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El Papa ha alabado las «puertas abiertas» con las que Europa ha acogido a los más de 4 millones de personas que han huido de Ucrania, pero ha pedido que no se olvide de la «tensión» y del «dolor» de otros conflictos y que construya «sociedades acogedoras para todos».
«Que el conflicto en Europa nos haga también más solícitos ante otras situaciones de tensión, sufrimiento y dolor que afectan a demasiadas regiones del mundo y que no podemos ni debemos olvidar», ha añadido.
Además, ha pedido que se dejen de hacer demostraciones de fuerza mientras la gente sufre. «Por favor, no nos acostumbremos a la guerra, comprometámonos todos a pedir la paz con voz potente, desde los balcones y en las calles», ha agregado.
Esta mañana, el Papa ha celebrado una misa en la plaza de San Pedro a la que han acudido cerca de 10.000 personas, según ha señalado el Vaticano en una de las ceremonias más multitudinarias de la Semana Santa.
De nuevo, se ha hecho evidente que tiene dificultades para caminar debido al dolor que sufre en la rodilla derecha por el desgaste del cartílago, pero al final de la ceremonia se ha acercado hasta la zona donde estaban sentados algunos cardenales de la Curia para estrecharles la mano.
Este sábado, el Pontífice no pudo presidir la Vigilia Pascual y para caminar necesitó la ayuda de dos personas que lo sostenían. El Vaticano también ha vuelto a utilizar el papamóvil con el que Francisco ha recorrido la plaza de San Pedro parando de vez en cuando para saludar y bendecir a los fieles.
Para este Domingo de Resurrección, la plaza de San Pedro ha sido transformada como un gran jardín, adornada con más de 55.000 flores y plantas, procedentes directamente de Holanda, como regalo tradicional de esta nación.
Estas ceremonias preceden al conocido como ‘Lunes del ángel’, que se celebrará este lunes de 22 de abril, en el que el Francisco rezará a mediodía la oración mariana de Regina Coeli con los fieles y peregrinos que se darán cita en la Plaza de San Pedro para escuchar sus palabras y recibir su bendición apostólica.
PASCUA DE GUERRA
Asomado al balcón de la logia central de la basílica de San Pedro, Francisco ha hecho un repaso de la violencia y el sufrimiento que aflige al mundo y ha dicho que esta es una «Pascua de guerra». «Hemos visto demasiada sangre, demasiada violencia. También nuestros corazones se llenaron de miedo y angustia, mientras tantos de nuestros hermanos y hermanas tuvieron que esconderse para defenderse de las bombas. Nos cuesta creer que Jesús verdaderamente haya resucitado, que verdaderamente haya vencido a la muerte. ¿Será tal vez una ilusión, un fruto de nuestra imaginación?», se ha preguntado.
El Papa ha recordado la mirada de los niños que se quedaron huérfanos y huyen de la guerra. Mirándolos no podemos dejar de percibir su grito de dolor, junto con el de muchos otros niños que sufren en todo el mundo: los que mueren de hambre o por falta de atención médica, los que son víctimas de abusos y violencia, y aquellos a los que se les ha negado el derecho a nacer», ha lamentado.
En primer lugar, el pontífice ha pedido «paz» para la «martirizada Ucrania, tan duramente probada por la violencia y la destrucción de la guerra cruel e insensata a la que ha sido arrastrada». «Que un nuevo amanecer de esperanza despunte pronto sobre esta terrible noche de sufrimiento y de muerte. Que se elija la paz», ha reclamado.
Del mismo modo, ha pedido que los responsables de las naciones escuchen «el grito de paz de la gente» y ha señalado que lleva en el corazón a «numerosas víctimas ucranianas».
El Papa también ha pedido paz en Oriente Próximo, «lacerado desde hace años por divisiones y conflictos», también para Jerusalén: «Que los israelíes, los palestinos y todos los habitantes de la Ciudad Santa, junto con los peregrinos, puedan experimentar la belleza de la paz, vivir en fraternidad y acceder con libertad a los Santos Lugares, respetando mutuamente los derechos de cada uno». Asimismo, ha mencionado en su lista de países en conflicto a «Líbano, Siria, Irak y Libia».
También Yemen, «que sufre por un conflicto olvidado por todos con incesantes víctimas» para que pueda «la tregua firmada en los últimos días devolverle la esperanza a la población». Y Birmania, «donde perdura un dramático escenario de odio y de violencia»; o Afganistán, «donde no se consiguen calmar las peligrosas tensiones sociales, y una dramática crisis humanitaria está atormentando a la población».
El Pontífice también ha pedido que haya paz en todo el continente africano «para que acabe la explotación de la que es víctima y la hemorragia causada por los ataques terroristas ?especialmente en la zona del Sahel?, y que encuentre ayuda concreta en la fraternidad de los pueblos».
«Que Etiopía, afligida por una grave crisis humanitaria, vuelva a encontrar el camino del diálogo y la reconciliación, y se ponga fin a la violencia en la República Democrática del Congo. Que non falten la oración y la solidaridad para los habitantes de la parte oriental de Sudáfrica afectados por graves inundaciones», ha agregado.
El obispo de Roma también ha mencionado a América Latina, pero sin nombrar en específico a ningún país ha dicho que «en algunos casos» han empeorado las «condiciones sociales, agravadas también por casos de criminalidad, violencia, corrupción y narcotráfico».
Por último, el Papa ha nombrado el camino de reconciliación que está siguiendo la Iglesia Católica canadiense con los pueblos indígenas.
/Colprensa