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La poesía de William Hernández Ospino
El poeta William Hernández Ospino es oriundo de Plato, Magdalena. Desde la edad de doce años escribe poesía, ya que su madre Ester Ospino Choperena, poeta legítima, le enseñó a despertar su interés por los poetas colombianos, Porfirio Barba Jacob, Ismael Enrique Arciniegas, José Asunción Silva, y el poeta mexicano Juan de Dios Pedro Pablo Peza Osorio.
En España, el poeta William Hernández Ospino obtuvo el premio de poesía Anfora, dirigido por la extraordinaria poeta Concha Lagos, compañera del dramaturgo, poeta y novelista español, Ramón del Valle -Inclán.
El primer libro de poesía de William Hernández Ospino fue publicado por Concha Lagos, en Madrid en 1983. Este libro fue prologado por María Teresa Cervantes, la más grande poetisa viva de España.
El maestro Hernández Ospino ha ofrecido recitales de su poesía en Alemania, Barcelona, en el Teatro La Rebeca de Bogotá, en Galerías de Arte en Bogotá, en el Teatro Amira de la Rosa, en Barranquilla; en el Banco de la República de Santa Marta y en su pueblo natal Plato, en donde recibió La Medalla de Oro del Hombre Caimán.
En 1995 la Cámara Junior de Colombia lo declaró Personaje de la Cultura del Magdalena. Sus poemas están incluidos en Antologías de España, editado por la poetisa María Teresa Cervantes.
William Hernández Ospino, palabra tras palabra, construyó un hermoso y lírico poemario donde la esencia la constituyen la armonía y la complicidad entre el autor y el lector, a continuación sus poesías más destacadas:
LA ROSA COQUETA
Y EL TURPIAL
Una rosa gigante sentada
en un mecedor de sueños
se abanicaba con suma coquetería.
Al verla un turpial se acercó
con mucho recelo,
porque la rosa estaba protegida
por afiladas espinas.
¡Eres un príncipe!, exclamó la rosa
mostrando su boca encarnada
No. Soy un turpial.
¡Oh! Pero tienes una voz
que conmueve mis entrañas.
Yo soy la reina de las rosas.
Mira mi trono. Estoy coronada
con diadema de rubíes.
Eres muy bella, y tus ojos
parecen pintados como el ocaso
de un mar sombrío, dijo el turpial
No tengas miedo, dame un beso.
Mis espinas no sangrarán
tu corazón de ángel.
Muero de amor por ti,
confesó el turpial
Y la rosa se inclinó
y con ademanes
de reina se entregó
al turpial, y fue tan grande
el amor que, la primavera
se despojó de su atuendo
de lirios y azucenas.
SUEÑOS DE POETA
Aquí estoy sentado sobre
las hojas de la imaginación.
Me veo poeta favorito del
rey de los caimanes del gran río.
Cuando mueras me dicen
saldremos del fondo de
las aguas y con flautas
originales cantaremos para ti.
Te cubriremos de flores de
tarulla y cubriremos tu
cuerpo con plumas
de garzas rosadas.
Después te llevaremos
al palacio del rey de los caimanes
y allí serás coronado como el
poeta más glorioso del río Magdalena
Y tu nombre será la voz del dios
que nos hizo con hilos de eternidad.
ODA DE SAFO ATIS
Hagamos un trato
El dios de las aguas azules
me ha otorgado un poder
conmovido por la sangre que
inunda mi frágil cuerpo.
Si nunca me olvidas,
todas las noches te cantaré
con la enérgica voz del mar
y sentirás que Safo te amó
como las olas aman la
arena eterna de las
playas del Egeo.
Y con mi voz marina recorreré
cada línea perfecta de
tu cuerpo de princesa inmortal
Y yo desde un punto lejano
cuando muera te seguiré amando
Porque el amor es la esencia de la vida.