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Creada por Álvaro Restrepo, director de El Colegio del Cuerpo, la pieza “Sacrifixio: La Consagración de la Paz” es una coproducción con el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, el Ministerio de Cultura de Colombia y el Instituto Nacional de Bellas Artes y el Festival Internacional Cervantino de México. Este año, la pieza obtuvo la beca para la realización de circuitos de las artes escénicas en infraestructuras culturales del Programa de Estímulos (Capítulo Economía Naranja) del Ministerio de Cultura.
Sacrifixio, como lo define Álvaro Restrepo, es un “oratorio coreográfico” en homenaje al Proceso de Paz de Colombia y al Premio Nobel de Paz 2016. La música, especialmente creada por el compositor mexicano Samuel Zyman, fue interpretada en su estreno por 28 voces del Coro de la Ópera de Colombia, dirigido por Luis Díaz Hérodier, y el ensamble mexicano de percusión Tambuco, con la participación del pianista Duane Corchan. La dirección musical estuvo a cargo de Adrián Chamorro, violinista y director colombiano.
También en el 2018, la obra contó con la participación de la actriz Rosario Jaramillo y la cantaora de alabaos chocoana Rosalba Martínez de García. El trabajo del video-artista Gabriel Ossa, es parte esencial de la propuesta visual en esta puesta en escena.
Veinte bailarines de El Colegio del Cuerpo/Compañía Cuerpo de Indias, y estudiantes de los niveles pre-profesionales de la institución, bajo la dirección de Restrepo y de Marie France Delieuvin, codirectora y coreógrafa asociada, interpretan la obra coreográfica.
Además de la transmisión por Canal Capital este viernes 21 de agosto, mañana se transmitirá esta obra por el canal Telecaribe, a las 7:00 de la noche en su versión completa, y también se podrá ver por las redes sociales de la Caja de Compensación Familiar del Magdalena, Cajamag.
Sacrifixio: La Consagración de la Paz es la continuación de una reflexión escénica y ritual sobre el conflicto armado colombiano, que se inició en el 2010 con la ceremonia masiva Inxilio. El sendero de las lágrimas. Más de 400 víctimas del conflicto, 150 bailarines y 200 músicos, participaron en las ceremonias.