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Los presidentes de América Latina han expresado su preocupación por la evolución de los acontecimientos en Ucrania tras la ofensiva militar lanzada por el mandatario ruso, Vladimir Putin, y han compartido mensajes a la contención y en favor del diálogo.
Desde Colombia, el presidente Iván Duque ha rechazado «categóricamente» un ataque que considera «premeditado e injustificado» por parte de Rusia. «Colombia rechaza de forma categórica la guerra», ha dicho Duque, en una comparecencia en la que ha reclamado un repliegue «rápido» de las tropas y ha abierto la puerta a sanciones.
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, se ha mostrado igualmente crítico con la «agresión armada» aprobada por Putin y la violación de la soberanía y la integridad territorial de Ucrania. Considera que este tipo de acciones «vulneran el Derecho Internacional y atentan contra vidas inocentes, la paz y la seguridad».
Por su parte, el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, ha expresado su rechazado hacia «acciones contrarias al Derecho Internacional y a los principios de la ONU» y ha llamado a retomar las negociaciones «para resolver civilizadamente el conflicto».
Su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha pedido en rueda de prensa «que haya diálogo, que no se utilice la fuerza, que no haya invasión». «México es un país que siempre se ha pronunciado pro la paz y la solución pacífica de las controversias, es un principio de la política exterior», ha defendido, según el diario ‘Milenio’.
Por su parte, desde Ecuador, el presidente Guillermo Lasso, ha mostrado en este sentido su rechazo a la «decisión de Rusia de lanzar una operación militar», violando así «la soberanía e integridad territorial» de Ucrania. «La agresión armada vulnera los principios de la Carta de Naciones Unidas y la solución pacífica de las controversias», ha expresado.
Quien no se ha expresado por ahora ha sido uno de los principales socios de Putin en la región, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien durante un evento de inauguración de una vía peatonal en un municipio de Sao Paulo, ha preferido obviar lo que estaba ocurriendo al otro lado del mundo, aunque algunos miembros de su Gobierno sí han cuestionado la agresión de Moscú.
A diferencia, del presidente paraguayo, Mario Abdo Benítez, quien en nombre de su Gobierno ha expresado su condena a «los ataques al pueblo ucraniano», una clara «violación de los principios de soberanía y del derecho internacional», y ha instado «a los agresores» –sin mencionar a Rusia– «a detener sus acciones» y retomar el diálogo «por la paz y la estabilidad mundial».
/Colprensa