HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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¿Y la Selección Colombia sí sabe lo que es la jerarquía? 

Por: César Polanía

Dice el técnico Reinaldo Rueda que para ir al Mundial, Colombia va a necesitar jerarquía. Entonces será mejor olvidarnos de Catar definitivamente, si es que todavía nos queda alguna ilusión a falta de tres fechas y en la sexta casilla de la tabla de posiciones.

Tantas veces hablamos de la palabra ‘jerarquía’ en el fútbol y es lo que menos abunda en el mundo de la pelota. Aquello es exclusivo de unos pocos. De los que realmente son superiores. Y si aterrizamos el término al caso de la Selección Colombia en estas eliminatorias, eso es lo que menos ha tenido el equipo, tanto en la era Queiroz, como de Rueda.

No veo cómo, profesor Reinaldo, un equipo que es sexto de diez en la tabla, que no gana hace seis partidos, que no ha marcado un solo gol en 556 minutos y no es capaz de vencer en su casa, totalmente llena, a un rival directo como Perú, pueda, de la noche a la mañana, llenarse de jerarquía.

El discurso no va por ahí. Porque el martes puede perder Colombia contra Argentina en Córdoba y la razón no va a ser la falta de jerarquía. Y si se queda por fuera del Mundial, tampoco podremos decir que fue por la misma causa.

Para alcanzar jerarquía, primero hay que jugar fútbol, hacer goles y ganar partidos importantes, los que dan clasificaciones y títulos. Así, la palabrita aquella llega sola al escudo de los equipos. Y jerarquía en estas eliminatorias la han tenido Brasil y Argentina, que hace rato están apoltronados en Catar. Las demás selecciones suramericanas no saben qué es eso. Porque Ecuador, aunque a estas alturas tenga un pie en el Mundial, también tambaleó. Sucedió lo propio con el mismo Perú, que se levantó de las cenizas. Igualmente con Uruguay, que ahora está en casilla de repechaje. Así que pedirle jerarquía a Colombia, profesor Rueda, no es acertado y resulta fuera de contexto en estas eliminatorias en las que la mediocridad, que se ha paseado por la mayoría de las selecciones, es la que mantiene con vida a más de una.

He sido defensor del proceso de Rueda con Colombia por la calidades del técnico vallecaucano y porque, hasta el viernes, mal o bien, siempre consiguió el objetivo de sostener a la Selección en zona de clasificación al Mundial.

Pero la derrota contra Perú en Barranquilla fue decepcionante por muchas razones. Porque Colombia estaba obligada a ganarle a un rival directo y perdió. Porque Colombia estaba en casa, con su público, y no fue capaz de reconquistarlo. Porque Ospina, que tantas veces nos salvó, esta vez falló. Porque James y Falcao están lejos de ser ellos. Porque Luis Díaz dejó el fútbol en la habitación. Porque Borja no está fino. Porque Cuadrado está con el balón cuadrado. Y, sobre todo, porque a Rueda le quedó grande el partido. No supo leerlo, ni mucho menos replantearlo.

No tomó las decisiones acertadas en los cambios ni en los tiempos que le exigían el juego. No tuvo la inteligencia necesaria para sacar adelante el partido.

Entonces, cuando la sumatoria radica en todos estos elementos, cómo pedirle jerarquía a un grupo que nunca la ha tenido. Porque para tenerla hay que ganar y ponerles la camiseta en la cara a los rivales, cosa que no ha sucedido.

 

¿Cómo lograr el milagro de ir a Catar? Nadie tiene hoy respuestas para esa pregunta. Por esa misma razón será un milagro que Colombia vaya al Mundial, porque, además de que debe ganar —asignatura pendiente hace seis partidos—, depende ahora de otros. Y su próximo rival es Argentina, que aunque no tenga a Messi, sí le sobra jerarquía. Y, tras enfrentar a Bolivia, cerrará con la ahora oxigenada Venezuela de Pékerman. Sí, Pékerman, el que nos llevó a dos mundiales y le dimos una patada. A propósito, Don José sí que sabe de jerarquía. /Colprensa

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