” para la prevención de riesgos sociales enfocada a generar espacios, encuentros, campañas y acciones a través de estrategias artísticas y pedagógicas que involucran nuevas dinámicas y ejercicios que permiten que los niños, adolescentes y jóvenes puedan comprender de una manera más flexible y tangible el significado de riesgo social y cómo estos influyen en sus proyectos de vida.

Acceso de un niño al sistema escolar

«Un niño o niña migrante puede acceder al sistema educativo de la siguiente manera: el proceso inicia con la solicitud de cupo ante la institución educativa de interés, ya esta se encarga de realizar una prueba diagnóstica para verificar si el estudiante quedará en el grado académico que realmente le corresponda, sin embargo estos diagnósticos son autónomos de cada establecimiento educativo con respecto a su malla curricular», indicaron desde la Secretaría de Educación Municipal, destacando que ellos acompañan el proceso.

Aclararon que ninguna institución educativa puede negar el cupo por la nacionalidad. Si el estudiante no tiene soportes o documentos, el plantel puede hacer un examen o prueba de valoración para establecer el año de escolaridad del niño.

/Colprensa

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