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Anthony Zambrano, el deportista que de niño entrenaba y competía descalzo debido a las carencias de su hogar, y del cual cogió las riendas desde muy chico, sigue recogiendo frutos a su esfuerzo, dedicación, talento, resultados deportivos y espíritu de superación.
Hace poco, la Federación Colombiana de Atletismo lo premió como el mejor representante de dicha entidad, y días después, el Comité Olímpico Colombiano lo exaltó como el Atleta del año en el país.
Y saber que hace cinco años su continuidad en el alto rendimiento era incierta ya que estuvo casi año y medio sin competir tras sufrir varias lesiones producto de caídas en moto. Parecía un nazareno por sus golpes en los tobillos, rodillas y espalda.
“Soy un guerrero, nunca me detengo”. Es una de las frases de batalla de Anthony, que se ve reflejada en sus alcances atléticos, y eso que aún no parece tener un techo en la especialidad que practica, los 400 metros planos.
Actual subcampeón mundial (Doha-2019) y olímpico (Tokio-2021), Zambrano da la sensación que puede hacer más historia en una prueba en la que hace ver lo imposible, posible.
De paso, con sus zancadas, esas que al comienzo de una carrera parecen lentas, pero con las que luego va sobrepasando a gran velocidad rivales, como los caballos pura sangre, es sinónimo de inspiración para quienes ven en el deporte un camino para alcanzar los sueños, más allá de las necesidades con las que se formen o las condiciones que tradicionalmente imponen deportistas de otros países.
Si Anthony sorprende con su rapidez en el campo, también lo hace con su actitud arrolladora. Respeta a los demás oponentes, pero no duda en afirmar que él es su propio rival. Sus metas son altas, y no tiene problema en confesarlas cada vez que está frente al público. Se tiene confianza pues sabe el potencial que tiene.
ENTRE LOS MÁS VELOCES
Zambrano, quien nació hace 23 años en Maicao, en La Guajira, se convirtió en los Olímpicos de Japón en el atleta número 20 en la historia en correr 43 segundos en el mundo e igualó la decimosexta mejor marca de todos los tiempos en dicha prueba. Es decir, solo 15 atletas han corrido más rápido que él. El más veloz ha sido el sudafricano Wayde van Niekerk, quien registró 43,03 en las justas de Río-2016.
“Llegar hasta una final olímpica ha sido un camino muy duro. Un viaje lleno de curvas, espinas y dolores; pero también, una trayecto donde descubrí que con fe, determinación y resiliencia uno siempre puede sacar su mejor versión. Gracias a quienes han creído en mí”, escribió en ese momento Zambrano tras registrar un tiempo de 43,93 en la semifinal de los 400 metros. En la final logró la histórica presea de plata.
RESILIENTE
La formación de Anthony no fue fácil, así lo recuerda Juan Carlos Cervantes Salinas, el primer entrenador que tuvo Zambrano a los 11 años de edad.
El deportista, que quedó huérfano de padre a los dos años de nacido y que se levantó en Barranquilla, tuvo que, en su juventud, coger las riendas del hogar y ayudarle a su madre Miladys.
“Trabajó en un triciclo transportando personas o mercados, también tiraba pala como ayudante de albañilería. Hasta esto último, indirectamente, contribuyó en su formación fisiológica, y a la vez generó en él una mentalidad fuerte”, indicó Cervantes .
El orientador no olvida que en plena pista asfaltada en la Universidad Nacional del Atlántico, en Barranquilla, el velocista le gritaba improperios, pero el técnico, sabiendo de sus condiciones, le tenía paciencia.
“Por el arduo trabajo en los entrenamientos me decía que si lo iba a matar. Me mentaba hasta la madre, lloraba en la pista”.
Zambrano también reconoce que en el pasado se estaba desviando por el camino equivocado. Pero su deseo de salir adelante, y esas personas que le tendieron la mano fueron determinantes para que su talento no se apagara.
“Doy gracias a Dios, a mi madre, entrenadores, fisioterapeuta y a quienes creyeron en mí en los malos tiempos. Perdí la disciplina pero pude recuperarme para volver a entrenar duro y ahora se ve lo lejos que he llegado y lo que puedo alcanzar si continúo así”, sostuvo Zambrano.
Víctor Zapata, coordinador técnico y estadístico de la Federación Colombiana de Atletismo, comentó sobre el velocista.
“Anthony es un fenómeno. Sus resultados lo demuestran. Hace algunos años estuvo prácticamente perdido del atletismo y véalo ahora. Como él lo dice, era un poco travieso, indisciplinado. Es increíble lo que este muchacho está logrando. Con él, Colombia se ilusiona con más gratos resultados”.
Y con la edad que posee, y bajo las órdenes del entrenador cubano Nelson Gutiérrez, a quien le agradece por conducirlo no solo a buenos logros atléticos sino también a ser una persona con rectitud, Zambrano sigue enfocado para seguir brillando, más que las cadenas de oro que cuelga en su pecho.
Con su talento, es ejemplo de admiración y superación en el atletismo de Colombia.
“Estoy muy feliz por lo hecho esta temporada. Darle a mi país la primera medalla de plata en pista y en unos Olímpicos es el premio al sacrificio. Pero no me conformo con nada, mis sueños van más allá, me quedan más años de deporte, y sé que con disciplina puedo continuar logrando mis metas”, dijo Zambrano, ejemplo de tenacidad en el deporte.
/Colprensa