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Esta situación provoca que las tuberías colapsen y se presente devolución de aguas residuales en las viviendas, encharcamientos en las calles o terminen en la planta de tratamiento de aguas residuales.
La Alcaldía de Bogotá advirtió este viernes que muchos ciudadanos tienen la mala costumbre de convertir el inodoro en la ‘cesta de basura’ para depositar preservativos, pañitos y otros elementos que generan taponamientos e impiden el paso y el flujo libre de las aguas residuales por las redes de alcantarillado.
Señala que esta situación provoca que las tuberías colapsen y se presente devolución de aguas residuales en las viviendas, encharcamientos en las calles o terminen en la planta de tratamiento de aguas residuales.
Según el Distrito, existen sectores de la ciudad en donde se da con mayor frecuencia la obstrucción de redes por material higiénico, entre ellas, el centro, la Avenida 1° de Mayo, el Siete de agosto, Las Ferias, la Carrera 15 entre calles 72 y 100 y áreas aledañas a Kennedy Central y Bosa La Estación.
“Debido a los taponamientos y el mal uso de las redes de alcantarillado, el sistema de drenaje sufre un gran deterioro, disminuyendo de forma acelerada la vida útil de las tuberías, pozos de inspección y estaciones elevadoras que recogen las aguas servidas», indicó la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB).
La entidad sostuvo que «esto exige que los programas de mantenimiento, renovación o rehabilitación se deban hacer en forma más acelerada y reiterativa, afectando los recursos de la EAAB, que son recursos de los bogotanos”.
Y es que la mala disposición de los desechos, por parte algunos ciudadanos, obliga a la EAAB ha invertir anualmente cerca de 30 mil millones de pesos en la limpieza de canales, quebradas y estructuras para que el drenaje de la ciudad funcione adecuadamente, especialmente en época de lluvias.
“La acumulación de los residuos sanitarios, junto a grasas y escombros también causa un gran impacto ambiental, debido a que estos elementos, al no ser biodegradables, contaminan los cuerpos de agua como humedales, ríos y quebradas”, indicó.
“Cada vez que un ciudadano arroja un preservativo o material higiénico por el inodoro, estos recorren las bajantes de las viviendas, llegan a la cajilla de inspección que comunica con el alcantarillado de la ciudad e inicia un recorrido que puede terminar a pocas calles cuando se mezcla con el resto de desechos y taponan las redes del barrio”, puntualizó el Distrito.
/La FM.