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No creo que haya un solo ser humano sobre la tierra al que la pandemia no le haya afectado de alguna manera, en su estilo de vida, en sus conceptos, en sus prioridades. Y todos sabemos que muchas cosas cambiarán. The Economist y Visual capitalist publicaron unos informes imperdibles que muestran la magnitud de esos cambios. En uno, resume las conclusiones de 50 expertos acerca de lo que viene en el futuro inmediato y otro menciona los trabajos de más rápido crecimiento hacia adelante. La gran pregunta es cómo prepararnos.
El trabajo a distancia llegó para quedarse, lo que significa que debemos acondicionar mejor nuestros espacios, con soluciones digitales de conexión y supervisión más avanzadas. The Economist señala que las personas quieren salir, pero de forma diferente, en especial para socializar y divertirse. La conectividad y el acceso a internet de alta velocidad serán indispensables para la productividad, el conocimiento y la formación virtual fundamentales para ser más competitivos.
Iremos a las iglesias o a los gimnasios, o a una galería de arte, o al cine, aunque la baja demanda impedirá mantener instalaciones físicas de gran escala por mucho tiempo. Las empresas que no inviertan al menos 10% en nuevas tecnologías desaparecerán, los empleos se reducirán, el manejo de datos personales será más cuidadoso y las grandes plataformas más sofisticadas.
La credibilidad y la transparencia serán piedra angular para las empresas.
Habrá más ahorro doméstico, con más tiendas globales en línea. Los centros comerciales quedarán atrapados en el tiempo, las citas médicas por teleconferencia serán rutinarias, el uso de bicicletas crecerá como transporte urbano y el cambio climático será tema obligado. Como en las grandes ciudades el espacio público es limitado, es un gran reto avanzar hacia urbes inteligentes con foco en la equidad.
La salud mental será un tema recurrente, la red digital ayudará a la gente a sobrellevar las situaciones de soledad y angustia, el bienestar será prioritario, lo natural y saludable indispensable, la meditación y el ejercicio pasarán a ser parte del día a día.
¿Cómo evolucionará el mercado laboral? El mundo automatizado dispensará muchos oficios que la tecnología y la inteligencia artificial suplirán, y otros serán más requeridos, como técnicos de servicio de turbinas eólicas, instaladores de energía solar o desarrolladores de innovaciones para energía limpia, por ejemplo. Y acá hay que preguntarse cómo estamos frente a esas nuevas necesidades. ¿Tenemos los técnicos y los profesionales para cumplir con estas nuevas demandas?
Con la población envejeciendo se requerirán asistentes de atención médica domiciliaria y personal que ayude con las tareas de atención diaria. También se espera que los trabajos relacionados con la informática, la física y las matemáticas experimenten un alto crecimiento.
Vale la pena reflexionar sobre todos estos asuntos, traer estas previsiones a nuestra realidad, adaptar las variables sociales como la capacitación estratégica del talento humano y la intensificación del bilingüismo, invertir en tecnología para superar barreras y alcanzar objetivos. Si no incorporamos esas y otras proyecciones seguiremos ampliando las brechas, no tendremos el desarrollo requerido ni la justicia social necesaria en un momento de trascendente coyuntura para el país. Colombia debe prepararse. Estamos avisados.
*Exministra de Estado