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Enrique Vives ya está en su casa

El empresario samario que está siendo investigado por la muerte de seis jóvenes en el fatídico accidente ocurrido en la entrada a Gaira, llegó custodiado por funcionarios del Inpec y uniformados de la Policía Nacional. 

En horas de la noche del viernes y bajo estrictas medidas de seguridad, el empresario Enrique Rafael Vives Caballero, regresó a la capital del Magdalena para cumplir con la medida de aseguramiento de casa por cárcel que le impuso en segunda instancia el titular del Juzgado Tercero Penal del Circuito con Funciones de Conocimiento, Jairo Villalba de Ángel.

Enrique Vives ya está en su casa Una vez conocida la decisión del togado, la Dirección General del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC), ordenó a sus funcionarios adscritos a la cárcel San Sebastián ‘La Ternera’ de Cartagena, hacer el traslado, cumpliendo con todas las medidas, del imputado hasta el inmueble donde permanecerá privado de la libertad a espera que avance el proceso en su contra.

Detalles conocidos por AJÁ & QUÉ indican que, Vives Caballero fue recibido en una vivienda que está situada al sur de Santa Marta por sus familiares y amigos más allegados, personas que lo abrazaron y le manifestaron su apoyo. “Fue algo emotivo para él, hubo lágrimas de tristeza y felicidad a la vez; muy poco hubo fotos, todo fue entre ellos, el empresario se notó bastante afectado por su permanencia en las celdas del centro penitenciario donde se encontraba”, contó un allegado.

CERRARON LA TRONCAL DEL CARIBE 

Mientras guardias del Inpec y uniformados de la Policía Nacional dejaban a Enrique Vives Caballero en la vivienda escogida para cumplir con la medida de aseguramiento, en la entrada al barrio Gaira, exactamente donde se registró el fatídico accidente de tránsito en las madrugada del 13 de septiembre, los familiares de las seis víctimas que dejó el siniestro vial se reunieron para bloquear esta importante carretera del país.

Padres, hermanos, primos y tíos de los seis jóvenes, utilizaron llantas, palos y gigantescas piedras para impedir el paso de vehículos particulares, de cargas, motocicletas y buses del transporte urbano e interdepartamental que a esa hora se movilizaban por esta vía nacional que comunica a Santa Marta con el municipio de Ciénaga y Barranquilla.

Dolidos y molestos por la decisión del juez de segunda instancia, Jair Romero, padre de los hermanos Elenoir y María Camila, quienes murieron en el trágico accidente, manifestó entre lágrimas que “estamos indignados con esta decisión´–

LA DECISIÓN DEL JUEZ TERCERO 

Como se dio a conocer en la edición impresa de ayer, el experimentado juez, Jairo Villalba, inició la diligencia sustentando las argumentaciones presentadas por la Fiscalía General de la Nación, Procuraduría delegada, y la decisión tomada por la Jueza Primero Penal Municipal, durante las audiencias concentradas de legalización de captura, formulación de cargos y medida de aseguramiento, que se llevaron a cabo del 14 al 18 de septiembre del año en curso.

Enrique Vives ya está en su casa

El Juez Jairo Villalba decidió revocar en segunda instancia la medida de aseguramiento en centro carcelario que fue dictada contra Enrique Caballero y ahora el empresario samario podrá seguir su proceso desde casa.

El togado explicó que la decisión la tomó luego de validar los argumentos de la defensa del empresario y acreditar que el delito por el que debe ser imputado Vives es por homicidio culposo agravado y no homicidio con dolo eventual en concurso homogéneo y simultáneo que pidió la Fiscalía.

“El despacho revocará la decisión de primera instancia al encontrar que de los hechos jurídicamente relevantes se acredita el delito de homicidio culposo agravado y no el homicidio bajo la modalidad de dolo eventual. En su lugar impondrá detención preventiva en su lugar de residencia”, dijo el juez Jairo Villalba De Ángel.

Ahora será en el juicio oral donde un nuevo juez defina la suerte de Enrique Vives, quien con el nuevo delito imputado podría pagar una pena mínima de 4 años de cárcel y máxima de 9.

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