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Trabajadoras sexuales denuncian ser víctimas de persecución policial

Las trabajadoras dedicadas al ejercicio sexual en el Centro Histórico de Santa Marta, aseguran ser víctimas de abuso y opresión por parte de extranjeros, además de recibir pocos métodos anticonceptivos para protegerse. 

Una grave denuncia se conoció por parte de un grupo de mujeres que ejercen la prostitución en el Centro Histórico de Santa Marta, quienes a diario están enfrentadas a la persecución de la Policía y al pago obligado de dinero para que las dejen trabajar.

Por medio de una entrevista, María Ángel aseguró que son víctimas de abuso por parte de los hombres, la gran mayoría extranjeros, los cuales les exigen sostener intimidad sin protección, exponiéndose a diferentes enfermedades de transmisión sexual.

«La verdad no nos dejan trabajar, nos niegan el derecho al trabajo. Yo quiero resocializarme y en muchas oportunidades soy agredida por los policías tanto verbal como físicamente. Nos tienen como antisociales como si fuéramos lo peor. Nosotras también tenemos sentimiento, corazón; nosotras sufrimos más que una mujer normal», aseguró María Ángel, quien dijo vivir de la prostitución para sostener a sus cuatro hijos.

Seguidamente, la víctima dijo que continúan a la espera de respuestas, porque las autoridades, presuntamente, no prestan atención a estas denuncias, “Los policías llegan y si no tienen para la gasolina y si uno no les da, le quitan a uno lo poco que gana porque según es de un robo, denunciamos y quedamos ahí», manifestó.

«Nosotras nos exponemos tanto. Aquí se ve de todo. Violaciones, reclutamientos y cosas muy feas. Nadie hace nada. Nosotros tenemos que valernos nosotros mismos para poder sobrevivir porque no tenemos ayuda de nadie», indicó María Ángel.

De igual modo, otra ciudadana aseguró que las autoridades de Santa Marta no les han socializado sobre programas de prevención de enfermedades y que incluso por falta de preservativos y por escasez económica les ha tocado acceder a vejámenes sexuales de hombres que, sin importar su condición, las violan sin protección, exponiéndose a contraer enfermedades. “No es una vida fácil. No todas las personas vienen con un pensamiento de bien. Nos anotan para recibir preservativos pero todo se queda en palabras. No nos podemos hacer citologías por falta de recursos. No sabemos si el mismo cliente que está con otras compañeras está contagiado de alguna enfermedad. El 1 de diciembre se celebra el Día Internacional del VIH, eso no lo vemos aquí», enfatizó Laura López.

Finalmente, la joven insiste en que «los hombres no quieren protegerse y cuando están en la habitación son otras personas. Yo solo pido un empujoncito, ayudas, preservativos y programas sociales para nosotras poder resocializarnos».

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